«El 'bicho' existe, yo lo he visto muy de cerca»

Así daban la bienvenida sus nietos a Carlos Camello, que volvió ayer a casa después de pasar nueve meses hospitalizado a causa de una neumonía bilateral, consecuencia de la covid.

Al calor propio de las Vegas del Guadiana en el mes de julio se le sumó el cálido aplauso con el que vecinos y familiares recibían a este hombre de 68 años que regresó a casa en compañía de su familia después de que una ambulancia lo llevara al Hospital Universitario de Badajoz la madrugada del 27 de octubre.

«Estoy muy feliz y muy contento». La emoción del recibimiento no dejó a Carlos articular más palabras. Mientras, su mujer, sus dos hijos, sus nueras y sus nietos no podían contener la emoción por tenerlo de vuelta en casa.

Los 102 días que pasó en la UCI, de los cuales 12 estuvo en coma, hicieron que a su familia se le pasara por la cabeza el peor desenlace. Los médicos les habían dicho que los pacientes que pasan más de 21 días en UCI solo tienen un 10% de posibilidades de salir adelante.

Carlos rompió con este porcentaje y salió adelante, aunque le ha costado muchas cosas. Como los 42 kilos que ha perdido a consecuencia de la enfermedad, o la traqueotomía que tuvieron que practicarle días antes de su 68 cumpleaños porque no respondía a la ventilación mecánica. Cuenta que tiene los pulmones como piedras.

Aunque él no recuerda nada de aquellos momentos, sí lo hace su mujer, María Hilaria Rodríguez, que ha vivido unos meses de auténtica angustia al no poder estar con él. «Pasábamos todo el día esperando la llamada del hospital para que nos diesen noticias». Para ella lo peor era no poder acompañarle.

En aquellos momentos los hospitales estaban saturados. Morían tres o cuatro personas al día, por lo que era inevitable no pensar lo peor, apunta su nuera, Vanesa Senero.

No fue hasta el día antes de Nochebuena cuando su hijo Carlos y María Hilaria pudieron pasar media hora con él. «Tras dos meses sin verlo fue una sensación muy rara y muy dura porque esperabas encontrarlo despierto, pero lo único que hacía era responder a los estímulos», afirma su hijo.

Después de Navidad vino otra ola de contagios y volvieron a restringir las visitas, por lo que su familia tuvo que volver a esperar las llamadas para tener noticias de Carlos.

En el mes de enero abandonó la UCI para subir a planta. Del Universitario lo trasladaron al Hospital Perpetuo Socorro, también en Badajoz, donde una bacteria lo envió de nuevo veinte días a la UCI hasta que se recuperó y regresó a planta, donde estuvo aislado debido a su delicado estado de salud.

Carlos no tenía ninguna patología previa, cuenta Vanesa. «No es hipertenso, no tiene diabetes, no es asmático...». Aún así el coronavirus le ha dejado grandes secuelas de movilidad.

Por eso el 12 de marzo fue trasladado al centro de recuperación neurológica Hospital Casaverde de Mérida, donde ha permanecido ingresado los últimos cuatro meses. «Allí me han cuidado muy bien, he vuelto a comer y a poder vestirme solo».

En este centro Carlos ha recuperado su autonomía, aunque aún le queda trabajo por hacer, pues debe acudir al centro a diario para continuar con la rehabilitación.

Pese a su humor y sus ganas de salir adelante, Carlos ha vivido unos meses muy duros en los que ha pasado mucho miedo. No concibe cómo puede haber personas que nieguen la existencia de la covid.

«El virus está ahí, el bicho existe, yo lo he visto muy de cerca», afirma.

Lo que más ha echado de menos en este tiempo ha sido a su familia, a sus nietos, pasear por el campo, su perro y comer jamón. Ya en casa, no podrá recuperar el tiempo perdido, pero sí podrá volver a disfrutar de las cosas que tanto ha echado de menos.

Carlos asegura que ha sacado fuerza de donde no tenía para salir adelante.

Sus nietos no le dejan continuar con la charla. El más pequeño, Carlos, se sube a sus rodillas, llevaba demasiado tiempo sin poder hacerlo. Claudia quiere jugar con él con uno de los globos que decoran el salón de la casa. Mientras, Francisco, el mayor le mira emocionado. Es una suerte tener al abuelo de vuelta en casa, asiente.

Carlos Camello debe ser el extremeño que más tiempo ha pasado hospitalizado por la covid, un abuelo más de los muchos a los que el virus ha llevado al hospital para mostrarle la cara más fea de la soledad.

Él por suerte está de vuelta y tiene fuerzas para contarlo.