De abogada de a pie a decana

Filomena Peláez siempre ha dicho de sí misma que es una simple abogada de a pie. Pero hace ahora cinco años sus compañeros de profesión la eligieron decana en una concurrida votación en la que le disputó esa alta responsabilidad a otros cuatro compañeros, todos ellos varones.

Desde entonces, esta abogada de Badajoz es la encargada de dar voz a los más de 1.100 letrados que componen el Colegio de Abogados pacense, un colectivo en el que cada día hay más mujeres.

Filomena Peláez creció en el casco antiguo de Badajoz. Su abuelo y su padre regentaron durante años el conocido restaurante Los Gabrieles, que estuvo en la céntrica calle Vicente Barrantes. Pero ella no se sintió llamada por el negocio de la hostelería, y después de cursar COU decidió convertirse en la primera abogada de su familia.

De las togas siempre le atrajo la posibilidad de defender los derechos de los colectivos más débiles y vulnerables. «La abogacía no es una cuestión crematística; el abogado tiene una importante función social», le gusta decir.

Se licenció en la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura, en Cáceres, y su primer trabajo lo tuvo como pasante en el despacho de Fernando Fernández de Soria. Con posterioridad se incorporó al bufete de Antonio López Aparcero, donde ejerció la abogacía durante 13 años.

En los primeros años de ejercicio tocó todo tipo de asuntos, pero con el paso de los años se centró en asuntos de familia, una especialización que le obligó a dar respuesta a los casos de violencia de género que se le iban presentando. Esa experiencia le está siendo muy útil ahora que preside la Subcomisión de Violencia sobre la Mujer del Consejo General de la Abogacía Española.

La decana del Colegio de Abogados es muy clara cuando afirma que el maltrato en el hogar sólo se podrá corregir si la igualdad se trabaja con los niños desde el colegio y el hogar. «Hay que educar para que no se repitan los estereotipos del pasado basados en el dominio del varón que considera a la mujer un ser inferior», afirmó en una de sus últimas entrevistas.

Y es que Filomena Peláez es muy crítica con las conductas que pueden contribuir a la perpetuación de las conductas machistas. Hace unos días contó a sus compañeros de profesión la preocupación que le había transmitido una magistrada de Madrid al comprobar que a los cumpleaños de los compañeros de clase de sus hijos sólo iban los niños o las niñas según se tratase de un alumno o una alumna. «Ese tipo de distinciones no son buenas», fue su respuesta.

Esa apuesta por la igualdad es la que ha llevado al Colegio de Abogados de Badajoz a implantar una medida que resulta novedosa. Hasta hace muy poco tiempo, cuando una colegiada era madre se le eximía del pago de la cuota durante varios meses. Ahora, ese beneficio se concede también a los colegiados varones cuando son padres.

Sus compañeras de directiva en el colegio aseguran que Peláez vive su decanato como un auténtico privilegio. «Está convencida de pertenecer a una profesión en la que no existe esa discriminación a pesar de que todavía hoy son mayoría los colegiados varones. «Yo he sido siempre absolutamente respetada por lo que hago, no por ser mujer, pero es verdad que ese techo de cristal existe en la sociedad», ha manifestado a HOY la propia decana.

Esa apuesta por la igualdad también ha tratado de ponerla en práctica en la educación de sus hijos José Luis y Guadalupe, que han seguido sus pasos en la carrera de la abogacía. «Como madre siempre le he enseñado que ser responsable es hacer aquello en lo que crees, con sensatez y coherencia».

José Luis, además, ha convertido a Filomena Peláez en la madre del secretario general de Podemos en Badajoz. A ella le hubiese gustado que siguiese en el despacho con ellos sin entrar en política, pero siempre ha apoyado la decisión de su hijo, al que le dijo un día que hiciera lo posible para «no tener que bajar la cabeza por haber hecho algo que no fuese coherente con lo que vive».

Ahora, Filomena Peláez vive su segundo mandato como decana, lo que le obliga a viajar por toda España. Sus compañeras de junta de gobierno aseguran que a la decana de Badajoz la conocen ya en todo el país y que «representa estupendamente a su tierra allá donde va».

Pero esta mujer no presume de cargo y cuando se le pregunta por sus orígenes siempre responde lo mismo: «Yo sólo soy una abogada de a pie que vive y come de su profesión, y a ella volveré cuando acabe con esta responsabilidad».