El Mérida maravilla

Su posición en un vértice del cuadrado ideado por Guilló para obstaculizar la salida de balón del Antequera fue de doble filo: por lo que robó y por la verticalidad que le imprimía a cada jugada de ataque. Él y Raúl Beneit, en la otra esquina del cuadrado, fueron claves en la majestuosa primera parte del Mérida. A los dos goles se le sumaron hasta cinco ocasiones claras de gol. Dio hasta igual que el técnico emeritense tuviera que improvisar un puzle por las muchas ausencias obligadas por molestias.

Javi Eslava salió tras el descanso, Miki Muñoz jugó poco porque también andaba tocado, Nil y Saúl ni salieron (de hecho, Saúl provocó su quinta amarilla desde el banquillo porque tampoco llegará a Ceuta el sábado que viene), a Doncel y a Álvaro Juan lo cambiaron por precaución y aun así, nunca antes la grada se había divertido tanto. El Antequera, uno de los mejores equipos de la temporada, acabó desbordado. Su ocasión más clara y única del partido fue la primera, un clarísimo mano a mano escorado que cruzó demasiado Álex Rubio en el 6'. A partir de ahí, nada de nada. Nunca se había sentido tan bloqueado y atascado el cuadro de Javi Medina.

Tras esa primera ocasión visitante, a la contra porque el Mérida ya estaba dominando claramente el partido, la cabeza de Juanjo Sánchez no llegó por milímetros a una falta lateral que se paseó por la línea de gol. Lo siguiente fue a los 11 minutos el gol de Beneit, que aprovechó una gran apertura de Pablo Ganet para batir con la fortuna de un rechace a Jero con un disparo al primer palo. Y lo siguiente fue el 2-0 de Álvaro Juan, que remachó en el segundo palo un matemático centro de Felipe Alfonso desde la banda contraria. Una estrella como extremo derecho cumpliendo con nota desde el carril izquierdo. Nunca una flechita de un equipo había estado tan arriba como la del Mérida en este tramo de campeonato.

Y a partir de ahí, el jolgorio. Aunque sin gol. Doncel, hacedor de jugadas, obligó a lucirse a Jero en un disparo desde dentro del área en el 27'; Ismael Athuman no marcó de milagro de cabeza a la salida de un córner en el 27'; Mizzian lanzó por encima del larguero un balón a bocajarro desde área pequeña en el 32', ya con el portero vencido; el mismo Mizzian falló un mano a mano clarísimo que le adivinó el guardameta andaluz en el 38' a pase en profundidad de Ismael… El 2-0 era milagroso.

Y Javi Medina lo sabía, por eso metió cuatro cambios del tirón tras el descanso. Iván Rodríguez, Siddiki, Biabiany y Longo para cambiarle la cara al partido. Pero nada. En el primer minuto de la reanudación, Raúl Beneit tuvo el tercero: a otro pase en profundidad de Doncel, el gaditano elevó por encima del larguero otro mano a mano escorado ante Jero. Eso sí, a la siguiente no falló. Eslava, ya sobre el campo, lideró una contra emeritense para lanzar un pase horizontal y plantar a Beneit sólo ante el guardameta rival: lo regateó con una pizca de suspense y batió a placer para matar el partido.

Lo que quedaba era para cuidar a futbolistas tocados como Doncel, Beneit, Álvaro Juan o Pablo Ganet y darle continuidad a Miguel Carvalho, Miki Muñoz o Busi. Aun así, sin ganas de apretar más el acelerador, el Mérida siguió siendo superior y acumulando llegadas peligrosas. Palomares continuaba siendo un espectador más, aunque el Antequera empezó a pisar más campo rival. Así que, como el partido menguó, el público empezó a cantar «a Segunda». Porque unos, abajo, y otros, arriba, han empezado a creérselo. El equipo supera al Antequera en la tabla y le mete un colchón de cuatro puntos a sus más inmediatos perseguidores. Momento maravilloso, como el juego del equipo.