Un pregón a tres voces exalta a la patrona de Cáceres en el arranque del Centenario

Joaquín Floriano, mayordomo de la cofradía de la patrona, María Félix Tena, presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), y Alberto Fernández, cofrade y estudiante, fueron los protagonistas terrenales de una noche que aspiraba a trascender entre los fieles cacereños como una de las más importantes en su historia de devoción a la Virgen de la Montaña. Cada uno de ellos asumió en su pregón la tarea de desglosar, respectivamente, la tradición, el presente y el futuro de la patrona, que de momento sigue en su santuario a la espera de la bajada extraordinaria de este jueves y de un calendario que la llevará en peregrinación por toda la ciudad hasta que regrese a su 'casa' de la Sierra de la Mosca el 13 de octubre.

Tras la interpretación de un 'Ave María' por parte de Antonio Luis Suárez y Ana Peromingo en un escenario engalanado con pendones, flores y una gran imagen digital de la Virgen de la Montaña, el directivo de la cofradía Jorge Rodríguez Velasco introdujo el acto y presentó a los pregoneros.

El primero fue Joaquín Floriano con un pregón en el que, acompañado de la sección infantil de la Asociación 'El Redoble', que interpretó la 'Danza del Guiador', además de repasar históricamente la relación de 400 años de la Virgen de la Montaña con Cáceres desde el siglo XVII, fue desgranando el proceso por el que la ciudad la acabó adoptando como su patrona. «¿Cómo una imagen tan pequeñita tiene detrás de sí a tantísima gente? Es fácil, Madre: porque tus apenas 60 centímetros se convirtieron desde tu llegada en un amor en superlativo, que cada corazón cacereño ha ido multiplicando a través de los siglos», dijo el mayordomo. «Se ganó el título de patrona y el pueblo la escogió de un modo especial como suya, coronándola como Reina de la Montaña, Reina de Cáceres, Reina de los cacereños y Reina de nuestros corazones», añadió.

María Félix Tena inició su pregón, tras actuar Tamara Alegre, diciendo que «no hay orgullo y privilegio mayor para una cacereña que hablar de la Virgen de la Montaña», y elogió la figura de ese «alguien» que todos los fieles han tenido como la figura, casi siempre familiar, que les introdujo en la devoción a la patrona. No se olvidó de las nuevas generaciones, a quienes recordó que «tenemos el deber de enseñar esta celebración, pues solo ellas pueden garantizar su futuro», y además «hacerles entender que hablar de la Virgen de la Montaña es hacerlo de nuestras vidas y de nuestras tradiciones como pueblo».

Alberto Fernández Benain, un joven cofrade de 23 años que estudia Ingeniería Aeroespacial en Sevilla, fue el último en tomar la palabra tras la interpretación del 'Aleluya' a cargo de Carlos Martos. En su pregón defendió la necesidad de que las nuevas generaciones tomen el testigo de la devoción por la Virgen de la Montaña, y también resaltó su presencia en todos los ámbitos de la sociedad local, desde avenidas, colegios y centros de salud hasta el nombre de Montaña con el que han sido bautizadas innumerables niñas cacereñas, ya que para el joven pregonero la patrona «no es simplemente una representación de María ni es sólo un ente religioso, sino que su trascendencia va mucho más allá».

Unas horas antes de subirse al escenario del Gran Teatro, Alberto Fernández expresaba a HOY la gratitud que siente por que la Cofradía del la Montaña le haya seleccionado para protagonizar un momento tan especial. «Hay pregones todos los años de las hermandades, para el Novenario..., pero esto es el Centenario, es algo que solo pasa una vez en la vida», apuntó emocionado.

Para cerrar el acto hablaron el alcalde y el obispo.