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Interior del pabellón donde se ha celebrado el funeral de los cinco menores fallecidos.
Miles de personas despiden a los cinco  fallecidos en el accidente del microbús

Miles de personas despiden a los cinco fallecidos en el accidente del microbús

Monterrubio de la Serena acogió el funeral en recuerdo de los chicos de 12 a 15 años de edad que perdieron la vida el pasado jueves

Juan Soriano

Sábado, 10 de mayo 2014, 10:24

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Pasa media hora de la una de la tarde en Monterrubio de la Serena. El pabellón polideportivo de la localidad se ha quedado vacío tras el funeral por los cinco chicos fallecidos el pasado jueves en un accidente de tráfico a la salida de Castuera. Los ramos y las coronas de flores se amontonan junto a las paredes, mientras un grupo de personas se encarga de recoger las sillas que se han colocado en la pista para que cientos de vecinos puedan seguir el sepelio. Bajo el marcador permanece el improvisado altar, junto a las imágenes de un Cristo y una Virgen. En la pared está el cartel que los compañeros de los fallecidos han colocado en su recuerdo. Aparecen los nombres de los que ya no están. Ismael, de 13 años, José Manuel, de 12, Juan Pedro, 14 años, y Bernardo y Javier, ambos de 15. Hay una bandera de Extremadura con un crespón negro, resumiendo el sentir de toda la comunidad. Y varios mensajes escritos, entre ellos «os llevaremos siempre en el corazón».

Monterrubio de la Serena, una localidad de 2.700 habitantes, está rota por la tragedia desde que a las 21.22 horas del jueves volcó a tres kilómetros de Castuera, en una recta con perfecta visibilidad, el microbús en el que los jugadores del equipo local de fútbol sala regresaban de jugar en Herrera del Duque. Se salió de la vía cuando la retroexcavadora a la que trataba de adelantar hizo un movimiento extraño. El conductor de esta máquina, Fernando F. M., de 37 años y vecino de Castuera, está en prisión sin fianza desde el pasado viernes por delitos de homicidio imprudente, lesiones y contra la seguridad del tráfico. Dio positivo por cocaína y cannabis.

Desde primera hora de la mañana de ayer el polideportivo de Monterrubio era un hervidero de gente. Centenares de vecinos y amigos de los fallecidos aguardaban el inicio del funeral, que atrajo a un gran número de medios de comunicación. Por deseo de las familias no accedieron al pabellón, pero se hizo una excepción para que tomaran imágenes.

El gran despliegue de las fuerzas de seguridad ayudó a organizar el sepelio. La Policía Local se encargó de distribuir el tráfico y acordonar la zona. Y la Guardia Civil contó con más de 50 agentes de distintas especialidades para ayudar en las tareas de seguridad y tráfico, tanto en la localidad como en las poblaciones cercanas. Muchos de ellos se ofrecieron voluntariamente para participar en el dispositivo.

Asimismo, en la zona había un gran despliegue de equipos de asistencia, coordinados por el centro de urgencias y emergencias 112. Cruz Roja desplazó al lugar seis ambulancias asistenciales y un equipo de más de 50 personas entre psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros y socorristas de acompañamiento. Estos voluntarios de los Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencia procedían de distintas localidades de la región. Se repartieron en ocho equipos para ofrecer tanto ayuda psicológica como asistencial en caso de ataques de ansiedad o mareos. Durante el sepelio tuvieron que atender a varias personas que sufrieron lipotimias o golpes de calor.

En el lugar también había voluntarios del Colegio Oficial de Psicólogos. En total, más de una docena de estos profesionales estuvieron con las familias para animarles a superar lo ocurrido. Otro grupo de Cruz Roja se centró en labores logísticas y de albergue, desde repartir agua a acompañar a familiares de las víctimas al lugar del funeral. Una labor en la que se volcó asimismo el Ayuntamiento de Monterrubio, una localidad que ha dado un ejemplo de solidaridad. Su alcalde, Antonio Blázquez, agradeció las muestras de apoyo recibidas de todo el país.

Blázquez destacó el carácter masivo de la asistencia al sepelio, con unas 2.000 personas en el polideportivo, unas instalaciones que acogieron unos actos fúnebres en los que «todo ha sido especial», según recoge Efe. Asimismo, el primer edil señaló que, tras dos días de duelo, de poco dormir y de mucho dolor, tanto las familias de las víctimas como en general toda la población están «reventados».

La pérdida de los cinco jóvenes también se ha sentido especialmente en la cercana población de Castuera, donde tuvo lugar el accidente, ya que los fallecidos acudían a diario a clase al instituto de la localidad. Se fletaron autobuses para que la comunidad educativa acudiera al funeral, al que asistió el alcalde, Manuel Paolo Atalaya.

Pasadas las 10.40 llegó el arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, quien se encargó de oficiar el funeral. Y pocos minutos después apareció la comitiva oficial, encabezada por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien se desplazó a Monterrubio en compañía del secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, y la responsable de la Dirección General de Tráfico, María Seguí. Junto a ellos, el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, al frente de una nutrida representación del ejecutivo autonómico, el presidente del Parlamento regional, Fernando Manzano, y el delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias. Personalidades del mundo de la política, las organizaciones sociales y el deporte también quisieron arropar a las familias de los fallecidos.

