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Al Mérida solo le queda no rendirse
El equipo romano mereció adelantarse durante muchos minutos, pero al final, ya con el partido roto, agradeció llevarse la eliminatoria viva a Donosti
R. P.
Mérida
Domingo, 1 de junio 2025
El Mérida necesita el próximo domingo, mínimo, un gol antes del 90. Y hasta ese domingo, durante toda la semana, mucha fe. Creérselo. Convencerse de ... que tiene opciones, aunque bien es cierto que la rampa se ha empinado bastante. Por la ventaja mínima con la que se lleva la eliminatoria el filial de la Real Sociedad, a quien encima le vale el empate, y por lo que le costó al equipo de Guilló traspasar la solidez defensiva donostiarra. Aún así, los emeritenses tuvieron las mismas (o alguna más) opciones claras que su rival, pero en esta ocasión sin acierto.
De hecho, la eliminatoria se hubiera escrito muy diferente si a los cinco minutos Eslava le hubiera ganado el clarísimo mano a mano a Aitor Fraga, el guardameta realista. Apostó Sergi Guilló por el mejor y más ofensivo 'once' que pudiera diseñar y Beneit, desde la base de la jugada, fue precisamente el que encontró a Javi Eslava al hueco al poco de empezar. Aunque le costaba finalizar, porque el filial de la Real se mostró tan fiable en defensa como contundente, todo lo ofensivo que le pasaba al encuentro lo firmaba el Mérida.
MÉRIDA
Palomares; Ismael Athuman, Bonaque (Prevedini, min. 65), Saúl del Cerro (Nil Jiménez, min. 76); Felipe Alfonso, Raúl Beneit (Pablo Ganet, min. 65), Juanjo Sánchez, Álvaro Juan (Herculano, min. 76); Doncel (Carvalho, min. 65), Liberto y Javi Eslava.
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REAL SOCIEDAD B
Aitor Fraga; Rupérez, Peru Rodríguez (Guibelalde, min. 77), Luken Beitia, Jon Balda; Miker Rodríguez (Eder García, min. 59), Carbonell, Alex Marchal (Job Ochieng, min. 71), Mikel Goti; Mariezkurrena y Lander Astiazarán.
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GOL 0-1: Mariezkurrena, min. 68.
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ÁRBITRO Manuel Camacho Garrote, del comité andaluz. Amonestó a los emeritenses Bonaque, Felipe Alfonso y Liberto Beltrán y a los donostiarras Carbonnel y Mariezkurrena.
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INCIDENCIAS 6.470 espectadores en el estadio Romano José Fouto. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de una abonada del Mérida, Araceli Ruiz. Crescencio Cuéllar realizó el saque de honor antes del comienzo del partido, como homenaje al trigésimo aniversario del ascenso del Mérida CP a Primera División.
Al cuarto de hora, en otro hueco que encontró Doncel para penetrar al área, apareció otra de las jugadas que cambió el rumbo del partido. Un violento empujón sin intención de jugar la pelota tiró al emeritense cuando enfilaba el tiro y Camacho Garrote, muy cerca de la jugada, decidió obviarlo. La decisión encendió a la grada del Romano y aparecieron los viejos fantasmas. Porque Camacho Garrote fue el del penalti inventado ante el Villarreal B en el Romano (1-1) y el de las controvertidas decisiones del 6-0 en Valdebebas. Más allá de otros dos posibles penaltis reclamados y un fuera de juego dudoso que plantaba a Herculano mano a mano con Aitor Fraga en el tiempo de añadido, lo que terminó de desquiciar al Mérida y su gente es el reparto de faltas y la disparidad de criterios durante el partido.
Tras la primera pausa de hidratación, la Real Sociedad B se encendió. Y por fin probó a Palomares en el minuto 34, con un disparo desde la frontal de Mikel Goti. Dentro de los minipartidos que se juegan dentro de un partido, en apenas cinco minutos la Real inquietó más al Mérida que en la primera media hora de juego. Ese disparo de Goti y un cabezazo de Peru Rodríguez a la salida de un córner en el 35 fue lo mejor del grupo de Iosu Rivas en la primera mitad.
Igualdad tras el descanso
Ya la segunda parte fue diferente. Mucho más igualada. Ambos se guardaron casi las mismas acciones peligrosas de gol, pero fue la Real la que acumulaba más peligro en cada ataque, tanto organizado como a los espacios. Entre otras cosas porque el Mérida decidió romperse en el tramo final buscando el empate.
Antes de eso, volvió a salir tras el descanso mucho mejor el cuadro de Guilló, que estuvo cerca del gol en una triangulación en el pico del área grande que acabó con Álvaro Juan pidiendo penalti. Pero a partir de ahí, los visitantes giraron el partido y empezaron a crecer, rondando el gol en el 58 y en el 64, tras circulaciones rápidas y centros laterales o disparos desde la frontal.
Se percató de ello Guilló y, para evitarlo, decidió meter control con Pablo Ganet y frescura con Miguel Carvalho, además de a Prevedini por un amonestado Bonaque. Y ese triple cambio no le sentó nada bien al Mérida. Tres minutos después, recibió el único tanto del partido después de un magnífico centro con curva de Jon Balda y un remate adelantándose a su defensor de Mariezkurrena casi desde área pequeña. Y eso lo cambió absolutamente todo. Con dos goles de ventaja en la eliminatoria y la ansiedad y las prisas multiplicándose en el bando emeritense, la Real pudo incluso ampliar su ventaja.
El Mérida se bloqueó en la construcción de la jugada y con la entrada de Herculano para acompañar a Eslava, decidió que el pase directo era lo más fácil. Y así, le costó ser el Mérida de todo el año. Aún así, tuvo dos grandes ocasiones para empatar el partido. La más clara, la de Eslava y Herculano en el 78: recortó el primero dentro del área y su disparo se lo sacó Fraga y al rechace no llegó por un milímetro la cabeza de Herculano para empujar a gol. Y luego, en el 83, Ganet mandó alto un balón suelto al borde del área pequeña.
Así que ahora le toca, primero, creérselo durante los próximos seis días y, segundo, acertar el domingo. Mínimo, una vez.
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