Hadas peligrosas
Helen Oyeyemi da una vuelta de tuerca a los cuentos infantiles con una narración ligada a la oscuridad
Pablo Martínez Zarracina
Viernes, 4 de julio 2025, 22:06
La revisión de los cuentos infantiles es una constante en la literatura de Helen Oyeyemi. El modo en que la autora británica de origen nigeriano ... vuelve la mirada hacia esas narraciones primigenias profundiza en la fascinación de un modo que, como sucede en la infancia, está íntimamente ligado a la oscuridad. La autora ha recordado alguna vez que la expresión «cuento de hadas» se utiliza para hipótesis idílicas pero se refiere estrictamente a historias en las que no es extraño que a un niño lo mate su madrastra y se lo sirva al padre cocinado en forma de pudin. Sucede en un cuento de los hermanos Grimm, que son los autores a los que remite 'Pan de jengibre': una vuelta de tuerca a historias de niños perdidos como 'Hansel y Gretel' con personajes que van al McDonald's, envían correos electrónicos al AMPA, interactúan en Tinder y ven el programa de Jerry Springer.
Al mismo tiempo, en esta novela hay muñecas que hablan y refutan a los protagonistas, personajes que parecen surgir a la vida desde el fondo de un pozo y un país llamado Druhástrana cuya existencia en algún lugar de Centroeuropa no se sabe si es real o irreal, pudiendo ser perfectamente ambas cosas a la vez. El comienzo del texto hace pensar sin embargo en una historia multicultural en el Londres contemporáneo.
Todo comienza con una madre inmigrante que quiere integrarse ejemplarmente entre los padres de la clase de su hija adolescente. La madre proviene de Druhástrana y se siente orgullosa el día que regresa a casa y detecta por el olor que su hija Perdita ha cocinado la receta familiar de pan de jengibre que ella y la abuela de la muchacha custodian como un tesoro familiar. Lo siguiente que se encuentra es a la adolescente convulsionando.
Pan de jengibre
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Autora Helen Oyeyemi
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Traducción María Belmonte
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Editorial Acantilado
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Páginas 274
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Precio 18
En un giro que trae a la mente del lector a autores como Lewis Carroll o L. Frank Baum, Perdita contacta a través de la intoxicación con el país de sus ancestros. Con enorme naturalidad —Oyeyemi hace que lo más extraño fluya—, la novela pasa así a transcurrir en dos mundos. A partir de ahí, todo avanza de un modo que es complicado de describir pero remite a los maestros anteriormente citados y a otros como Roald Dahl. Estamos ante una autora de imaginación exuberante que entiende la narración como un juego sofisticado de reglas subvertibles. 'Pan de jengibre' es una búsqueda familiar y también un cuento de terror, una especie de fiesta loca y privada y una constante fábula política en la que se abordan asuntos como la desigualdad, el trabajo precario o el valor del dinero. El lector comienza cada página sin saber qué puede ocurrir a continuación y esa es una sensación infrecuente en la narrativa del momento. Son muchas las virtudes que distinguen a Helen Oyeyemi, pero hay una que se impone sobre el resto: es una narradora verdaderamente original.
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