El polideportivo se quedó pequeño. Muchos esperaron en la puerta a que acabara el funeral, o en un parque situado frente al pabellón, donde se vivieron escenas de dolor. Además de los familiares, muchos compañeros y amigos de los fallecidos no pudieron contener las lágrimas.

Poco después de las 12.00 las autoridades abandonaron el lugar tras atender a los medios de comunicación. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, indicó que las circunstancias que han rodeado al accidente «han hecho que la inmensa mayoría de las familias españolas, no sólo las de Monterrubio, haya sentido como suya esa desgracia».

Investigación en marcha

Fernández Díaz fue preguntado hasta en tres ocasiones por la marcha de la investigación, pero declinó ofrecer nuevos datos. «Creo que se ha publicado suficiente», apuntó en referencia a la información aparecida en los distintos medios de comunicación, a la que concedió un alto grado de fiabilidad. «Todos tenemos una idea bastante aproximada de lo que ha sucedido».

El ministro del Interior no quiso salir al paso de distintas informaciones que ofrecen datos sobre la identidad del detenido (cuyo nombre es Fernando, según apuntaron a este diario fuentes solventes) y sobre la posibilidad de que huyera del lugar de los hechos tras el accidente. Sobre este punto, la Delegación del Gobierno en Extremadura señala que en las diligencias de la Guardia Civil que pasaron a disposición de la jueza de Castuera junto al conductor de la retroexcavadora no se indica esta posibilidad. De haberlo conocido, añade, los agentes tendrían que haberlo indicado, ya que los hechos podrían constituir un delito de omisión del deber de socorro, que se sumaría a las imputaciones por los delitos de homicidio por imprudencia, lesiones y contra la seguridad del tráfico.

La Delegación del Gobierno añade que cuando la Guardia Civil llegó al lugar del accidente en la noche del jueves encontró allí al conductor de la retroexcavadora, por lo que nada indica que huyera. Sin embargo, no se descarta que la investigación que se está llevando a cabo pueda determinar que abandonara la zona y que regresara después. De hecho, el vehículo que conducía se encontraba alejado unos metros.

Según apuntó Fernández Díaz, tanto la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Castuera (que fue quien decretó prisión incondicional para F. F. M.) como la Guardia Civil y su equipo de reconstrucción de accidentes están haciendo bien su trabajo y ahora sólo queda esperar a que continúe la investigación. «El hecho de que la jueza de instrucción haya decretado el ingreso en prisión sin fianza del conductor de la retroexcavadora creo que me exime de decir nada más», añadió.

«Está la jueza de instrucción cumpliendo su trabajo, la Guardia Civil está realizando las investigaciones correspondientes, y en estos momentos por mi parte creo que sería absolutamente imprudente decir nada más, y más en un día como hoy, en el que estamos aquí para acompañar a las familias y a todo Monterrubio en el dolor que les aflige, sabiendo que no están solos y que está toda España con ellos», añadió.

«Hoy es un día de dolor, de estar cerca de las familias, de los cinco muchachos fallecidos y de los heridos», apuntó Fernández Díaz, quien animó a «aprovechar esta experiencia para sacar lo que de bueno podamos sacar».

«Hemos de aprender de estas tragedias», afirmó el ministro del Interior. «Que sirva para que algunos menos padezcan las consecuencias de la carretera, que todos seamos conscientes cuando nos ponemos al frente de los vehículos que hemos de cumplir todas las normas de circulación», puesto que «de la prudencia y la diligencia en la conducción no sólo depende nuestra vida, dependen las vidas de los demás, como hemos visto desgraciadamente en este caso».

El laboratorio del Servicio de Toxicología del Instituto de Ciencias Forenses de la Universidad de Santiago de Compostela recibirá mañana lunes la muestra de saliva del conductor de la retroexcavadora involucrado en el accidente para confirmar que había tomado drogas.

Tras el funeral, Fernández Díaz acudió junto a José Antonio Monago y Germán López Iglesias al punto del accidente para conocer de primera mano lo ocurrido, y después tomó en Castuera el helicóptero que le llevó de vuelta a Madrid. El lugar del suceso, en la carretera BA-051, está marcado con flores.

Cuerpos a hombros

Hacia la una de la tarde empezaron a salir los cuerpos del polideportivo con destino a sus lugares de descanso. Fue uno de los momentos más emotivos. Jugadores del equipo de fútbol sala de Herrera del Duque, con los que jugaron los fallecidos su último partido, hicieron el pasillo. Los familiares y amigos de los cuatro chicos de Monterrubio de la Serena que perdieron la vida en el accidente (Juan Pedro Martín, José Manuel Tena, Bernardo Raya y Javier Paredes) se encargaron de llevar a hombros los féretros con los restos mortales hasta el cementerio de la localidad, situado a pocos metros del pabellón. Los aplausos acompañaron a la comitiva, a la que se fueron sumando decenas de personas.

A continuación, salió del deportivo el ataúd con el cuerpo de Ismael Herrador, miembro del equipo de fútbol sala del Club Deportivo Monterrubio que residía en la vecina localidad de La Nava, una pedanía de Benquerencia de la Serena. Hasta allí se desplazaron sus familiares para darle el último adiós.

Tras el funeral y el entierro, sólo queda esperar que los vecinos de Monterrubio de la Serena y de La Nava, y en especial las familias de los fallecidos, puedan recuperar el pulso del día a día tras un fatídico accidente que se ha llevado por delante a cinco chicos que tenían toda la vida por delante.

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