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La gran fiesta de los sabores cacereños

Cáceres Gastronómica | La cocina de la provincia demostró este viernes su gran potencial en una cita a la que no faltaron los mejores restaurantes

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Viernes, 18 de noviembre 2022, 22:10

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Una gran fiesta para comensales y cocineros. Podría ser un buen resumen de la primera edición de Cáceres Gastronómica, organizada por En Salsa y celebrada este viernes en el Palacio de Congresos de Cáceres con la colaboración de la Diputación de Cáceres y el Ayuntamiento de Cáceres. No cabía ninguna duda de que los 300 afortunados que consiguieron entrada para este evento (se agotaron en tan solo dos horas), acudieron a disfrutar de los sabores y productos de la provincia. Pero, además, los cocineros que se prestaron a preparar sus mejores elaboraciones, también pudieron gozar en este encuentro.

Además de probar las tapas de otros compañeros, las bromas entre emplatado y emplatado se sucedieron sin parar. Y es que la novedad siempre es estimulante. Los chefs compartieron espacio de trabajo, ya que se habilitaron tres salas para ello. «Están muy bien preparadas, con neveras y todo el material que necesitamos», aseguró Javier Martín. «Pero está bien que estemos de tres en tres, que si no es mucho estrés», sentenció el chef cacereño.

Aproximadamente sobre la una del mediodía, un suculento aroma empezó a recorrer el Palacio de Congresos de Cáceres. Era el resultado del avance de algunas tapas y el preludio al gran festival gastronómico que llegaría después.

Unos minutos antes de dar comienzo oficialmente Cáceres Gastronómica, las autoridades se personaron en el Palacio de Congresos, interesándose por los expositores que habían llevado hasta allí algunos de sus productos: la DOP Torta del Casar, la marca de bombones Rabitos Royale y la bodega Ruiz Torres, que presentó en la región su último lanzamiento, el vino enlatado.

Asimismo, Álvaro Rodríguez Guitart, director general de HOY; Claudio Mateos, delegado de HOY en Cáceres; Elisabeth Martín, diputada de Agricultura; Fernanda Valdés, concejala de Cultura, y Jorge Villar, concejal de Turismo, departieron con todos los chefs mientras elaboraban sus tapas. Entre bambalinas pudieron contarle a las autoridades sus preocupaciones ante las dificultades que atraviesa el sector, así como mostrar su alegría por estar participando en Cáceres Gastronómica.

Mientras, en la zona habilitado como comedor, fluía la conversación tranquila y la llegada sosegada de los comensales. Además, el catering San Jorge hizo acopio de sus camareros más profesionales y simpáticos para este cónclave gastronómico. Incluso dotó de pinches a los cocineros que precisaron ayuda.

De hecho, fue el propio catering San Jorge quien se encargó de abrir boca con unas tartaletas de Torta del Casar. Acto seguido, Javier Martín presentó su bombón de aceituna verde con salsa de aceituna negra y caviar de AOVE. Una tapa muy elaborada sobre la que había mucha expectación dada su apariencia delicada y exótica.

Le siguió un plato de altura y con muchos apellidos: el carpaccio de Versátil, elaborado con carne de Ternera de Extremadura, lascas de queso de Acehúche, salsa de mostaza y miel de las Villuercas-Ibores, y aderezado por una vinagreta de trufa negra y aceite Gata-Hurdes. Un bocado ligero y muy sabroso, perfecto para mojar el pan artesano de Los Pollos, una panadería de Casar de Cáceres.

Después, Ruth Vicente llegó desde Jarandilla de la Vera con un plato muy otoñal y con su personalidad impresa. Una espuma de patata con huevo poché con unas florecillas y brotes por encima, un bocado muy representativo de Al Norte, su restaurante. «Un plato con flores y plantas gana mucho. Es como una casa», apostilló la jarandillana, quien confesó su fascinación por este evento. «Es una pasada poder estar hoy aquí», exclamó.

Vídeo.

La Maltraviesa introdujo el punto picante con su sardina ahumada yaciendo sobre una berenjena asada y adobada en achiote, una especia frecuente en la cocina mexicana. En la base del plato, un ajo blanco repleto de sabor.

La Terraza es un restaurante ubicado en la pedanía La Aceña de la Borrega de Valencia de Alcántara. Abrió hace ocho meses y ya está dando mucho que hablar en la región. Sobre todo por su buena mano a la hora de elaborar pescados. Por este motivo, Trinidad Sánchez, su propietaria y responsable de esa buena mano, quiso deleitar a los comensales con su plato estrella: el pulpo. Ella lo realiza habitualmente en una parrilla, por lo que, a falta de brasas, tuvo que darle el punto del fuego con un soplete. No cabe duda de que los cocineros extremeños saben adaptarse a las circunstancias y superarlas con éxito.

Los propietarios de El Palancar, Getulio y Pilar, trajeron desde Pedroso de Acim una de sus mejores elaboraciones: la lasaña de boletus con queso de cabra viejo gratinado. Un plato ideal para los amantes del queso, ya que su sabor perduraba largo rato en el paladar.

Por último, Mario Clemente dispuso sobre la mesa una tapa muy ibérica: un pimiento rojo asado, relleno de costillas a baja temperatura, reposando sobre una salsa de manitas de cerdo y coronado por torreznos y cebolla frita. El responsable de La Alberca fue ayer el más joven de los chefs que participaron en Cáceres Gastronómica. A pesar de celebrarse la Feria Agroganadera en Trujillo, donde tiene su restaurante, y el Mercado Medieval de Cáceres, llegó sin estresarse y con una gran sonrisa a cuestas. A sus 27 años tiene toda la energía del mundo para desdoblarse y trabajar en pro de la restauración extremeña. «Estaré en todo lo que sea de gastronomía, ya que me encanta», aseguró.

Un postre inolvidable

Con la tapa dulce llegó el misterio. Los camareros colocaron delante del comensal una cajita con una inquietante tarjeta blanca en la que se podía leer: «Cocinar es poner tu alma en aquello que haces. Por ello, este plato es algo único...». Las incógnitas se despejaron con la firma de Claudio Vidal, el chef de Casa Claudio. Quiso elaborar para la ocasión una cheesecake de Torta del Casar. «Mucha gente viene al restaurante solo por este postre, por eso cuando decidí participar, tenía claro que lo haría», detalló. Era una tapa interactiva, ya que el comensal tenía que untar la confitura de membrillo sobre unas galletitas de mantequilla y romper la Torta del Casar dulce. Un postre al que le llovieron los elogios.

También hubo una degustación de los bombones Rabitos Royale, así como una lata de pimentón de la Vera dulce para cada comensal. Los cerveceros tomaron Heineken, Águila sin filtrar y Águila Dorada. Y el vino corrió a cargo de la bodega Ruiz Torres. Se pudo elegir entre el tinto Attelea Crianza DO Ribera del Guadiana y su verdejo.

Para el brindis final, Ruiz Torres trajo su cava, el Brut Sierra de Guadalupe DO Cava, elaborado con uvas de la variedad Macabeo y Chardonnay. Cafés Brezo colocó el punto y final a este viaje gastronómico que demostró, una vez más, el buen estado y alto nivel de los fogones cacereños.

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