La reforma de Santiago, en Cáceres, sale a concurso y la obra se iniciará tras el verano

Se trata de la reordenación de la Plaza de Santiago, cuya contratación corresponde al Consistorio, pero se realiza, tal y como recoge el expediente administrativo, «con cargo a la subvención nominativa» concedida por la Diputación.

La remodelación desplaza las zonas verdes a la periferia y sitúa en el eje de la actuación a la propia iglesia. Es la apuesta «por una definición contemporánea del espacio público» que, tal y como detalla la memoria técnica, se realiza «reforzando como hito la iglesia de Santiago». El templo pasará a ser el «elemento generador del espacio». Se proponen tres acciones: concentrar toda la actividad de pequeña escala en el entorno de las fachadas, habilitar «un podio que circunde la iglesia y permita gestionar los desniveles» y liberar otros espacios urbanos.

La Plaza de Santiago que viene será cien por cien accesible y contará con un recorrido circular continuo alrededor del templo. Ello facilita, según el trabajo previo del autor del documento técnico, «una percepción integral del monumento». También se propone «un entorno climáticamente sostenible» así como fomentar actividades orientadas a la comunidad para que la plaza pase a ser centro de la misma.

El objetivo es que Santiago sea «algo más que una plaza». «El proyecto plantea una relación directa de la iglesia con el Palacio de Godoy fijando en la pavimentación un punto imaginario de conexión entre ambas edificaciones», indica el autor del proyecto. La presencia en el perímetro de las zonas verdes facilitará que desde la calle Picadero aparezca emergente la propia iglesia de forma monumental sobre un podio a la vez que se perciba desde la lejanía el renovado Palacio de Godoy. «Ofrecerá a los vecinos mucho más de lo que hubieran imaginado», resume Antonio Álvarez-Cienfuegos. La Plaza de Santiago se debe a la iglesia y, como tal, la propuesta pretende gestionar su relación con el barrio y con el conjunto urbano, añade.

La accesibilidad es otro elemento determinante en la obra. Se diseñará una plataforma continua que garantiza «dos recorridos cien por cien accesibles». El recorrido circular de la iglesia será posible con una pendiente moderada. Se trata de una situación «novedosa para los vecinos, describe el arquitecto, y aportará una nueva perspectiva del ábside». Con pen dientes menores del seis por ciento se salvará el desarrollo perimetral contiguo a las fachadas.

Pero sobre todo, la plaza pasa a ser un espacio de integración de para los cacereños y quienes la visiten. Por eso, la parte próxima a las fachadas quiere potenciar la sombra natural y un «enfriamiento adiabático del entorno». El aire se enfría por evaporación del agua, absorbe el calor y baja la temperatura. Habrá áreas de convivencia, con juegos, nuevos bancos, fuentes y papeleras y se favorece «un espacio de tránsito libre de obstáculos».

La plaza se gestiona con prioridad peatonal. De momento, se permite el acceso de los vecinos con sus vehículos pero el estudio previo sugiere «que en el futuro el acceso a la plaza se limite a situaciones de carga y descarga».

Se trata de una plataforma única con tráfico restringido. El suelo contará con una diferenciación cromática en la calzada y valora la colocación de balizas. El proyecto solo resuelve un desnivel con escaleras en la conexión con la calle Nuestra Señora de la Montaña. Se actúa en 2.295 metros cuadrados. La contratación de la obra se aprobó por resolución de Alcaldía el pasado 28 de febrero, aunque hasta ahora no ha arrancado el concurso.