El Montijo reina en la adversidad

Por su parte, el Cacereño, una vez aparcada la resaca copera, veía cómo de inicio uno de los jugadores más en forma en la actualidad, Samu Manchón, se probaba al comienzo pero lamentablemente con carga muscular no iba a poder ser de la partida.

Miedo, respecto, llámenlo como quieran en los compases de ambos contendientes al inicio de un encuentro que tuvo la primera aproximación a los tres minutos, en las botas de Abraham Pozo, que al encarar la acción de ataque era derribado por Molina, que veía la primera amarilla. Se mostró impreciso un Montijo que cedió el balón a un Cacereño dominador con buen manejo de esférico, pero con poca o ninguna profundidad, en un campo pesado por las lluvias recientes.

La acción clave de esta primera parte y del encuentro llegaría en el minuto 13, con la posible falta sobre Rodao que el árbitro no señala y a renglón seguido Keita se pasa de frenada y de forma innecesaria y brusca zancadillea a Bermú. El jienense Jorge Álvarez, trencilla del encuentro, no lo duda y muestra la roja directa al montijano, que deja a su equipo en inferioridad numérica, una vez más.

De nuevo, como ya pasara en Villanueva, el Montijo en inferioridad numérica, pero esta vez con todo un mundo por delante. Tocaba apelar a la épica para las huestes de Juan Marrero a los que de nuevo tocaba remar a contracorriente.

Sin embargo, no acusó en exceso el mazazo el cuadro local, que intentó llevar peligro a balón parado. El decano, ya ampliamente dominador del choque, se mostró incómodo, con orden táctico, pero sin un futbolista que destaque para marcar diferencias. Un único disparo de Garci que se estrelló en el lateral de la red de Tienza fue el único bagaje en ataque de los cacereños en la primera mitad.

Algo tuvo que decir Marrero a sus chicos en vestuarios, porque sorpendió el Montijo en la reanudación del choque y que coincidió a su vez con una monumental caraja de su rival.

Si a esa combinación sumamos la presencia de un futbolista al que apodan el ratón del área y que es más listo que el hambre, pues ya saben. Batanero pone un centro medido, Cristo remata en primera instancia, despeja Iván, y el rechace es aprovechado por el de Pueblonuevo para mandar el balón al fondo de la portería.

Tocaba apelar a la épica a los rojinegros, que con el apoyo de una afición que lleva en volandas a los suyos intentaría defender tan preciado botín, ante un rival, el Cacereño, que a partir de aquí pondría todo lo que tenía y más en busca de igualar la contienda.

Sin embargo, ni los cambios, ni el arreón final de los de Cobos, una vez reanudado el encuentro tras el incidente del padre de Solano, fue suficiente para un Cacereño que se ahogó en la posesión y que tuvo la más clara en las botas de Garci en el 64, cuyo disparo salió cruzado en exceso, a la derecha del portal de Tienza.

El Montijo, ciertamente supo dormir unos minutos finales en los que se sintió cómodo, pues si algo tiene este equipo es administrar la ventaja cuando se pone por delante en su fortín.

Tres puntos vitales para los de las Vegas Bajas que respiran y paso atrás para un Cacereño al que toca resetear su estrés emocional reciente y centrarse en lo que toca a partir de ahora.