Carnaval de Badajoz 2024

Sin familia Adams ni Casa de Papel, vuelven los disfraces clásicos al Carnaval de Badajoz

Lo saben en las tiendas. María, del bazar chino de la avenida de María Auxiliadora frente al colegio de Los Salesianos, lo sabe bien. «Este año no hay ninguno especial. La gente pide de todo: animales, de Guardia Civil y este año mucho disfraz naranja de preso. No sé muy bien por qué».

Los clásicos siempre triunfan. Los de vikingos, los indios... Y los egipcios. Es el elegido por Inmaculada Mariscal y otros 13 amigos. Al ser largo hasta los pies, este lunes buscaba otra opción para los niños. Quiere algo que les permita más movilidad. Ella es fiel a la tienda Sol, una de las pocas tiendas del centro que continúan vendiendo ropa de un sector que triunfa entre los bazares chinos de la ciudad y, en especial, los del Nevero. También Internet.

Es el caso de Jose, Laura y sus compañeros de clase del instituto Zurbarán. «Todos vamos de la misma temática, aún pensamos si de pijama a de animales o pintores. Estamos buscando en Amazon, a ver si llega a tiempo. Vamos a Internet, que hay más variedad y es más barato». Uno de ellos fue el año pasado de gamba, otro de cura... «Pero este año vamos de pijama porque es más calentito y la noche es larga», dicen estos alumnos de entre 17 y 20 años.

Todos se agolpaban el lunes en el escaparate de Sol, repleto de opciones a partir de 3 euros para los conjuntos de liquidación.

Jose Maján, propietario de esta tienda, reconoce la competencia de Internet, a pesar de que -asegura- sus precios no son altos. De hecho, para él «esta semana debía ser mortal» y no lo está siendo. Las previas, con los encargos de los colegios, han sido más ajetreada.

No lo achaca a la lluvia, porque otros años ha habido previsiones meteorológicas desesperanzadoras, sino a Internet. «Llevo 20 años y la ventas suelen ser muy parecidas, esta semana hay muchísimo jaleo, pero desde el sábado tenemos la mitad de gente».

Siempre hay a quien casi le coge el toro y esta semana anda buscando atuendo. Es el caso de Erik de la Cruz y de Marina Díaz. Los dos estudiantes de la UEx, ella de Madrid y el de un pueblo (mejorada) de Toledo, reciben a amigos «de muchas partes de España» en sus casas. «Se nos llena». El martes buscaban ocho disfraces iguales, «en conjunto mejor». Otros años lo buscaron con más tiempo, como en 2023 cuando triunfaron vestidos de Shrek y Fiona, y sus amigos iban todos de personajes de la saga de DreamWorks. «Nos paraban a preguntarnos y a decirnos que estaba guay», cuenta ella.

Este lunes abrían el de astronauta y dudaban de dividirse entre policías y presos. Buscan «algo que sea tapado para que queda ropa debajo». «Pero también que sea mono», dice Marina. «Yo prefiero que sea calentito», apostilla él.

Muy cerca de los dos, Rosa Falcón busca el encargo de su sobrino. Le han pedido en la academia de inglés que acuda esta semana vestido de algo relacionado con un safari y ella pensaba en una solución. Con su grupo, este año, Rosa se vestirá de jugadora de Rugby. Hace memoria. El mejor que han llevado nunca fue el de vikingo y el de espantapájaros, del año pasado, se queda en el baúl por incómodo.

Para Inmaculada Mariscal, el más versátil es el de Minnie Mouse, que lo ha repetido en varias ocasiones. El que no quiere volver a ponerse es el de princesa medieval. «Es muy largo e incómodo para llevarlo con la aglomeración de gente, al final te lo llevas todo a casa».

Jose Maján se afana estos días en abrir cajas con encargos. Le han preguntado mucho por Stitch, el personaje azul de Lilo & Stitch, pero no ha logrado encontrarlo.

Aunque animales vende siempre, este año nota un repunte. Igual que de vikingos, indios y piratas.

Hay quien prefiere llevar algo básico y colocarse algo encima. Lo saben en la Papelería Martínez, donde venden pelucas, gorros y complementos. Pero también imprimen carteles en colores que los carnavaleros cosen a las camisetas. «Por ejemplo, emoticonos, de los amarillos, o de redes como Tik Tok y así van en grupo».

A estas alturas, algunos aún buscan alternativas. Cualquier cosa es buena. Solo hay que tener ganas de disfrutar. Que el Carnaval empieza mañana.