El nuevo año comenzó en Cáceres con una pelea en La Madrila
Por lo general las celebraciones fueron tranquilas, con alguna llamada a la Policía Local por ruido y quejas por petardos
Mucha gente de fiesta pero todo tranquilo, salvo una pelea en La Madrila, en la Plaza de Albatros, a las cinco y media de la ... mañana. El Servicio Extremeño de Salud ha confirmado al Diario HOY que no hubo ingresos en los dos hospitales de Cáceres por peleas. Según la Policía Local de Cáceres en la primera noche del año 2023 se produjeron también llamadas de ciudadanos por quejas por ruido, algunas por petardos.
A las nueve y media de la mañana de día 1, aún había gente de fiesta en La Madrila. La Sala Rita volvió a triunfar en las madrugadas golfas del Nuevo Año. También estaban abiertos los locales de copas Sybarite y Dejavu Night Music. Al lado no paraban de trabajar en el local de comida Panipizza, del que salían jóvenes con porciones de pizza que devoraban con ansia en el centro de la Plaza de Albatros.
Llamaba la atención que la gran mayoría de los jóvenes estaban con chaqueta y con corbata. Copa en mano miraban trabajar a los operarios de Conyser que dejaban limpia la zona. En una esquina que aún no habían barrido, había entre la suciedad un cinturón roto de hombre.
Saliendo de La Madrila se veían imágenes cómicas, como una pareja en la que ella, con deslumbrante minifalda brillante, iba descalza, mientras a su lado su novio enchaquetado llevaba los zapatos con tacón en la mano; o un joven que iba en camisa porque la chaqueta se la había dejado a la novia o proyecto de novia, llevando el muchacho descamisado el bolso de la joven al cuello. Otro, en la avenida de Hernán Cortés, nos preguntaba si le llevábamos a Casar de Cáceres, «no sé cómo ir a casa», decía con la sonrisa en la boca.
A muchos de los que terminaban la fiesta con la luz del día les costaba encontrar un taxi libre. En la parada más cercana a La Madrila una persona organizaba la cola, mientras en la de la Cruz de los Caidos un grupo esperaba la llegada de algún taxi. También costaba encontrar una churrería abierta. En la de San Blas había cola a las diez de la mañana para tomar un reconstituyente chocolate caliente con churros, finos tenían que ser porque ya no había porras.
La noche había sido prácticamente tranquila, al igual que las cañas del 31 de diciembre. No tenía nada que ver con las conflictivas cañas del 24 de diciembre, con un hombre de 70 años y su hijo de 30 llevados al calabozo tras enfrentarse a los agentes, un conductor detenido por supuestamente intentar un atropello múltiple y 500 personas desalojadas de la Plaza de los Maestros. El año nuevo parece que va siendo mejor que el fenecido 2022.
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