La ola de rehabilitaciones de fachadas cambia la cara de barriadas antiguas en Cáceres
Las ayudas públicas para la mejora de la eficiencia energética generan un 'boom' de reformas en edificios de toda la ciudad
Los edificios cacereños con cierta antigüedad están en pleno proceso de 'lifting', envueltos en una maraña de andamios y mallas protectoras que cambian algo ... más que su aspecto. Subvencionadas con fondos públicos son obras que modifican la envolvente de estos bloques para mejorar su eficiencia. Hasta un 80% de subvención es lo que logran las comunidades de vecinos que optan por recubrir sus fachadas y sus cubiertas. Y esta oportunidad está teniendo una gran acogida.
La calle Santa Luisa de Marillac aporta un ejemplo claro del antes y el después de un edificio de ladrillo naranja de unos 40 años de antigüedad y el aspecto nuevo con un recubrimiento que le asemeja a obra nueva. Ladrillo visto, pintado o revestido queda cubierto por un nuevo material.
Morpra es una de las empresas de revestimiento de fachadas que más está trabajando en la ciudad. Avenida de Alemania 54, Médico Sorapán 1 y 15, León Leal 9, el 15 de Gil Cordero, Antonio Hurtado o Los Fratres son otras de las localizaciones en las que están o han trabajado. «Se le da un importante cambio estético, aparte de la mejora en cuanto a aislamiento», ilustra José Luis Moreno, responsable de esta empresa. Es un método sencillo que evita que el aislamiento tenga que realizarse vivienda por vivienda, por dentro, y pueda hacerse con menos molestias para el vecino, aunque el proceso lleva su tiempo. «Son obras largas que duran unos seis meses dependiendo del volumen», aporta este profesional. La estructura de la fachada, las ventanas de las que disponga o los recovecos pueden llegar a ralentizar un proceso que debe hacerse de manera minuciosa para garantizar su durabilidad.
Material
Métodos como el SATE (Sistema de Aislamiento Térmico Exterior), la fachada ventilada o la inyección de material aislante en cámaras de aire suelen ser los más habituales en estas obras que salpican la ciudad.
La inversión que hay que hacer para llevar a cabo esta reforma no es pequeña, pero con la subvención es asumible. La estimación que aporta José Luis Moreno es que cada vivienda cuesta unos 24.000 euros, aunque con la subvención del 80% el importe por cada vecino sale entre los 4.000 y los 5.000.
Según una información publicada el pasado mes de agosto por este diario, este tipo de actuaciones para gastar menos energía no renovable cuenta con distintas líneas de subvenciones públicas. La Administración regional ha ampliado en 6,4 millones de euros las ayudas de la última convocatoria. De ese dinero, 5.692.802,51 euros van destinados al programa de rehabilitación de edificios, mientras que los 743.298,07 euros restantes son para la redacción de proyectos o elaboración del libro del edificio existente para la rehabilitación y la redacción del proyecto.
Esta convocatoria, que cuentan con fondos Next Generation, se abrió en 2022 y se cerró el 7 de marzo del año pasado, tras varias prórrogas. La consejería de Infraestructuras, Transporte y Vivienda ha resuelto 3.988 solicitudes de comunidades de propietarios o particulares, que abarcan a 7.296 viviendas. La inversión total en estas subvenciones supone un coste de 78,1 millones de euros para las arcas públicas, de los cuales 42,1 son de aportación regional.
Según los datos que proporciona la Junta de Extremadura, en Cáceres se han tramitado 119 expedientes P3 (reforma completa) con un total de 723 viviendas. De los 119 expedientes se encuentra la obra terminada en 59 expedientes. Estos datos incluyen todo tipo de actuaciones, no solo fachada. Y no se incluye las nuevas concesiones que se están notificando.
En cuanto a los expedientes P4 (de viviendas y ventanas) en Cáceres se ha concedido a un total de 647 viviendas. De los 647 expedientes se encuentra la obra justificada por parte del destinatario y con la tramitación finalizada en 548 expedientes.
Los arquitectos advierten de que el aislamiento térmico por el exterior «altera el entorno urbano»
Las ciudades cambian su cara con la renovación de fachadas que trata de mejorar el aislamiento térmico. En Cáceres cada vez es más habitual encontrarse tapadas por andamios y telas fachadas de edificios del centro de la ciudad. El beneficio que entrañan estas mejoras tiene una derivada menos evidente y es la pérdida de la esencia de algunos barrios y zonas urbanas. Desde el mundo de la arquitectura se analiza esta situación. «El aislamiento térmico más eficiente es el aislamiento térmico por el exterior (sistema SATE) pero, evidemente, los materiales que se emplean en este sistema contribuyen a eliminar la imagen tradicional de estos edificios, con lo cual efectivamente se alteraría el entorno urbano», reflexiona Manuel Cabalgante Gallardo, el decano del Colegio oficial de Arquitectos de Extremadura (COADE).
Bajo el punto de vista de este experto «es mejor utilizar otros sistemas menos eficientes como puede ser el aislamiento por el interior, pero que, sin embargo, no alteran la imagen urbana tradicional», señala. Hay, por lo tanto, cierta desfiguración urbanística, se sacrifica la imagen original de los edificios a cambio de lograr un ahorro energético significativo y mejorar el confort interior del inmueble, algo especialmente necesario para afrontar las olas de calor, que cada año son más prolongadas. También implica una mejora en la calidad de vida de los residentes por el hecho de que aminora los ruidos exteriores e impermeabiliza.
Hay de la misma manera, tal y como detallan las empresas especializadas en este aislamiento, una prolongación de la vida útil de los edificios, ya que se vuelven más resistentes a las condiciones climáticas.
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