Los premios San Pedro de Alcántara reconocen a Carbajo por el Festival El Magusto

En un auditorio al 30 por ciento de su aforo por las medidas covid, la Diputación Provincial de Cáceres entregó el pasado jueves en el Complejo Cultural San Francisco sus cuartos premios San Pedro de Alcántara a la innovación en el medio rural. El acto estuvo conducido por la periodista Esmeralda Torres y amenizado por la banda Swing Ton Ni Song.

El primer galardón, en la categoría que distingue la innovación local en la promoción del desarrollo económico de la provincia, se lo llevó el municipio de Carbajo por su festival de música celta y folk El Magusto, con el que la localidad celebra el día de las castañas, una iniciativa que este año habría cumplido su 17 edición.

La localidad de Garrovillas de Alconétar, por su parte, recibió el reconocimiento por los cuidados estéticos que favorecen la apreciación turística de los pueblos. El Ayuntamiento de Arroyo de la Luz, mientras, se hizo con el premio en la categoría de impulso de la participación social en el municipio, por la puesta en marcha de una plataforma ciudadana de voluntariado durante el confinamiento que ha prestado asistencia a las familias necesitadas de la localidad.

La nueva categoría implantada esta edición, al reconocimiento social de la provincia, galardonó al pequeño comercio del mundo rural por su labor durante el estado de alarma. Recogió el premio en nombre de todos los comerciantes anónimos Carlos Cáceres, gerente de una pequeña tienda en Pinofranqueado que distribuye productos de alimentación por todos los pueblos y alquerías de las Hurdes.

Mientras, la distinción San Pedro de Alcántara a las acciones que favorecen la igualdad y relevancia de la mujer en el medio rural fue para el Club de Mujeres Siglo XXI de Almoharín, a quien hizo entrega del premio, obra de Jesús Mateos Brea, la presidenta de la Asamblea, Blanca Martín. En el apartado de empresas innovadoras, se alzó con el galardón Oleosetin, una compañía agroindustrial fundada en 2008, dedicada al cultivo de olivos y la elaboración de aceite y otras actividades oleo-turísticas.

El presidente en funciones, Carlos Carlos, resaltó que los premios se han convertido en una referencia en la provincia, que persiguen incentivar la creatividad y la iniciativa pública y privada «para poner nuestro grano de arena contra la despoblación».

Por su parte, durante su intervención Guillermo Fernández Vara relacionó la idea de estos premios con el sentimiento de pertenencia a la tierra, «siempre que seamos conscientes de que somos cacereños, españoles y europeos, como una identidad bien entendida», refirió el presidente.

Entre los nominados en las distintas categorías estaban Madrigalejo por un proyecto de transformación de 300 hectáreas en frutales; la localidad de Gata, por el aprovechamiento de sus recursos forestales frente al despoblamiento rural; Hervás por el festival de teatro Los Conversos; o de Robledillo de Gata, entre otros.

Estos galardones fueron concebidos e ideados por la presidenta de la Institución, Rosario Cordero, (de baja por enfermedad y para quien su sustituto, el presidente en funciones, Carlos Carlos, tuvo palabras de agradecimiento) para reconocer el esfuerzo de municipios, colectivos, empresas y de la sociedad en el medio rural cacereño para avanzar en la innovación local y, con ello, frenar la despoblación en las zonas rurales.