Derrota cruel del Montijo

Con el plantel en casi los huesos debido a las numerosas bajas, citando a Joserra y Mario Román, ocupando sus huecos David Calles y Pedro, asomaba en el césped un Montijo voraz en la presión. A los cuatro minutos, el primer acercamiento llegó en un saque desde la bandera firmado por Abraham Pozo, resuelto sin problemas por la zaga. Salido calentó las yemas de Quinterla desde la frontal del área a los nueve minutos y los visitantes seguían sin atisbar al meta Atanes. Sin dilación, una buena contra orquestada por Runy llegó a las botas de Abraham Pozo, que se topó con Quintela. Yaya, como mediapunta, exigió una cobertura hábil de Adrián al cuarto de hora. La primera noticia de los forasteros llegó en un sutil centro de Malote que cazó Villalón y Jacobo Alcalde elevó en exceso mediado el primer acto.

El Montijo tenía el cetro del choque ante un Ursaria que lo intentaba, sí, pero sin dividendos. Una chilena de Rodao elevó las emociones en el campo antes de que Runy enviase la bola al cielo. A ocho minutos del entreacto se produjo un lance poco deportivo, un codazo de Christian a David Calles, que mandó al hospital al rojinegro. La tensión sobre el campo crecía exponencialmente y el colegiado expulsó con tarjeta roja directa a Manu Concepción, del cuerpo técnico local. Un buen centro de Salido por la derecha que casi conectó Yaya, cerró el primer episodio.

Entró Higuera en el Ursaria para el segundo periodo, al que se presentó sin relevos el equipo de Emilio Tienza. Un intento de Mauro a las nubes dio paso a un tiro de Borja Pascual desviado. Buscaba la llave del gol el Montijo que, para colmo de desdichas, vio cómo Yaya estrellaba en la madera su remate antes de que se retirara lesionado Abraham Pozo. Los nervios y la mano suelta del colegiado desató aún más las iras del respetable, más cuando señaló el punto fatídico y Jacobo Alcalde firmó el 0-1 al no desperdiciar el penalti. El tanto fue un jarro de agua fría para un equipo que apenas diez minutos después recibió el definitivo 0-2 de Borja Pascual que cerraba el choque y daba un botín inmerecido al Ursaria.