El taller de José Vicente
Quintanar de la Sierra (Burgos) ya está en el mapa televisivo gracias a 'House of cars',un nuevo programa de Discovery sobre restauración de coches: «A ver si la tele atrae al turismo»
MIGUEL ÁNGEL ALFONSO
Domingo, 23 de noviembre 2014, 13:25
Quintanar de la Sierra, un pueblo de 2.000 habitantes al norte de la provincia de Burgos, está revolucionado. La Guardia Civil custodia la calle principal, los vecinos se arremolinan en las aceras vestidos como en las grandes ocasiones, y de repente rugen los motores. No es la cabalgata de Reyes, ni la fiesta mayor. Son los coches de 'House of cars', el programa que estrena Discovery Max esta noche, a partir de las 22.30 horas, y que protagoniza José Vicente Díez (Madrid, 1970), un vecino del pueblo. Tiene el taller en Quintanar y allí restaura automóviles clásicos. El proceso ha dado para un programa de televisión, 'House of cars', en un guiño a la famosa serie 'House of cards'.
Por la calle se escucha el inconfundible sonido de un Gran Torino rojo y blanco, el mismo modelo que usaban los inolvidables 'Starsky y Hutch'. Le acompañan en esta peculiar procesión un Auburn Supercharged que recuerda a las pelis de los años 20, y un Monte Carlo negro, el vehículo que distinguía a los miembros del FBI en los años 70. De uno de estos baja José Vicente y el público le aplaude como a una estrella de cine. Están agradecidos porque ha colocado a Quintanar en el mapa. «Para la localidad lo de la tele ha sido un punto de inflexión», comenta el protagonista, feliz anfitrión en la tierra que le acogió. «Por desgracia, los pueblos cada vez van a menos y en éste hemos sufrido mucho la emigración a las grandes ciudades. La grabación del programa es una nota de color, a ver si le da tirón turístico», confía.
Aunque en España Discovery Max tiene una audiencia modesta (2,2% de 'share' en octubre), el canal se ve en muchos países, lo que va a dar a Quintanar una proyección internacional. Así que vecinos y autoridades se han volcado en la grabación de 'House of cars', cuyo primer capítulo se emite esta noche. Inmaculada González, de 69 años, aparece en las promos y sus nietas «están felices porque tienen una abuela famosa».
Pero el alma de todo esto es, sin duda, el madrileño José Vicente Díez, un apasionado de los automóviles clásicos que dejó su trabajo en una multinacional para perseguir sus sueños. «Fue romper con una forma de vida que era bastante cómoda, pero también muy exigente, ya que complicaba mi esfera personal. Entonces decidí dejarlo todo, una buena casa, un buen sueldo, una buena posición, y venirme a un pueblecito, casarme y dedicarme a mi pasión por los coches clásicos».
Y eso se nota al entrar en su taller, 'M&M Clásicos', situado a las afueras de Quintanar y rodeado de bosque y montañas que ya tienen la cima nevada a mediados de este noviembre raro. Dentro descubrimos un museo automovilístico, con un Lincoln de 1947 como el que usaban presidentes de Estados Unidos como Eisenhower y del que solo se fabricaron 470 unidades, un Cadillac Serie 62 que pilotó el actor Sean Connery en la película 'Cuba' (1979)...
El taller es el escenario principal de las restauraciones que se llevan a cabo en 'House of cars', pero a José Vicente le costó abrir sus puertas a la televisión. «Al principio me negué. Tenemos la idea de que la tele es mala, la imagen de gente peleándose, enseñando sus miserias. Yo creí que esto no era bueno ni para mi negocio ni para mis clientes. Pero luego Discovery me mostró un proyecto serio, que respetaba bastante mi forma de ser, lo que yo entiendo que debe ser el negocio del automóvil. Y ahora estoy encantado con el resultado».
Sueños de niño
Además de su mujer, Sonia, y de sus dos hijos, en el taller le acompañan Bebe y su nieto Dani, dos eminencias de la restauración de vehículos que provienen de Rumanía. «Ambos aportan momentos muy graciosos y simpáticos; el abuelo está enseñando siempre a su nieto no solo a ser un buen mecánico, sino también a ser una buena persona».
La visita termina en el despacho de José Vicente, donde guarda cien miniaturas de coches clásicos. «De pequeño jugaba con cochecitos, como los que ves aquí y poco a poco esos juguetes se han ido convirtiendo en realidad. Tengo un Cadillac del 59, el Riviera del 72, un Camaro del 78... Eran coches emblemáticos con los que yo soñaba desde niño».
En el capítulo de esta noche dos jubilados suizos acuden al taller para que José Vicente les restaure un Corvette. «El coche quedó muy bonito, pero también vamos a ver un episodio simpático, de nuestra vida, del día a día», avanza.