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Efe
Las 'apps' chinas víctimas de la nueva guerra fría

Las 'apps' chinas víctimas de la nueva guerra fría

Estados Unidos avanza en su batalla tecnológica con el veto a las populares aplicaciones TikTok y WeChat por 'amenazar' la seguridad nacional

zigor aldama

Shenzhen (China)

Domingo, 9 de agosto 2020, 00:12

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A primera vista, TikTok parece una aplicación totalmente inofensiva. Sirve para grabar y publicar vídeos breves, divertidos, llenos de efectos ingeniosos que se sincronizan a la perfección con músicas pegadizas. Hay bailes, retos, montajes graciosos, y también algún que otro clip de actualidad. Así, en un mundo con menguante capacidad para mantener la atención, su éxito ha sido rotundo: se ha descargado más de 2.000 millones de veces por todo el mundo y suma 800 millones de usuarios.

Su funcionamiento es tan sencillo que resulta adictivo, hasta el punto de que algunos psicólogos se han referido al programa como 'heroína digital' y han advertido de los efectos nocivos que puede tener, sobre todo entre los adolescentes. A Donald Trump también le preocupa, pero por otras razones: TikTok es propiedad de Bytedance, el gigante tecnológico que ha logrado lo que parecía imposible, desarrollar una aplicación china con éxito global. Lo mismo sucede con WeChat -el WhatsApp chino- y Tencent.

Según asegura el presidente de Estados Unidos, el problema está en que, a pesar de que las versiones internacionales de estás aplicaciones operan con independencia de las equivalentes en China -llamadas Douyin y Weixin- y mantienen servidores fuera del gigante asiático, «son una amenaza para la seguridad nacional, la política internacional, y la economía de Estados Unidos». El secretario de Estado, Mike Pompeo, criticó que, además, «comparten con el Partido Comunista datos de los usuarios entre los que se incluyen datos faciales, de localización, de contactos y el número de teléfono».

Además, varios senadores escribieron una carta a los directores de los diferentes servicios de Inteligencia preocupados porque TikTok «puede distorsionar y manipular el discurso político, sembrar la discordia entre los americanos, y lograr así que se materialicen sus preferencias». A menudo, los especialistas señalan que la aplicación móvil censura temas peliagudos para China, como puede ser el tratamiento que el país da a la minoría musulmana uigur, y varios análisis han demostrado que TikTok tiene fallos de seguridad y envía diferentes tipos de datos a los servidores de la empresa cuando se reinicia.

El Ejecutivo de Trump no ha ofrecido ninguna prueba que sustente sus denuncias, pero señala que las leyes chinas no dejan margen de maniobra: si las Autoridades exigen datos, las empresas deben proporcionarlos. Por todo ello, Washington decidió el viernes prohibir ambas aplicaciones en el plazo de 45 días, aunque no detalló cómo lo hará. Lógicamente, China ha puesto el grito en el cielo. «La prohibición de TikTok y WeChat convierten a Trump en un pirata moderno», escribió el diario Global Times, controlado por el Partido Comunista.

Y lo cierto es que analistas independientes afirman que, en lo que se refiere a la recolección y tratamiento de datos, TikTok no hacen nada que no hagan competidoras estadounidenses como Facebook o Instagram. El propio primer ministro australiano, Scott Morrison, aseguró el pasado martes que, tras una exhaustiva investigación, su país no ha encontrado «ninguna evidencia que sugiera un uso malintencionado de los datos de los usuarios» y descartó una prohibición como la que India también decretó hace unas semanas. Allí, decenas de aplicaciones chinas han sido retiradas.

El dilema de la venta

En el caso de TikTok, Washington ha puesto a la empresa en un dilema, porque podría evitar el veto si vende su división estadounidense a una empresa no china antes del 15 de septiembre. Puede elegir entre perderlo todo o ganar algo con el 'software'. China ha calificado este chantaje de «robo», «una completa manipulación política», y «un acto de bullying», pero Microsoft ya ha mostrado su interés por la aplicación, que también quieren comprar otras dos empresas cuyos nombres no han trascendido aún.

Bytedance podría llevar la prohibición a los tribunales, y así lo anunció el viernes, pero tiene pocas posibilidades de prosperar cuando se argumenta una amenaza contra la seguridad nacional. Así que todo apunta a que, dadas las circunstancias, alguna empresa americana se hará con TikTok a precio de saldo. Será un golpe duro para las ambiciones internacionales de Bytedance, pero no tendrá gran impacto en sus cuentas, ya que más del 80% de sus ingresos proceden de la versión china de la 'app'.

No obstante, hay una clara lectura política e incluso el fundador de la compañía, Zhang Yiming, así lo ha reconocido en una carta remitida a sus empleados el pasado lunes. En la misiva, afirma que, aunque discrepa con la actitud de Trump, entiende sus motivaciones: «Siempre hemos protegido la seguridad de los usuarios, la neutralidad de la plataforma, y la transparencia. Pero comprendemos la decisión en el actual clima macroeconómico». Estados Unidos ha declarado la guerra a China en los ámbitos comercial y tecnológico, y las 'apps' chinas siguen el camino de Huawei para convertirse nuevas víctimas de la batalla por la hegemonía mundial que libran las dos superpotencias. No obstante, TikTok ya ha anunciado que apostará ahora por Europa: invertirá 420 millones de euros en su nuevo centro de datos.

El Whatsapp chino es además un medio de pago y de negocios

WeChat es la navaja suiza del ciberespacio chino. Se desarrolló como una copia de WhatsApp, pero ha ido añadiendo todo tipo de posibilidades y ahora vale para todo: se puede pagar 'online' con ella, es una red social potente, e integra servicios de empresas de todo tipo -taxis, comida a domicilio, incluso el pago de recibos-. También censura todo lo que el Gobierno considera conveniente, tanto en los mensajes públicos como en las propias conversaciones. Pero, sobre todo, WeChat es la principal herramienta de comunicación de la población china, y, como tal, se ha hecho indispensable entre los extranjeros que hacen negocios con el gigante asiático. Por eso, su veto en Estados Unidos puede afectar de forma considerable a dos colectivos: la nutrida diáspora china y el ámbito empresarial.

«Antes los chinos eran muy dados a dar tarjetas de visita. Ahora comparten el código QR de su contacto en WeChat. Como nunca han estado muy acostumbrados a utilizar el email, es la app que se utiliza para hablar, para enviar documentos, y para hacer transferencias de dinero pequeñas. Bloquearla es mucho más significativo que hacerlo con TikTok porque es un golpe contra lo que representa la Internet china», explica un empresario español afincado en Shanghái que prefiere mantenerse en el anonimato. «Hay quienes creen que es una buena medida porque China también bloquea casi todas las redes occidentales, pero supone equipararse al mismo autoritarismo que se denuncia siempre desde Estados Unidos y Europa», concluye. El gobierno chino también ha criticado la hipocresía y el doble estándar de Trump, al que, irónicamente, Pekín tacha de autoritario.

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