Un día en la escuela con Assane Diao

Aquel niño de 3 años que comenzaba en el Manuel Pacheco una vida nueva en un país diferente vuelve a su cole seis años después de salir tras completar su ciclo de Primaria convertido en un futbolista profesional, ya con 18. «Recuerdo perfectamente cuando llegaron. El padre estuvo 5 años trabajando en España y consiguió la reagrupación familiar. Llegaron tres de los hijos: Mammadou, Assane y Oussein, los mellizos con 3 años que comenzaron la etapa infantil. No conocían el idioma porque venían directamente de Senegal. Eran unos niños maravillosos, supereducados. Aprendieron enseguida el castellano. Tuve la suerte de ser su tutora en la etapa infantil y después en Primaria», rememora su profesora de entonces María José Ruiz, que lleva 28 años en el Manuel Pacheco.

Los Diao hicieron de esta jornada escolar un momento muy especial para los alumnos del Manuel Pacheco. El poder de los sueños representado en estos dos chicos que salieron de esas mismas aulas. «No lo tuvieron fácil. Recibieron muchos codazos, pero eran unos chicos estupendos, muy tranquilos y salieron adelante», cuenta el director Juan Cuadrado. Todo es posible si se lucha por ello. Y en ese mensaje insistieron los futbolistas del Betis. «Por muy difícil que sea se puede llegar», expone Oussein. Ahora se encuentran de vacaciones, aunque Assane sigue entrenándose para estar preparado por si recibe la llamada para cumplir ese otro sueño de jugar los Juegos Olímpicos o la Eurocopa Sub-19. «Me encantaría poder representar a España en los Juegos Olímpicos. Los Juegos es una experiencia muy bonita, compañeros y amigos que han tenido la oportunidad de jugarlos me han hablado muy bien y sería muy bonito», admite.

Los mellizos han crecido deportivamente a un ritmo vertiginoso de forma paralela a su formación educativa y desarrollo personal. Y en ese complejo viaje de saltos emocionales siempre han tenido grabado a fuego los valores que les inculcaron en casa. Su padre, Mossa, lo resume en una frase que lo dice todo de su gran calidad humana. «Era muy importante que hoy estuvieran aquí porque aquí aprendieron a decir hola». Algo tan simple, pero tan vital para moldear una personalidad y madurez impropia de sus tiernos 18 añitos. Esos principios recibidos se palpaban en cada palabra que Assane y Oussein transmitían a los chicos. «Te sientes como en casa y te ves reflejado en ellos porque has pasado por estas clases», comenta Oussein, quien a principios de este 2024 dejaba Cádiz para seguir los pasos de su hermano en el Betis juvenil. El equipo de profesores del centro les dio la bienvenida con la proyección de un vídeo con imágenes del paso de los hermanos por el Manuel Pacheco y les hizo entrega de un cuadro con la dedicatoria 'Para la familia Diao en recuerdo por los buenos momentos vividos en el centro'. Sus goles se cantaron como si los niños estuvieran en las gradas del estadio. Después, los pequeños cobraron protagonismo con sus preguntas a los protagonistas del día. Los Diao animaron a los chavales a perseguir sus sueños -«con trabajo y esfuerzo vais a estar más cerca de conseguirlo»- y resaltaron la importancia de continuar con los estudios. «En un partido puedes ganar, empatar o perder, pero para nosotros lo más importante es quedarte con lo que aprendes de cada uno de ellos», respondía Assane cuestionado si sabía cuántos partidos había ganado. Cuando les preguntaron por la cantidad de toques que le daban al balón, Oussein les retó a probar después en el patio y tras esa invitación se desató la locura en la biblioteca. Assane también contó que, aunque nació en Senegal y llegó ya con 3 años, siempre que le preguntan de dónde es dice que de Badajoz.

Assane Diao estudia Magisterio y este reencuentro con su pasado le ha permitido empezar a volver a familiarizarse con las aulas desde la otra perspectiva. «Se puede llegar a la meta antes o después, pero siempre se alcanza. Assane ya ha triunfado y es jugador profesional, pero continua estudiando porque sabe que la educación y la formación es muy importante para la vida», destaca Juan Cuadrado, ahora director del Manuel Pacheco y entonces su profesor de Educación Física.

Los hermanos Diao siempre destacaron en el cole, tanto en los estudios como en cualquier deporte, especialmente el fútbol y el atletismo. Juan Cuadrado reconoce con cierto sonrojo que trató de reconducirles hacia otra pasión. «Les decía que del fútbol no iban a ganarse la vida y que se dedicaran al atletismo porque se les daba muy bien». Assane aún recuerda esa retahíla. «Nos lo repetía mucho porque veníamos al cole y jugábamos al fútbol, salíamos y jugábamos al fútbol. El fútbol estaba en nuestras vidas siempre y nos decía que nos calmáramos un poco que no todo era fútbol», soltaba entre risas. Oussein rememora esa etapa. «El colegio organizaba carreras como el Intercentros donde compartíamos experiencias con otros colegios y nos gustaba, nos presentamos los primeros de voluntarios para correr». En clase eran muy buenos compañeros y buenos estudiantes. «Eran niños muy estudiosos, comprometidos y destacaban absolutamente en todo», puntualiza María José Ruiz.

También dedicaron unas palabras al Badajoz, el club donde empezaron y que atraviesa un momento delicado. «Son cosas que pasan en los clubes, ahora le toca al Badajoz. En la ciudad y todos los aficionados están volcados con el club y se le dará la vuelta», sostiene Assane. «El Badajoz es un club muy grande, a veces pasa por momentos que no son los deseados, pero confiamos plenamente que va a salir adelante, segurísimo», añade Oussein.

El futuro se abre ante ellos y quien sabe si este verano, Assane Diao sigue agitando su varita mágica y ve cumplir otro sueño de participar en unos Juegos Olímpicos.