De vender clínex en la calle a abrir su negocio: «He trabajado duro»
Emprendedor ·
El rumano Manu Pricop logra montar un lavadero en Cáceres tras trabajar como temporero e incluso ejercer la mendicidadManu Pricop responde como un rayo cuando se le pregunta que ha aprendido él en la calle: «de todo», dice ilustrativamente. Su cara es muy ... conocida en la ciudad, porque durante largas temporadas, alrededor de cuatro años, se ha colocado en la entrada de la antigua chocolatería Valor (ahora La Refranería) para pedir y vender pañuelos de papel o calendarios en Navidades. Lo hacía en el tiempo en el que no tenía trabajo como temporero en el campo, recogiendo cerezas en el norte de la provincia de Cáceres. Una tarea dura que ha aceptado con un único objetivo: mantener a sus tres hijos de 12, 10 y cuatro años. «Cuando tienes tres niños ellos no te preguntan qué haces, si necesitan una cosa tienes que comprársela y yo, menos robar o matar, he hecho lo que fuera para darles de comer», dice tajante.
Esta misma semana ha abierto un negocio propio en la ciudad, un lavadero de automóviles manual, el trabajo que desempeñaba en su país, Rumanía. «Hemos estado trabajando muy duro, y cuando hemos ahorrado 5.000 o 6.000 euros hemos podido abrir», detalla rodeado de aparatos y productos de limpieza. Todo está en perfecto orden, esa sensación de que todo empieza. Él y su mujer han alquilado un local en el número 17 de la calle Ronda del Carmen en donde ofrecen sus servicios. «Limpieza interior, exterior, aspirador, cristales, salpicadero y llantas», reza la octavilla de publicidad que ha preparado para darse a conocer. «No he tenido ninguna ayuda social», precisa, aunque ahora está viendo con su gestoría cómo optar a alguna subvención.
«Si tus hijos necesitan algo tienes que comprárselo y yo, menos robar o matar, he hecho lo que fuera para darles de comer»
Se fijó en el local y se le encendió la bombilla, porque se dio cuenta de que en el centro de la ciudad no había ningún servicio de lavadero a mano. «Todos están más por las afueras». Antes de arrancar tuvo que acondicionar suelos y paredes, pintarlo con sus propias manos y restablecer la instalación eléctrica. «Lo he preparado y por eso el alquiler me lo han dejado algo más barato».
Acaba de abrir sus puertas, pero en los primeros días de negocio ha tenido ya varios coches, aunque el reto es que mucha gente le conozca y se acerque a probar sus servicios. Tiene un horario extendido que se prolonga entre diario hasta las siete de la tarde y también abre los sábados, uno de los días estrella para acondicionar el coche. El domingo, descansa.
Periplo
Llegó hace 12 años a la región, primero a Valdivia y luego a Don Benito. Más adelante estuvo una temporada en Sevilla para llegar finalmente a Cáceres, una ciudad de la que se siente parte. Al ser Rumanía un país de la Unión Europea, el proceso migratorio fue sencillo, explica.
¿Ha sentido racismo? En el tiempo que lleva en España ha podido experimentar que a veces hay cierta desconfianza hacia los rumanos, pero intenta ver el vaso medio lleno. «Notas que hay personas que te tratan diferente, pero tengo mucha gente aquí en Cáceres que me han ayudado y que me ayuda, hay gente buena». El pasado martes tenía delante de él una dura tarea: un coche con barro incrustado que requería mucho trabajo. El precio básico que establece es de 30 euros, aunque en determinados casos, cuando hay mucho que limpiar esta cantidad aumenta. Junto al cartel en el que se anuncia en la calle Ronda de Carmen este establecimiento se ve escrita la leyenda 'Truco rumano'. ¿Y en qué consiste esto? No tiene mucho misterio, da a entender Manu mientras sonríe. «Es frotar mucho».
Según el último padrón municipal del Ayuntamiento de Cáceres, que no se actualiza en la web desde el año 2022, la nacionalidad rumana es la más frecuente en la ciudad después de la hondureña.
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