Alabardero

Alabardero es un taberna y casa de comidas andaluza, aunque también podría ser un museo, ya que en sus paredes hay colgadas auténticas reliquias. Desde vinilos de Camarón o del Porrina de Badajoz, hasta carteles originales de corridas de toros con más de un siglo de antigüedad.

Pero, profundizando en el terreno gastronómico, en su carta encontramos platos muy sevillanos, siendo los más aclamados su fritura o montadito de 'pringá'. Tampoco falta un buen listado de chacina extremeña: lomo doblado, morcón, jamón ibérico... Y hay raciones tan clásicas como la de ensaladilla rusa, rejos, tomates aliñados o prueba de salchichón de matanza. También llaman la atención en su carta las 'patatas bravas como antes' o los 'chocos como dios manda'. En los dulces, sigue la tradición con una tarta de la abuela, un flan de la casa y y un postre del día. Además, disponen de un grifo de vermú (quizá inspirado por su hermano El Bistró del Genio) y otro de Cruzcampo. No podía ser de otra forma viniendo su filosofía de Andalucía.

En definitiva, una tasca actualizada, pero sin perder el foco de las recetas tradicionales. «Creemos que esta plaza era el sitio perfecto, porque viene mucha gente de Sevilla a la que le gusta este estilo de comida», explican sus dueños. El local cuenta con una gran terraza, con capacidad para unas 30 personas, y otras 20 en su interior, donde hay bufandas de la Selección Española y del CD Badajoz, el escenario ideal para los amantes de lo castizo.

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