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Ahora lo pongo, ahora lo quito

Ahora lo pongo, ahora lo quito

A estas alturas del Concurso de Murgas con todas las cartas sobre la mesa, las quinielas están llenas de borrones. Como canta Inocente Rodríguez, ‘Ahora lo pongo, ahora lo quito’

Miriam F. Rua

Jueves, 23 de febrero 2017, 14:32

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La última noche de semifinales del Concurso de Murgas del Carnaval de Badajoz fue la del baile entre los abogados y los extraterrestres o lo que es lo mismo entre Esto está ganao y Al Maridi. Se disputaban el oro y la plata y, de momento, la medalla está suspendida en el aire.

Si el pulso entre los dos se midiera por fuerza, ganaría Al Maridi. Los de Plutón literalmente se dejaron la garganta para hacer una actuación en la que echaron toda su garra. Anoche dieron una zancada al frente.

La actuación no decae en ningún momento y termina con tanta potencia que da la sensación de que antes de que caiga el telón el escenario va a implosionar.

Afilaron los colmillos para cantar sus dos pasodobles, que fue el plato fuerte del repertorio nuevo. El primero estuvo dedicado a la política local, arreándole a una oposición que tiene huérfanos a sus votantes por su inmovilismo y el segundo a la Junta de Extremadura y a la televisión pública, por desterrar a Badajoz de sus políticas y de su pantalla. Lo que viene siendo, darle a diestro y siniestro.

En los cuplés, acertaron más con el segundo. Y su popurrí, como ya pasó en Preliminares, terminó de redondear su actuación. Entretenido, rítmico e interpretado con mucha agilidad. Una lección.

Y, aún quedaba lo mejor, su despedida, que me tiene perdidamente enamorada.

Esto está ganao

Si el pulso entre Inocente Rodríguez y Paco Antena se midiera por ingenio, ganaría Esto está ganao.

Los abogados tienen la defensa mejor escrita y argumentada. La elaboración de su repertorio es magistral, no hay una frase que sea gratuita ni metida con calzador. Ni un chiste manido. Me pregunto si el jurado repasará las actuaciones en su casa. Ni escuchándolos sin pestañear se consigue captar a la primera los matices de cada palabra.

Esto juega en su contra. ¡Protesto! Si esta murga, que conoce las tripas del concurso, quisiera ir a lo práctico, solo tendría que limitarse a aligerar su repertorio y dejarse de tanto doble sentido. ¡Protesto, otra vez! Si este concurso se queda en la superficie y es incapaz de valorar todo el contenido y la dificultad de su ejecución, estaremos bajando la calidad.

Los abogados, como se esperaba, trajeron al teatro dos pasodobles y dos cuplés de altura. En las primeras letras equilibraron humor y crítica. El desgobierno de Rajoy y la corrupción de su partido y el multacar, rematado con un chiste solo apto para pacenses, fueron los temas que abordaron en los pasodobles. Sobre los cuplés, solo tengo que decir que son los maestros del concurso.

Su popurrí tampoco decae, de hecho, es la parte más rítmica de su actuación.

Mañana Al Maridi y Esto está ganao echarán el pulso definitivo y, además, lo harán sin salto de por medio. Les ha tocado actuar en primer y segundo lugar, respectivamente, en la final. La suerte está echada.

Los Chungos enseñaron la patita

Los Chungos enmendaron anoche todo lo que falló en Preliminares y eso les ha valido su pase a la final.

Vocalizaron mejor su dicción tejana, a la que además le dedicaron un cuplé para enmarcar que arrancó carcajadas. Dirigieron todos los focos a su persona: los figurantes quedaron en un segundo plano para no distraer al público de su actuación. Se desprendieron de sus atriles justo ante de empezar el popurrí e hicieron lo que mucha gente esperaba de ellos, que se menearan un poquito en el escenario.

Repitieron una interpretación soberbia con un rosario de muecas que a buen seguro les habrá costado horas delante del espejo y en su repertorio nuevo (los dos pasodobles y los dos cuplés) no aflojaron en la composición de sus letras.

Merecido su pase, le pese a quien le pese.

La tragicomedia de Marwan

Marwan volvió a hacer una buena actuación anoche, eso no se puede discutir. Volvieron al redil en escenografía, disfraz, voces y musicalidad, pero el repertorio nuevo que presentaron ante el público dejó mucho que desear.

Se marcaron una tragedia inventada del tipo Love Story en su primer pasodoble que no tenía más significado que intentar conmover al público con un dramón de cortarse las venas. Un sinsentido. La vida real tiene historias mejores con nombre y apellidos de la que podrían haber tirado para hacer la letra.

El segundo pasodoble fue a la Semana Santa (a esas alturas de la noche, ya era el segundo que escuchábamos ya que Los Espantaperros también le dedicaron una letra). Fue muy aplaudido, pero para mí el Carnaval es una fiesta pagana. Es como si una comparsa le tocara los tambores al Resucitado.

Y después de esta seriedad, nos cantan en su estribillo, que bonito es un rato, que hay que sonreír. Muy coherente todo.

Los Espantaperros más gamberros

Los Espantaperros explotaron anoche el impacto visual de sus disfraces, cambiando su presentación para salir desde el pasillo del patio de butacas asustando al respetable. Nos bañaron en confetis, se movieron mucho más por el escenario e interactuaron con el atrezo.

De nuevo, como ya pasó en Preliminares, las gargantas se les fueron calentando a medida que avanzaban en la actuación. El resultado es que hubo un salto en las voces entre el principio y el final del repertorio.

Terrible fue su cuplé publicitario, que me recordó a su año de ganadores patrocinado por un centro dental. Mal. Entiendo que hay que amortizar las inversiones, entiendo que salir al escenario con esos tipos cuesta un dinerito, pero no puedo entender que desperdicien una parte del repertorio a vender a quienes les han dado la pasta. Y encima que intentaran camuflarlo de una forma tan burda. Error.

Dicho esto, repito que me gusta más la faceta cómica que ha encarnado la murga este año. Un buen camino a seguir.

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