Cáceres estrenará en 2020 el primer acelerador lineal donado por Amancio Ortega
En Badajoz también estará en uso el próximo año mientras que a Merida llegará en 2021 y a Plasencia en 2022
El nuevo Hospital de Cáceres será el primero en contar el próximo año con uno de los cuatro aceleradores lineales donados por la Fundación Amancio Ortega. En Badajoz también estará en uso en 2020, mientras que en Mérida y Plasencia habrá que esperar a 2021 y 2022, respectivamente.
El vicepresidente segundo de la Junta de Extremadura y consejero de Sanidad, José María Vergeles, ha anunciado el desbloqueo del concurso convocado para la dotación de estos equipos, destinados a la aplicación de radioterapia a pacientes con cáncer.
El SES comenzó el proceso de compra de estas máquinas en marzo del pasado año dentro de un concurso de equipamiento tecnológico dotado con 12,8 millones de euros donados por la Fundación Amancio Ortega, de los cuales 10,9 millones se destinan a los cuatro aceleradores lineales.
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Vergeles ha señalado que hay dos empresas en el mundo que construyen estas máquinas, Varian y Elekta, que mantienen una guerra comercial que también ha llegado a Extremadura y que ha debido dirimirse en los juzgados.
En principio el Servicio Extremeño de Salud (SES) adjudicó el contrato a la empresa Varian Medical System, pero la otra ofertante, Elekta Medical, recurrió. La Comisión Jurídica de Extremadura dio la razón parcialmente a esta última y excluyó a la primera del proceso, por lo que el SES ordenó la adjudicación a favor de la segunda.
Varian acudió entonces a los juzgados. Un juzgado de Cáceres suspendió la decisión de la Comisión Jurídica, aunque no entró en el fondo legal de la cuestión. Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura desestimó el pasado 30 de octubre el recurso contra la decisión de adjudicación del SES.
Vergeles ha explicado que la Junta ha preferido aguardar a ejecutar el contrato por si Varian recurría al Tribunal Supremo. El plazo para hacerlo termina mañana, pero «no podemos hacer esperar más a los extremeños», ha señalado.
El primer equipo será el de Cáceres, para lo que ha habido que incluir en el proyecto del nuevo hospital la construcción de un búnker, el espacio aislado en el que deben instalarse estos equipos para evitar radiaciones. Hay un plazo de 90 días para instalarlo, y después hay que esperar unos ocho meses para calibrarlo y obtener la autorización del Consejo de Seguridad Nuclear. Con esos pasos, «empezará previsiblemente a tratar pacientes en el año 2020», ha afirmado el consejero de Sanidad.
Badajoz ya cuenta con un nuevo acelerador de última generación desde el pasado año, financiado con fondos europeos. La segunda máquina donada por Amancio Ortega sustituirá a la antigua, también con la previsión de que entre en funcionamiento a lo largo del próximo ejercicio.
En Mérida y Plasencia se ha decidido instalar estos nuevos equipos sin sustituir los antiguos. Eso permitirá mantener los tratamientos sin necesidad de desplazar a los pacientes, ya que de lo contrario habría que esperar al periodo de tiempo citado para la calibración, pruebas y autorización. Pero eso implica que hay que construir un nuevo búnker en cada caso.
En Mérida esa obra ya está en marcha con una inversión de 740.000 euros. Vergeles ha indicado que se prevé que termine en agosto de 2020. A partir de ese momento, con los plazos citados, el nuevo acelerador podría estar en servicio a mediados de 2021.
En Plasencia aún hay que hacer el proyecto, para lo que se contará con una partida de 85.000 euros en los Presupuestos autonómicos de 2020. El vicepresidente segundo y consejero ha añadido que en 2021 se destinará 1 millón de euros a la obra, especialmente complicada por el terreno en el que se encuentra el hospital. De ahí que la entrada en funcionamiento del nuevo equipo no sería hasta mediados de 2022.
También ha añadido que tanto en Mérida como en Plasencia los actuales equipos, aunque han superado su periodo de funcionamiento, podrían seguir dando servicio, lo que permitiría mejorar la atención a los pacientes.