«Ninguna idea, por importante que parezca, vale más que ninguna vida»

Pero es imposible olvidar, encarar el futuro sin aprender de lo sufrido. Borja Sémper, concejal del PP en Irún desde los 18 años, tenía 20 cuando se fue de casa para proteger a sus padres. Con 23 se sacó una licencia de armas para poder disponer de una pistola con la que defenderse. Que se sepa, ETA intentó acabar con su vida dos veces.

Sémper y Madina protagonizaron en la sede de la Asamblea de Extremadura en Mérida la presentación de 'Todos los futuros perdidos', un libro en el que la periodista de Vocento Lourdes Pérez recoge las conversaciones entre los dos políticos, ahora en la reserva, para narrar su experiencia con el terrorismo vasco. El Aula de Cultura del diario HOY, con la colaboración de Cajalmendralejo, ofreció un evento que fue cálidamente acogido por el Parlamento regional y que contó entre otras autoridades con la presencia del presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, y otros miembros del Gobierno regional; la presidenta de la Cámara extremeña, Blanca Martín; la delegada del Gobierno, Yolanda García Seco; y el expresidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra. También Carlos Floriano, expresidente regional del PP, que no pudo contar con más representantes debido a que a la misma hora celebraba su junta directiva.

Este libro surgió el pasado año para conmemorar el décimo aniversario del final de la violencia etarra. En palabras de Madina, pretende aportar un grano de arena en el «duelo al sol que se libra entre la memoria y el olvido», entre quienes quieren pasar página y dominar el relato de lo ocurrido en cuarenta años de terrorismo y los que desean construir un futuro sin renunciar a aprender del pasado.

La presentación fue también un recuerdo emocionado a las 55 víctimas extremeñas de ETA. Lourdes Pérez leyó sus nombres en el silencio del salón de pasos perdidos de la Asamblea, que se llenó para la ocasión.

Sémper y Madina tienen la misma edad, 46 años. Nacieron apenas con un día de diferencia. Ambos han tenido una dilatada carrera política hasta que decidieron pasar a un segundo plano. Están separados por su ideología, pero en 'Todos los futuros perdidos' han unido su experiencia como víctimas de ETA y luchadores por la libertad en su tierra, como dos jóvenes políticos marcados por el terror.

Asesinatos, amenazas, acoso, protestas, pintadas, insultos, agresiones a familiares... «La violencia estaba normalizada», afirmó Sémper, quien afirmó que si ETA no lograba matar «no te dejaba vivir». Madina recordó que «era imposible dejar de pensar que estás amenazado», ya que era necesario desplazarse con escolta, cambiar las rutas de cualquier desplazamiento y no acudir a ciertos lugares, como el casco antiguo de Bilbao, que hoy todavía le cuesta recorrer.

Una situación que parte de la sociedad vasca decidió ignorar, mirar hacia otro lado. Una indiferencia que Eduardo Madina sigue sin comprender y que para Borja Sémper resulta más incomprensible en una región tan próspera como el País Vasco. Por eso ambos abogan por fomentar la memoria, por honrar a las víctimas con placas en los lugares donde fueron asesinadas y por que el terrorismo se estudie en Primaria y Secundaria.

También apelaron a la necesidad de reconocer la labor de las fuerzas de seguridad, los políticos y los periodistas que plantaron cara a ETA, lo que en muchos casos pagaron con su vida. «La democracia española venció a una banda terrorista y no somos capaces de celebrarlo», afirmó el exdirigente popular. Para el socialista, «nunca ninguna idea, por muy importante que nos parezca, vale más que ninguna vida, por poco importante que nos parezca».

El presidente de la Junta de Extremadura, quien también tuvo que vivir con escolta por la violencia etarra, recalcó que el libro transmite paz y contribuye a «mirar hacia atrás sin ira» y a encarar el futuro «sin olvidar de dónde venimos».