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El médico deportivo y profesor en la UEx, Marcos Maynar, ayer en el banquillo de los acusados:: EFE
Con la llegada del médico cacereño «el número de pinchazos aumentó notablemente»

Con la llegada del médico cacereño «el número de pinchazos aumentó notablemente»

Comienza en Bilbao el juicio por una trama de dopaje de remeros en la que está imputado Marcos Maynar, profesor de la Universidad de Extremadura

JULEN ENSUNZA | el correo

Martes, 3 de noviembre 2015, 09:55

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El testigo protegido de la 'Operación Estrobo' en la que se juzga una presunta trama de dopaje de remeros de Bermeo (Vizcaya) en la temporada 2010 ha reconocido ante la jueza que instruye el caso en el juzgado de lo penal número uno de Bilbao que el exentrenador de la entidad 'txo', José Manuel Francisco, uno de los diez imputados en la causa, era el que pinchaba en el club, además de la ATS, «en vena, por la tripa, el hombro y por el culo». El remero aseguró también que «tras la marcha del anterior médico del club, Alberto Beltrán, y la visita a Bermeo de Marcos Maynar -médico deportivo extremeño y profesor de la UEx- el número de pinchazos aumentaron notablemente» y que éste también le pinchó en una ocasión.

Asimismo, apuntó que se sufrió vómitos, mareos y escalofríos en dos ocasiones tras recibir los pinchozos y que por ello se negó «a seguir así» por lo que el preparador gallego le «apartó del equipo». En la primera jornada del juicio, en la que a los imputados se les acusa de un presunto delito continuado contra la salud pública, declararon todos los procesados. Teresa Mesa, esposa del exciclista Antonio Arenas, fue la única que reconoció el delito que se le imputa y aseguró que realizó tres envíos de EPO y Aranex a Bermeo, concretamente «a la oficina de la entidad bancaria» en la que trabajaba el expresidente, Josu Zabalondo. El preparador de la 'Bou Bizkaia' , por el contrario, declaró que en esos paquetes recibió «unas piezas de bicicleta para hacer un regalo a uno de los patrones que colabora con el club en bateles».

El Juzgado de lo Penal número 1 de Bilbao ha iniciado este lunes la vista por este caso, en el que están acusadas diez personas y para las que la Fiscalía pide un total 26 años de cárcel. Entre los acusados, se encuentran el expresidente del club de remo, el exentrenador, el exmédico del club B.G.M. y la enfermera A.O.A, además del doctor en medicina deportiva y profesor universitario Marcos Mainar, dos farmacéuticas, el exciclista Antonio Arenas y su esposa, y la esposa del expreparador.

El ministerio público solicita dos años y medio de prisión para cada uno de los procesados como coautores de un delito continuado contra la salud pública. Además, reclama otro año más de cárcel para uno de los facultativos por supuesta falsificación de documento privado. La Fiscalía considera que, durante la temporada deportiva 2009/10 diferentes cargos del club «puestos de común acuerdo, facilitaron, adquirieron, administraron y suministraron» a los remeros sustancias destinadas a aumentar sus capacidades físicas «poniendo en grave riesgo su salud».

Entre ellas, cita la insulina, dexametasona, eritropoyetina (EPO), darbepoetina alfa, efedina, hormona luteinizante, hidrocortisona fosfato sódico, nandrolona-decanoato, piracepam y tetracos actida, entre otras, además de albúmina humana, que posee carácter de agente enmascarante.

«Todos estaban asustados»

El exremero se ha mostrado convencido de que, en el equipo, la mayoría «estaban asustados» y sufrían síntomas, si bien «tenían mucho miedo de que les pasara lo que a mí». El testigo ha asegurado que las inyecciones comenzaron a darse «todos los días», de manera que «había pinchazos» de lunes a viernes después de entrenar y el fin de semana antes y después de la regata. En su opinión, les suministraban «microdosis» en «muchas jeringuillas» para evitar los «controles».

Por otro lado, ha relatado que Mainar estuvo en el club de remo dos días y les dijo que «estaba allí para ayudar a ganar La Concha» y que, si no se lograba, «no cobraría nada». El testigo, que ha asegurado que no conocía al médico oficial del club, ha explicado que también le dieron una jeringuilla «con poca cantidad» para que se «pinchara en casa», pero, como se encontraba mal, decidió no hacerlo y guardarla. Tiempo después de abandonar el equipo, se la pidió José Luis Korta, el entrenador de su posterior club, y se la entregó, si bien ha reconocido que en su primera declaración ante la Fiscalía no hizo referencia a su existencia.

«Ganábamos sobrados»

El exremero ha explicado que los resultados del equipo mejoraron y esa temporada se hicieron con la Liga, con carreras que ganaban «sobrados», y la bandera de La Concha. Según ha indicado, lo único que cambió, desde la visita de Mainar, fue que «aumentaron los pinchazos», pero no los entrenamientos.

Por su parte, T.M., la esposa del exclista y actual agente de la Policía Antonio Arenas, ha reconocido que envió en agosto y septiembre de 2010, desde Córdoba y a través de una empresa de mensajería, tres paquetes con EPO y Aranex, a una dirección de una entidad bancaria de Bermeo y con un número de cuenta a nombre de Zabalondo. Según ha indicado, recibió el encargo a través de un teléfono de su marido, que había sido paciente de Mainar y con el que entonces no convivía, «de parte» de este médico.

Sin embargo, el entrenador del club entre 2009 y 2011, José Manuel Francisco, ha afirmado que esos paquetes contenían piezas de bicicleta. El expreparador ha asegurado que «nunca ha pinchado» a los remeros, si bien sí ha admitido que encargaba medicación según lo que los médicos «mandaban». Asimismo, ha afirmado que Mainar visitó el club durante un viaje familiar a Euskadi, en el que se ofreció a prestar una máquina seca de reflotron para medir mejor los niveles de grasa de los deportistas, que él mismo fue a buscar hasta Cáceres, junto a un directivo. Posteriormente, según ha indicado, el médico extremeño remitió elementos para realizar los controles con la máquina y productos homeopáticos.

El entrenador ha asegurado que, en ningún caso, había ninguna «sustancia prohibida» y ha añadido que, en ninguno de los controles que pasan habitualmente los remeros, desde ninguna organización les advirtieron de «ningún problema» de salud.

Por su parte, Marcos Mainar, que ha afirmado no conocer a T.S., ha asegurado también que visitó el club en el marco de unas vacaciones tras un proceso penal «muy duro» en Portugal, del que fue absuelto, y después de conocer por el periódico que José Manuel Francisco era su entrenador. Tras insistir en que nunca suministró «productos dopantes», ha confirmado que únicamente realizó esos dos envíos a Bermeo.

También ha declarado el entonces médico del club, B.G., que ha explicado que se le pidió que asumiera temporalmente este cargo ante la marcha del anterior facultativo durante la temporada 2010 y que le entregaron un listado de medicación que «estaban usando» en el que no se encontraba ningún producto «dopante» o «peligroso». Según ha apuntado «todo venía pautado y prescrito» por el médico anterior.

El médico ha admitido que realizó dos peticiones a la farmacia de su cuñada, también acusada en el proceso, de albúmina humana, si bien ha asegurado que eran para una paciente en una clínica. La enfermera del club A.O., que colaboró en él desde 2007 a 2010, ha afirmado que le dejaban en un listado lo que había que inyectar a los remeros, que ella pensaba que era «por orden médica», y que no se suministraba por vía intravenosa. Además, ha indicado que nunca vio ningún producto que llamara «la atención».

Lee el artículo completo en El Correo.

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