La Copa deja un regusto demasiado amargo para un Cacereño que mereció más

Muy pronto dio señales claras de peligro el conjunto dirigido por Dirck Schreuder. Primero lo intentó De León nada más arrancar el choque con un disparo que se escapó por centímetros. Acto seguido fue Gronning quien superó a Izan antes de que Aizpiri despejase el esférico sobre la línea de gol.

Desde luego no fue un examen fácil para un Izan deseoso de agradar ante la falta de minutos en la competición liguera. Y es que llegado el cuarto de hora Cristian estuvo a punto de abrir el marcador con un remate al poste que finalizó la maniobra ofensiva de Suero. Minutos para sobrevivir al asedio y tratar de sacudirse la presión. Un ejercicio de funambulismo que precedió a la sorpresa mayúscula en el momento menos esperado. De ello se encargó Iván Fernández dando continuidad a su idilio con el torneo copero. El futbolista pacense recuperó un balón en la retaguardia contraria que le habilitó para superar a Schwake en una acción vertiginosa.

Con el gol a favor replegó efectivos Julio Cobos ofreciendo la iniciativa al conjunto orellut. Volvió a crecer el Castellón con pausa, aunque sin dejar de buscar la portería de Izan, testigo en primera persona del siguiente susto de la noche con un libre directo de Cristian que se estrelló en la cruceta. No sería el último antes del intermedio porque el colegiado anuló un gol a Alberto por fuera de juego.

Por los mismos derroteros discurrió una segunda mitad en la que el cuadro castellonense se hartó de tener presencia en el área del Cacereño hasta el punto de convertir a Izan en el héroe del partido con dos grandes intervenciones ante Gronning y Vertrouwd. Demasiadas veces fue el cántaro a la fuente hasta que Suero cabeceó a la red como un ariete que acaba de ver cómo cede la muralla tras un sinfín de empellones. Lejos de venirse abajo por el golpe encajado, el once verdiblanco se recuperó con un chut de Karim que obligó a Schwake a lucir todas sus virtudes. Fue, en todo caso, un espejismo porque los chicos de Dirck Schreuder recuperaron pronto su brío habitual con las permutas introducidas por el técnico neerlandés.

Entró el pulso en una fase de correcalles propiciada por un terreno de juego irregular que condicionó las acciones ofensivas en ambos lados. Amenazó primero Kastaneer en un disparo que se marchó por encima del travesaño minutos antes de que Tellechea no pudiese hacer bueno un pase de Lolo que sirvió para justificar su, hasta ese momento, inadvertida presencia sobre el terreno de juego. Se animó el delantero emeritense, quien tuvo en sus botas el 2-1 ante un Castellón que jugó roto los instantes previos a la prórroga. No pudo, pese a los muchos intentos en el tramo final, evitar el equipo de Julio Cobos que se jugase media hora más en el Príncipe Felipe.

Después de una segunda mitad con muchas balas de fogueo llegó el fuego real por parte de los dos contendientes. Primero sonrió la suerte a Diego cuando encontró el premio a los méritos del equipo cacereño con un derribo de Chirino dentro del área que transformó Lolo Pla desde el punto de penalti. Poco duró en todo caso la alegría en la casa verdiblanca porque Kastaneer se encargó de abrir de par en par las puertas del arco rival a Traoré. Sin tiempo para levantarse de la lona, llegó el tanto de la remontada del Castellón con otra acción individual de Kastaneer que, en este caso, rubricó Gronning con trazo sutil ante la red. Aún hubo tiempo y, sobre todo, fuerzas para un último arreón a la heroica que sirvió para encerrar al rival en su área y para levantar al cielo las gargantas de un estadio que vio caer a los suyos con el orgullo intacto en otra noche que quedará para el recuerdo en la competición copera.