Felipe Alfonso reivindica la capitanía del Mérida

Felipe Alfonso Criado nació en Valladolid hace 32 años… pero ya es emeritense de adopción. Uno de los capitanes del Mérida le ha vuelto a decir que sí al interés de renovación del club y serán ya seis temporadas cabalgando la banda derecha del Romano. Se trata del jugador más antiguo de ese vestuario, con aquel pequeño paréntesis al comienzo del curso 21-22, cuando volvió a llegar ya en el mes de octubre.

Titular indiscutible siempre, nada hace indicar que no lo será el próximo curso también. Porque cada año que ha pasado ha dado más que el último. Son ya 137 partidos con esa camiseta en las últimas cinco campañas, en las que ha conseguido un ascenso a Primera Federación, un playoff a Segunda A, seis goles y nueve asistencias. Este último año ha acumulado 35 partidos (todos salvo uno de titular), dos goles (ante Intercity en el Romano y Alcoyano en El Collao) y cinco asistencias.

Sólo se ha perdido cinco partidos esta última temporada: tres por lesión, uno por acumulación de amarillas y otro por descanso para preparar el playoff de ascenso. Desde Dani Mori hasta Sergi Guilló, pasando por Miguel Rivera, Juan García, De los Mozos, Juanma Barrero, Rai, Ruano y David Rocha, Felipe Alfonso ha sido indiscutible. Y su 'sí', el segundo tras la renovación automática de Carlos Doncel, cimientan con autoridad el próximo proyecto del club,

Un proyecto en el que no estará Daniel Rodríguez Vázquez (Madrid, 1997). Busi fue uno de los primeros en llegar al Mérida recién ascendido a Primera Federación hace tres veranos. De hecho, antes de celebrarlo en La Nucía, el mediocampista madrileño ya estaba en las gradas esperando como un aficionado más. En la tarde del viernes comunicó al club que no aceptaba la oferta de renovación y se despidió del Romano: «Gracias por estos tres años maravillosos juntos. Siempre os llevaré en el corazón. Gracias por enseñarme que un romano nunca se rinde», se despidió en sus redes sociales.

Un futbolista que llegó como 'cinco' puro y que, sin embargo, se ha camuflado en muchas demarcaciones. Juanma Barrero comenzó por probarle en la banda derecha en detrimento de David Larrubia y luego David Rocha y Sergi Guilló explotaron su gran virtud: la presión desde la segunda línea. En total, 98 partidos, cuatro goles y cuatro asistencias. Tiene profundidad, piernas, ha ganado en estos tres últimos años en calidad y tranquilidad… y a partir del próximo curso le tocará corroborarlo, tal vez, a lo mejor, de la mano nuevamente de Juanma Barrero.

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