El Badajoz se despide del playoff

Salía Isaac Jové con todo su arsenal ofensivo, apostando por dar continuidad a Adilson y Dani Aquino y con la presencia de Jilmar Torres en detrimento de Josema Gallego en el lateral zurdo como principal novedad atrás. El Badajoz trataba de apretar en la medular para impedir pensar a Guarrotxena, uno de los jugadores más desequilibrantes de los riojanos y por el que pasa gran parte de su fútbol. El atacante vizcaíno atesora además un gran disparo desde media distancia y fue el primero en atreverse desde el vértice izquierdo del área blanquinegra. Poco después sería Alfaro el que probaría fortuna desde lejos. El Badajoz juntaba líneas en el repliegue e impedía acciones de ataque limpias en estático.

Sin un dominio territorial claro, los locales trataban de macerar las jugadas y tener cierto control para evitar las acometidas visitantes al espacio, impidiendo que luciese la habilidad y velocidad de Concha y Adilson, que apenas aparecían en los primeros compases.

La consigna de Albert Aguilá era clara en su dibujo, incrustar a Arregi con los centrales para fortalecer la retaguardia cuando los visitantes ponían cerco a su meta. No sufrían los riojanos, que ordenados y con pulso firme manejaban el tempo del partido y de vez en cuando lanzaban alguna acometida, especialmente por la banda de Jesús Alfaro, que volvía a intentarlo desde ese perfil con la zurda y puso un par de centros peligrosos que no encontraron rematador. Acto seguido, una combinación entre Guarrotxena y Dubasin avisaba de nuevo. La UD Logroñés castigaba desde los costados obligando a Adilson a desgastarse en la cobertura a Aitor Pascual, con Pinillos muy incisivo.

Los pacenses seguían romos, sin ideas e incómodos, sin poder desplegar sus virtudes, muy controlados y maniatados. Hasta el minuto 20 no llegó la primera acción trenzada con cierto criterio, con David Concha asociándose con Jilmar, aunque el pase horizontal hacia el balcón del área se perdió en un limbo de piernas. A partir de ahí empezó a asentarse y a estirarse el bloque extremeño, sobre todo de la mano de Núñez, imperial en la contención y con personalidad tratando de dar fluidez, asumiendo galones ante cierto eclipse de inspiración que se cernía sobre Isi Gómez. El de Siruela ensanchaba con criterio el campo para habilitar superioridades en las bandas con transiciones más rápidas. Su exhibición parecía no tener fin. Ancla, sostén y al mismo tiempo catalizador, todo pasaba por él. Atento al corte, con sensatez a la hora de distribuir, bien colocado y siempre un paso por delante de los rivales, muy intuitivo.

Lo intentaba Dani Aquino a balón parado, pero su centro se paseaba sin que Gorka Pérez conectara con el esférico en el segundo palo. Transcurría el minuto 31 y era de lo más potable que llevarse a la boca en la ofensiva blanquinegra. Los porteros, casi inéditos. La falta de quilates se tradujo en juego más físico, con muchos lances, entre ellos una patada lanzada por David Ramos a Gorka Santamaría que pudo significar la roja, pero que se quedó en amarilla.

Tras la salida de vestuarios, la UD Logroñés golpeó con fuerza en el minuto 53 tras una acción de Alfaro que finalizó en córner. Ejecución del saque de esquina desde el perfil derecho del ataque riojano, despeje de la zaga y, en segunda jugada, Fran tiene tiempo para pensar en un centro telegrafiado a la cabeza de Arregi, que la clava en la escuadra de la meta de Gonzalo Crettaz. Mazazo para los blanquinegros, con un cortocircuito arriba y que ahora se veían obligados a remar para revertir un resultado definitivo para sus aspiraciones.

Movía el banquillo Jové dando entrada a Adri Cuevas y Jesús Clemente por Isi Gómez y Adilson, ambos inéditos y desacertados. Aitor Pascual y Jilmar Torres ganaban metros para adquirir presencia en los flancos y un centro pasado del zaguero colombiano permitía agitar un poco la coctelera atacante de un Badajoz sin clarividencia. Ante la falta de capacidad combinativa para inquietar a los rojiblancos, Dani Aquino lo intentaba con un lanzamiento desde larga distancia que se marchó cerca del palo. El Badajoz empezaba a romperse y las contras de los locales eran cada vez más peligrosas. Alfaro estuvo a punto de sentenciar con un mano a mano que salvó con valentía Gonzalo Crettaz, que no dejó ningún resquicio.

Restaban quince minutos y los pacenses, conscientes de que estaban fuera del playoff y que se les agotaba el tiempo, iniciaron un asedio que casi da sus frutos. Un pase lateral de Jesús Clemente le llegaba al punto de penalti a Tahiru, cuyo control se le fue un poco largo y le impidió conectar un chut preciso que se topó con Serantes. En la siguiente acción, Gorka Santamaría cabeceaba y el esférico se marchaba a pocos centímetros del poste.

Pero la más clara llegaría en el 84, con otro centro de Jesús Clemente para la irrupción de Dani Aquino en el segundo palo que, completamente solo, la mandó fuera. El murciano tuvo otra más de cabeza en el descuento, pero no era el día y el Badajoz dijo adiós a su sueño de pelear por el ascenso a Segunda.