Enrique Sánchez de León estaba allí
MANUEL PECELLÍN
Sábado, 9 de julio 2022, 10:08
Supera ya la quincena la colección 'Personajes singulares', serie de biografías con que la Fundación CB se ha propuesto construir un friso de hombres y ... mujeres (pocas todavía) «a los que ampara el buen hacer, el saber, la erudición, el genio o la bonhomía para contribuir a ennoblecer nuestra historia». Muertos ya algunos, felizmente vivos otros, entre los primeros cabe recordar a Enrique Segura Otaño, F. Rodríguez Arias, Julio Cienfuegos, Francisco Lebrato o Miguel Celdrán, que tantas huellas dejarían en Badajoz.
A la nómina de los segundos viene a sumarse Enrique Sánchez de León, allí nacido (1934) , aunque se criase en Campillo de Llerena, de donde se considera natural. Para componer esta sustanciosa biografía han sumado sus aportaciones cuatro reconocidos escritores extremeños, más las del propio Sánchez de León. La obra, en la que a menudo se reiteran noticias, análisis y conceptos, constituye no solamente una poliédrica presentación del biografiado, sino un enjundioso estudio de la época más interesante que le tocó vivir (tardofranquismo, transición, primeros años la de la democracia) y en la que él tuvo un protagonismo indiscutible.
Quien más detenidamente reconstruye el contexto histórico es Manuel Soriano (Badajoz, 1952). Casi la mitad de las páginas del libro son suyas, compuestas con el bagaje de sus observaciones y los numerosos apuntes entre comillas, que Sánchez de León le remite. Este se nos presenta como alguien fiel a sus ideales joseantonianos de juventud, con fuertes inquietudes sociales, rebelde, orgulloso, dispuesto a encarrilar desde dentro el franquismo hacia la democracia, tenaz, voluntarioso, polémico, mal enemigo y siempre con la mirada en Extremadura.
Feliciano Correa (Jerez de los Caballeros, 1941) suscribe un largo centenar de páginas, procedentes de otro trabajo suyo, 'Reformistas y conflictos políticos en Extremadura. Enrique Sánchez de León'. El análisis de numerosos textos por este elaborados (conferencias, sobre todo), ofrece la visión de sus principales tesis, ardorosamente sostenidas tras el fallecimiento de Franco; la relación que mantuvo con Adolfo Suárez y el devenir de AREX-UCD-CDS, partidos donde biógrafo y biografiado se encontrarían.
El doctor Felipe Lorenzana, especializado en historia de las instituciones modernas, expone los fundamentos regionalistas, teóricos y pragmáticos, mantenidos por Sánchez de León. Recoge proclamas que a este le gusta repetir: «Soy metafísicamente centrista», «he estado próximo a la socialdemocracia», «los extremeños somos poco regionalistas», «a los intelectuales extremeños les ha faltado el compromiso con su tierra». Se reproducen valiosos textos entre los que sobresalen la Declaración programática de AREX (1976); el programa de Extremadura Unida (1982) y el duro artículo de prensa sobre la Universidad de Extremadura (25 marzo 1984), a la que Enrique acusaba por incomparecencia en los grandes debates de la región y pasividad en la promoción cultural.
Enrique Sánchez de León Pérez
José Julián Barriga y Otros
Edita: Fundación CB. Badajoz, 2022
636 páginas
Finalmente, José Julián Barriga (Santiago del Campo, 1943), conocedor como pocos de la época, analiza los que denomina textos vitales de tan preclaro «constructor de puentes»: antología de pregones, lecciones inaugurales, cuentos, conferencias, novelas y artículos. Destaca no solamente la calidad literaria de los mismos (es un excelente parlamentario, que transfiere escrita idéntica pasión por el lenguaje metafórico), sino también su carga ideológica. Tal vez ninguno más emblemático que la 'Carta abierta al alcalde y a los concejales del Ayuntamiento de Badajoz, donde con feliz prosopopeya («Badajoz yo mismo») Sánchez de León evoca líricamente sus hitos existenciales. Barriga concluye que algo no se le puede negar: «Sánchez de León, en el tardofranquismo y en los albores de la Transición Política hacia la Democracia, formó parte de un grupo reducidísimo de personas que facilitaron los mecanismos y los consensos básicos de la democracia parlamentaria de los últimos cuarenta años» (pág. 577).
Como joven falangista, estudiante becario, deportista, inspector de Trabajo, procurador en Cortes de Franco (qué triunfo en las urnas sobre el general Pérez-Viñeta), Director general de Política Interior, miembro de la Comisión Mixta Gobierno/ C.N. del Movimiento, diputado del Parlamento, ministro de Sanidad y Seguridad, dirigente de diversos partidos y de poderosos consejos de administración (Campsa), dueño de un despacho de abogados, e incluso socio del Atlético de Madrid, Sánchez de León presume de haber sido coherente toda su vida. Las posibles réplicas queden para sus rivales, que los ha tenido, numerosos y bien significados. El índice onomástico y las ilustraciones gráficos añaden valor al volumen.
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