Borrar
¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Manuel Guerrero viajó el pasado miércoles a la Antártida. :: HOY

Tecnología láser cacereña en la Antártida

El ingeniero extremeño Manuel Guerrero participa en una campaña para estudiar el cambio climático

Cristina Núñez

Cáceres

Lunes, 18 de febrero 2019, 07:36

Comenta

Va pertrechado de la ropa de abrigo más profesional del mercado y dispuesto a que la experiencia que afronta le enriquezca. De Cáceres a la Antártida, el ingeniero en Geodesia y Cartografía Manuel Guerrero se ha embarcado en un viaje que le lleva a los confines del mundo para estudiar los efectos del cambio climático. Guerrero es uno de los miembros de la empresa cacereña Eweer y participa en el equipo investigador el Grupo de Simulación Numérica en Ciencias e Ingeniería de la Politécnica de Madrid, que lleva a cabo distintos trabajos de glaciología a lo largo de la Campaña Antártica Española 2018-2019. Su trabajo consiste en realizar un levantamiento topográfico con láser escáner FARO para determinar la superficie actual de los glaciares Johnsons y Hurd, próximos a la Base Antártica (BAE) Juan Carlos I, gestionada por el CSIC, el Centro Superior de Investigaciones Científicas.

Según la información que proporciona Guerrero estos trabajos son fundamentales para un reanálisis de la serie histórica de datos de balance de masas de estos glaciares, cuyos datos forman parte de la base de datos del World Glacier Monitoring Service. «Nuestro objetivo es ir midiendo año a año el espesor de hielo y comparando cómo va evolucionando, para establecer las posibles relaciones con el cambio climático». Todas estas mediciones se hacían antiguamente con GPS y dron, pero la novedad es que ahora se hacen con «un nuevo equipo que se llama láser escáner». Manuel Guerrero es la primera vez que afronta un viaje a la Antártida, pero su compañero Ricardo Rodríguez, ingeniero de Telecomunicaciones e ingeniero técnico en Topografía, ya ha ido 11 veces. Ambos investigan juntos, forman parte de la directiva del Colegio de Topografía y han trabajado en los glaciares de Pirineos, Picos de Europa y Veleta. «Así surgió la idea de llevar el láser mío a la Antártida», explica Manuel. «El escáner genera un modelo tridimensional y a través de ese modelo es el que nos sirve de punto de comparación, no es una investigación puntual, es una campaña, sería una forma de saber cómo está afectando el cambio climático a los glaciares». Todo se engloba dentro de un grupo de investigación mundial que analiza todos los glaciares del continente.

Ya no hay debate sobre la existencia del cambio climático, sostiene Guerrero. «El debate que sigue existiendo es cuáles son las causas exactas, y todavía hay gente que insiste que estos cambios climáticos se han producido en épocas en las que no existía el hombre».

«Los ingenieros extremeños pueden estar en la élite de la investigación»

Larga travesía

Salió de Madrid el pasado miércoles para llevar a cabo un largo viaje. Tras llegar a Santiago de Chile debía desplazarse a Punta Arenas y allí coger el Sarmiento de Gamboa, un buque español de Investigación Oceanográfica Multipropósito operado por el CSIC que toma su nombre del navegante español del siglo XVI. Tras dos días de travesía por el cabo de hornos se llega a la Base Antártica, Está situada en la península Hurd en la isla Livingston. Para regresar, tras cerca de un mes, cogerá el Hespérides, buque científico de la Armada Española para viajar a Usuaiha, ya en Argentina.

«Trabajamos por todo el mundo: hemos estado en Chile, en Italia, en Inglaterra, Alemania, Tailandia, Filipinas». Cuenta con orgullo el trabajo hecho a través de su tecnología en las ruinas de Pompeya, o los barcos detectados y cuya imagen se ha podido reconstruir gracias a su tecnología. «Hemos sido muy innovadores, cuando empezamos con esta empresa en 2009 prácticamente nadie conocía la técnica, y por eso estamos haciendo proyectos de investigación por todo el mundo».

A pesar de las vueltas dadas y la experiencia acumulada, Manuel Guerrero cree que esta aventura de la Antártida «es un hito profesional muy importante porque no es fácil acceder a este tipo de proyectos». Explica que el Comité Polar Español es exigente. «Los proyectos te los tienen que validar, las exigencias físicas son importantes, hay un proceso de vacunación y el equipo técnico también es exigente».

Manuel reconocía estar preparado para el frío extremo, que mezclado con la ventisca, supone todo un reto. En la base la temperatura oscila entre los 0 y los -5 grados centígrados, pero a medida que uno accede al interior de la Antártida se ha registrado temperaturas de -89 grados, las más bajas del mundo. «Hay que tener mucho cuidado para que no se congelen partes como los pies, hay un médico estable en las base que cuida de la salud de todos, porque el hospital más cercano está a 1.000 kilómetros».

También valora el contacto con investigadores y científicos de todo el mundo. «Al final pasas un mes comiendo, cenando y desayunando con ingenieros, físicos, biólogos y geólogos con gran experiencia y mucha formación y trabajando en las Universidades».

Lanza la idea de que los ingenieros extremeños «nacidos, criados y educados en la región», pueden estar en la élite de la investigación científica». Indica que cuando viaja a trabajar fuera y convive con otros expertos, se siente al mismo nivel. Eso sí, lamenta haber tenido que abrir oficina en Madrid para poder competir de tú a tú. Aunque mantiene la de aquí, poner una pica en la capital ayuda. «Si solo tienes la oficina en Cáceres comercialmente no te valoran, es una cuestión de imagen, como digas que estás en Cáceres estás muerto», indica con pena pero defendiendo apasionadamente el papel de los perfiles técnicos que genera Extremadura.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy Tecnología láser cacereña en la Antártida

Tecnología láser cacereña en la Antártida