Womad rompe el hielo a lo grande en un jueves masivo en Cáceres

La Plaza volvió a convertirse en ese punto de encuentro multigeneracional en el que se bebe y se baila, en el que se queda, se ríe y se escucha música. «Bárbara, María, os toca». A eso de las siete de la tarde un grupo de chicas veinteañeras se turnaban para llevar una nevera marca Polarbox cargada de bebidas hasta el recinto de los conciertos.

A las ocho, cuando sonaban los primeros acordes del grupo Sanke, ya eran muchos los que se arremolinaban en la Plaza para dar la bienvenida a esta cita que para muchos es solo ocio, pero que propugna la concordia y la mezcla de culturas, tal y como se dijo por la tarde en el Gran Teatro, Fue el momento de los discursos oficiales. Dania Dévora y Chris Smith, directores de Womad España y Womad internacional respectivamente subrayaron el trabajo hecho, la perseverancia y la ligazón que esta cita, acuñada por el músico Peter Gabriel, ha hecho con la ciudad.

El alcalde, Luis Salaya, defendió que se trata de una cita que no vuelve por modorra o costumbre, sino que «cada año decide lo que es». Y sostuvo que los residuos que se generan van disminuyendo año a año mientras pidió que sea un Womad «seguro, cívico, limpio, ético y consciente».

Womad es música y también bares. Cada año hay una polémica nueva relacionada con los hosteleros de la Plaza Mayor, y este año ha tenido que ver con la prohibición inicial de colocar grifos y botelleros en las barras exteriores de los establecimientos. Aunque el anuncio se había hecho hacía varios días tras la junta de seguridad del Womad los hosteleros se quejaron de que el aviso les había llegado 24 horas antes del inicio del festival.

El candidato a la alcaldía por el PP, Rafa Mateos, se reunió con ellos y posteriormente Luis Salaya acordó una medida para solventar las críticas que validó el jefe de la Policía. La solución, poner grifos y botelleros pegando a las paredes. «Nos hemos entendido bien, tienen que comprender que las exigencias de seguridad de Womad son muy fuertes y que hacemos todos un esfuerzo». La barra del Foro de los Balbos, contratada y licitada por el Consorcio Gran Teatro ha suscitado críticas por parte de la hostelería de la Plaza Mayor, que la ven como competencia.

La abundancia de puestos en el mercado de Cánovas, que tiene 230, 100 más que el año pasado, ha suscitado también algunas quejas por parte de los comerciantes, que tienen dificultades para aparcar sus furgonetas en Cánovas. Al respecto el alcalde señaló que es «una tradición de Womad» que haya «diferentes colectivos pidiendo diferentes cosas». Indicó que por el momento no iba a producirse ningún cambio.

A las 21 horas saltó al escenario la banda neerlandesa Yin Yin con su propuesta de psicodelia oriental. A esa hora no paraba de entrar gente en la Plaza. No había demasiadas bolsas de botellón y sí, todavía, un ambiente tranquilo y familiar. Muchos se acercaron para contemplar el espectáculo de Susana Baca, la estrella de esta edición, que llegó con su voz reivindicativa del Perú africano.

La fiesta continúa hoy viernes a lo grande. Habrá ocho actuaciones, arrancan los talleres y se incorpora San Jorge, el rincón más bello del festival.