El Cacereño renueva su idilio con la Copa

Nunca falten a una cita copera en la ciudad caesarina. Por lo que pueda pasar. Y menos en un partido de estas características: mucha lluvia, más fútbol directo y emoción por doquier. En un duelo de nula fluidez, Deco agitó la varita a la salida de un córner para adelantar a la escuadra verdiblanca, Manu anotó en un centro que nadie remató y que dio la opción a la Gimnástica Segoviana de mandar el encuentro a la prórroga. Christian, en el tiempo extra, destapó el tarro de las esencias transformando un penalti que solamente podía provocar él y su fe. El Cacereño, por tanto, estará en la siguiente ronda de la Copa del Rey tras eliminar a un equipo de Primera RFEF.

El partido comenzó con la falta de ritmo prevista, ya que el campo se encontraba encharcado y embarrado. El balón largo al espacio iba a ser un añadido más al choque, junto a la intensa lluvia. Aunque la primera jugada en la que se combinó con soltura acabó con una peligrosa cesión a Oliva que finalizó en córner tras rebotar el despeje en un defensa. En ese saque de esquina, tras una jugada ensayada, llegó el primer tanto del Cacereño tras un certero disparo de Deco desde la frontal que se coló en la escuadra izquierda.

El jolgorio se instaló en la grada como el agua lo iba haciendo en el césped. Y lo cierto es que el ritmo del juego estuvo a merced del césped, ya que era impredecible saber en qué momento se iba a frenar la pelota. De hecho, sendos resbalones de Pepe Bernal y Diego Gómez provocaron percances con ambos guardametas, aunque no se tuvieron que lamentar lesiones.

La primera ocasión clara de la Segoviana estuvo en las botas de Javi Borrego, quien mandó alto el remate desde el punto de penalti tras una fantástica jugada ensayada de los pupilos de Ramsés Gil. El balón parado siguió postulándose como el factor que determinaría el encuentro. A partir de ese momento, el ritmo se fue frenando y se llegó al intermedio sin ninguna ocasión reseñable, más allá de un intento de córner olímpico de Pepe Bernal.

Y fue el propio Pepe Bernal el que tuvo en sus botas el segundo gol tras un despeje en semifallo de la zaga de la Gimnástica, pero su disparo se marchó alto. Inmediatamente después, Carrillo solo tenía que empujar el cuero para convertir el 2-0, pero el extremo madrileño no consiguió dirigir la pelota a puerta.

La Segoviana no terminaba de dar con la tecla, a pesar de que se asomaba por el área del Cacereño y dispuso de ocasiones, aunque ninguna requirió la intervención de un Izan que se mostró bastante seguro a pesar de no haber sido titular en liga. Con la intención de agitar el árbol y cambiar el guion, Ramsés Gil cambió a todos los acompañantes de Diego Gómez en el frente de ataque. Sin embargo, las ocasiones siguieron apareciendo en el otro lado del campo: Christian mandó desviado por milímetros un mano a mano que definió con una sutil vaselina.

Todo transcurría sin mayor riesgo para los pupilos de Julio Cobos, a pesar de que la Segoviana se empezó a instalar en campo local, hasta que Manu puso un centro que se envenenó y se coló en la portería de Izan sin que nadie más lo tocara. Faltaban cinco minutos para la conclusión del tiempo reglamentario y el golpe anímico fue tremendo para la parroquia verdiblanca. La escuadra segoviana, por su parte, empezó a dominar como no lo había hecho en todo el partido. El sometimiento fue inevitable y dispuso de dos ocasiones que nadie se explica todavía cómo no acabaron en gol. El partido se marchaba a la prórroga.

Los 30 minutos adicionales comenzaron sin ninguna llegada provechosa hasta que Christian, ratón de área como ninguno, se internó en el área rival a por un balón del que nadie esperaba sacar algo. Menos él. Forzó un penalti que él mismo transformó. El Príncipe Felipe estalló de júbilo y los pupilos de Cobos se fueron al descanso de la prórroga con las mejores sensaciones posibles.

La segunda parte de la prórroga se inauguró con un disparo de Hugo Díaz desde la frontal del área que atrapó Izan sin problemas. La Segoviana apretaba, pero no ahogaba. Demostró ser un punto superior en lo físico, lo que ocasionó que acabara más entero el encuentro, pero las exhibiciones de Javi Barrio y Crespo pudieron frenar el vertiginoso ataque del conjunto de Ramsés Gil. El Cacereño volvió a batir en la Copa a otro rival de superior categoría, como ya lo hiciera con Alcorcón, Córdoba y Girona en los últimos años.

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