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Paula Guerra es directiva en dos centros de El Corte Inglés. :: hoy

Las relaciones laborales más humanas

Paula Guerra Jefa de Personal en dos centros de El Corte Inglés

CRISTINA NÚÑEZ

Lunes, 26 de diciembre 2016, 08:22

Dice que no pasa 15 días sin volver a Trujillo, su casa, que le permite oxigenarse, andar, comer, arrebujarse en el calor familiar. Paula Guerra busca esa calma de la que no dispone en el día a día como jefa de Personal de dos centros comerciales de El Corte Inglés en Madrid, el de Vistalegre y el de Parque Sur, el recinto considerado el más visitado de Europa. A sus 33 años, y después de llevar ya 10 en este grupo español de grandes almacenes, es la encargada de gestionar los asuntos que afectan a 600 empleados. En plena Navidad las visitas a casa se suspenden. Es la etapa fuerte de las compras y el trabajo se multiplica. Parque Sur es un Corte Inglés clásico y Vistalegre tiene formato de Hipercor, un hipermercado.

Esta joven llegó a esta firma para hacer prácticas con 23 años y en 2009 ya ocupaba su primer despacho como responsable de personal, lo que la convirtió en una de las directivas más jóvenes de El Corte Inglés. Paula Guerra salió al mundo laboral cuando la crisis ya mostraba sus dientes, pero supo defenderse bien, respaldada por una sólida trayectoria académica. Esta trujillana es Licenciada en Psicología por la Universidad de Salamanca, en la que logró estar entre los diez mejores expedientes de su promoción. Es Máster en Dirección de Recursos Humanos por el Icade de Madrid. Conociendo estos datos toma un especial sentido la foto de perfil que tiene en el Whatsapp: «lo llaman suerte pero es constancia, lo llaman casualidad pero es disciplina, lo llaman genética pero es sacrificio. Ellos hablan, pero tú trabajas duro. Lucha por tus sueños».

El trabajo de Paula Guerra consiste en gestionar todos los asuntos relacionados con la plantilla y las relaciones sindicales. Desde las cuestiones más previsibles como un contrato o una jubilación a las relaciones entre los trabajadores o cuestiones inesperadas. Ascensos, formación, traslados o excedencias son materias de su competencia, es decir, todo lo que tiene que ver con las condiciones del trabajador. Paula se encontró al iniciar este cargo con un personal muy identificado a esta firma, y con muchos años de antigüedad. En El Corte Inglés trabajan 92.000 personas en todos sus centros de España (casi la misma población que la ciudad de Cáceres).

Esta joven cree en el trato cercano con los empleados, y pone en práctica un sello muy personal, como los desayunos a los que invita a los trabajadores cuando se dan resultados positivos en determinados índices que se analizan. «Para hacer recursos humanos tienes que estar con el trabajador, esto es como una familia y como en todas las familias existen cosas buenas y cosas malas», explica. «Es un trabajo de ir apagando fuegos, intento hablar mucho con la plantilla, conocerlos y hacerlo muy cercano, hay que estar con el trabajador y con los sindicatos». Cree que en equipos tan grandes son las fuerzas sindicales las que dan el pulso de la realidad por lo que hay que tenerles muy en cuenta y escucharles siempre.

Aunque reconoce que sigue los procedimientos que marca El Corte Inglés, intenta aportar cosas de su cosecha, de su experiencia y de sus valores. «Cada uno puede llevar sus estilos de dirección, por su personalidad, yo soy psicóloga y el trato con la gente lo cuido, eso no me lo marca nadie».

Otra de las cuestiones en las que esta gestora de recursos humanos quiere poner el acento es en la conciliación entre la vida familiar y la personal, un verdadero reto social y que últimamente ha vuelto a saltar a la actualidad. Tiene constancia de que muchas mujeres en la sociedad rechazan puestos directivos. Es el famoso techo de cristal con el que se topan cuando dan el salto a la maternidad. «Yo siempre me he sentido igual que mis compañeros y en mi empresa se están haciendo cosas porque las mujeres seamos directivas, aunque esto lleva una carga de horarios que muchas, ya de inicio, rechazan, sobre todo si son madres o quieren serlo», reflexiona. Reconoce que «en España el tema de la mujer en el mundo laboral es algo que se está trabajando». El Corte Inglés cuenta con una importante parte de mujeres entre sus filas, muchas de cara al público, como vendedoras. «Me gustaría que hubiera muchos más hombres pidiéndome excedencias o reducciones de jornadas, pero es un tema que se delega en la mujer» cuenta esta directiva que se expresa de forma resuelta y vital.

Desde que El Corte Inglés abriera su primera tienda en 1890 en la calle Preciados de Madrid su expansión ha sido imparable. En el inconsciente colectivo hay una imagen de estos grandes almacenes. Paula Guerra cree que «es una empresa que está muy arraigada en España» y que «todo el mundo ha pasado alguna vez por El Corte Inglés, aunque no sea cliente habitual». El carácter familiar marca los orígenes de esta empresa, pero es un rasgo que se mantiene. «Es una empresa muy vinculada a lo que es España».

Está satisfecha con el trabajo que lleva a cabo y Madrid le parece un lugar con oportunidades, a pesar del estrés que imprime en ciertos momentos. La idea de trabajar en Extremadura estuvo en un principio en su cabeza, porque le gusta la región, se identifica con esta tierra, pero asume que las opciones laborales para su profesión son pequeñas, por la falta de empresas con gran volumen de empleados.

La realidad comercial de Extremadura es bien diferente a la de Madrid, donde se puede comprar siete de siete días a la semana y el ocio pasa, en numerosas ocasiones, por pasearse por un centro comercial.

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