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¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Los indicadores se midieron al principio, a la mitad y al final del experimento. NEOBÉITAR
Publicación de la Federación Extremeña de Caza

La proteína de insecto mejora el desarrollo de los pollos de perdiz

Un estudio confirma que la alimentación suplementaria con esta proteína favorece su crecimientoFEDEXCAZA

Viernes, 21 de julio 2023, 10:24

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El uso de alimentación suplementaria a base de proteína de insecto en perdices de primera edad ayuda a mejorar su desarrollo y adaptación al campo. Esa es la conclusión principal que se desprende del estudio de investigación llevado a cabo por la empresa Neobéitar y financiado por la Federación Extremeña de Caza para evaluar el uso de elementos innovadores en alimentación de especies de caza menor.

La crítica situación de la caza menor en Extremadura provoca que se tengan que buscar nuevas fórmulas para la recuperación y conservación de estas especies, que tienen un valor ecológico fundamental. Para paliar estas consecuencias negativas, una de las medidas que puede tener notables beneficios es el uso de alimentación suplementaria.

Sin embargo, son muy escasas las investigaciones que se centran en evaluar los efectos de esta alimentación suplementaria en especies de caza menor, por eso la Federación Extremeña de Caza decidió apostar por esta línea de investigación dentro de su programa de ayudas a la investigación cinegética, dotado con 300.000 euros de fondos propios.

Fedexcaza ha financiado esta investigación con fondos propiosLos indicadores fueron la condición corporal y la tasa diaria de crecimiento

Alimentación suplementaria

La técnica de la alimentación suplementaria hace posible incorporar a la dieta de especies de caza menor como la perdiz elementos que escasean en la naturaleza o aditivos que les ayudan a reducir el impacto de enfermedades infecciosas. En este sentido, está demostrado que la ingesta de insectos supone una fuente protética para las especies animales, además de ser un elemento con un elevador valor nutricional y cuya obtención es sostenible desde el punto de visto ecológico.

De hecho, los insectos son la base de alimentación de las perdices durante sus primeros días de vida y aportan a los polluelos de perdiz todos los nutrientes necesarios para su correcto crecimiento, minimizando también el riesgo de sufrir problemas digestivos, que es una de las principales causas de mortalidad en perdices de primera edad.

Por ello, durante el experimento se utilizaron piensos con harina de grillo, para que de esta forma las perdices pudiesen ingerir proteína de insecto y tuviesen una alimentación semejante a la que tendrían en el medio natural y que se adapta más a sus necesidades nutricionales.

No obstante, hay que tener en cuenta que la alimentación suplementaria mal utilizada puede generar problemas no deseados como aumento de depredación o trasmisión de enfermedades. Es por este motivo por el que resulta fundamental que a la hora de aplicar suplementos se use una red de comederos ubicados solo donde se necesitan, con la cantidad adecuada y alimento de calidad.

Diseño experimental

Los investigadores decidieron centrar el experimento en una especie como la perdiz roja, con el objetivo de evaluar cómo influye la inclusión de productos innovadores en la dieta de dichos animales durante sus primeros días de vida en lo que respecta a su ritmo de crecimiento, salud y sistema inmune.

En la prueba de campo, que se llevó a cabo en una granja cinegética en Santa Marta de Magasca (Cáceres), se seleccionaron dos grupos de perdices, diferenciados por el tipo de alimentación que iban a recibir: un grupo sería alimentado con pienso tradicional —grupo de control— y el otro con el pienso fabricado con proteína de insecto —grupo de tratamiento—.

Cada uno de estos grupos estuvo compuesto por 60 perdices, que llegaron a la granja con un día de edad, siendo repartidas aleatoriamente en cuatro habitáculos que se encontraban en la zona de cría. A partir de entonces, en dos habitáculos se iba a establecer el grupo de control y en los otros dos el grupo objeto del experimento. Las crías de perdiz fueron alimentadas diariamente por los operarios, que sabían que pienso debían dispensar en cada habitáculo, pero desconocían si se trataba del que contenía proteína de insecto o no, para así evitar posibles sesgos. Esta alimentación manual se mantuvo durante los 42 días que duró el experimento, ya que a partir de ese momento las perdices pasan a otra zona en las que comienzan a ser alimentadas por un proceso mecanizado.

Durante este tiempo, se realizaron tres muestreos en fechas distintas: día 0, día 21 y día 42. En cada uno de estos muestreos se seleccionaron aleatoriamente 50 de las 60 perdices que conformaban cada grupo, con el objetivo de valorar dos aspectos: la condición corporal y la ganancia media diaria.

El índice de medición corporal se utilizó como indicador del desarrollo y de la calidad de la alimentación que estaban recibiendo las perdices, estableciendo una relación entre el peso de los animales y la longitud del tarso. Por su parte, la ganancia media diaria (gmd), permitió saber el ritmo de crecimiento de las perdices. Para ello había que dividir entre 21, que fueron los días transcurridos entre un muestreo y otro, el peso que presentaban las perdices durante el muestreo en cuestión entre el peso medio del lote en el muestreo anterior.

Resultados

Los resultados obtenidos tras las mediciones a los 21 y 42 días reflejaron una diferencia significativa entre el grupo de control y el grupo de tratamiento, tanto en la medición corporal como en la ganancia media diaria. De esta forma, se confirma que la alimentación suplementaria con proteína de insecto mejora el desarrollo y crecimiento de las perdices de primera edad, lo cual puede generar una importante repercusión en los planes de conservación de esta especie.

Dicha conclusión supone una de las primeras evidencias científicas en lo que se refiere al efecto en perdices de la suplementación a base de proteína de insecto. Una investigación pionera realizada por Neobéitar y financiada por Fedexcaza, que tiene abiertas otras líneas de estudio para la recuperación de la fauna menor.

De momento, este experimento confirma que la alimentación suplementaria puede ser una solución efectiva ante uno de los problemas más serios a los que se enfrenta la caza menor. Aplicándose de la manera correcta y solo en los momentos que los animales lo necesitan, la suplementación con proteína de insecto puede mejorar la adaptación de las perdices al campo y su desarrollo en granjas destinadas a la repoblación de cotos.

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