El ascenso, un éxito deportivo y un alivio económico para el Miralvalle
Julio Carrón, presidente del equipo placentino, recalca que los gastos en transporte disminuirían unos 20.000 euros la próxima campaña en caso de subir
Se acerca el momento decisivo para el Miralvalle en su tercera fase de ascenso a LF Challenge, a la que llega con un récord de ... victorias (22) y con el cartel de favorito al no poder concurrir el Segle XXI. El equipo placentino aterriza en Utebo (Zaragoza), sede del playoff, este miércoles a mediodía y tendrá la primera toma de contacto con el pabellón antes de la maratoniana secuencia de partidos: ante el Azkoitia el jueves (13.15), frente al Maristas Coruña el viernes (11.00) y contra el Castelló el sábado (11.00). El objetivo es quedar entre los dos primeros para disputar el envite definitivo el domingo.
El presidente de la entidad, Julio Carrón, se muestra «con cierto optimismo, contamos con serias opciones, tengo bastante ilusión y esperanza». De momento respetan las lesiones y el apartado físico, algo que no acompañó en la experiencia del curso pasado, «con el equipo completo habría sido una ascenso de calle, pero teníamos a dos jugadoras clave tocadas y nos volvimos de vacío».
Subir a división de plata supone, además de un éxito deportivo, un alivio económico, porque el veterano directivo calcula que supondría un ahorro de unos 20.000 euros en desplazamientos. «Tal y como ha establecido la Federación la Liga Femenina 2 es un despropósito total, no han tenido en cuenta el factor de proximidad en la confección de los grupos, con varios desplazamientos a Cataluña y Canarias. Además, con más gastos tenemos unas subvenciones muy inferiores a las de LF Challenge».
El montante más elevado de esas ayudas, como suele ocurrir, está aún por ingresarse en las arcas del Miralvalle, teniendo que adelantar la directiva el dinero para afrontar el viaje a tierras aragonesas. Un evento cuya organización no ha podido asumir ninguno de los ocho participantes por los altos requerimientos y eso repercute también en que la cifra necesaria para que la entidad extremeña compita alcance los 10.000 euros, duplicando el precedente de 2023. «Al organizarlo la Federación tiene que encargarse cada club de los diversos gastos».
El conjunto placentino puso en marcha una campaña de crowdfunding para recaudar fondos, llegando a unos 1.000 euros, aunque Carrón asume que esa cantidad es insuficiente, «la gente ha participado poco, no hemos sacado prácticamente nada, la fase de ascenso, más que un premio es un castigo». Se lamenta también de que no se haya optado por un escenario más equidistante como Madrid, lo cual habría facilitado el desplazamiento de seguidores, «de los nuestros no va a ir nadie allí».
El presidente de la escuadra placentina dirige también sus críticas a un formato de competición regular que no recompensa los méritos, «no tiene sentido ser primeras y no tener ventajas por ello. Hay dos grupos, deberían enfrentarse los dos primeros, quien gane que suba y el otro que se incorpore a la fase de ascenso».
Con estas premisas, no lograr la meta tan ansiada «repercutiría mucho en el ánimo, sería dar un paso atrás, voy a cumplir 74 años y ya no me encuentro con la ilusión de afrontar esta situación», reconoce sobre las dificultades logísticas que entraña la tercera división. «Cuesta mucho dinero hacer el equipo, hay que fichar a muchas jugadoras de fuera y eso supone gastos en pisos, comida... La categoría no es para chicas que juegan trofeos diputaciones sino para un cierto nivel y que quieren dedicarse a esto».
Aunque el Miralvalle trabaja la cantera concienzudamente y se ha nutrido de sus escalafones inferiores, Carrón recalca que «en Extremadura no salen jugadoras. Viendo las categorías de formación no hay gente a la que se le pueda dar minutos. Quizás como número diez u once, pero no como opción tres o cuatro».
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