Las Jerónimas, el primer convento de clausura de Cáceres que abre al turismo
Las monjas muestran a través de visitas guiadas la capilla original del monasterio del siglo XVII y el claustro central
Muchos conocen el convento de las Jerónimas de Cáceres (situado en la calle Olmos, en las traseras del Parador) por haber comprado durante años los ... dulces que las religiosas elaboran en su obrador de manera artesanal. Pero, hasta ahora, solo se podía acceder a su zaguán de entrada, donde está situado el torno a través del cual se despachan sus famosas pastas de almendra y tortas de hojaldre, entre otras delicias.
Desde ahora es posible, además, conocer algunas de sus dependencias interiores. Es el primer convento de clausura que abre al turismo y que muestra zonas reservadas, hasta este momento, a la vida contemplativa. El resto, el de San Pablo, Santa Clara y el de la Orden Obra del Amor, están cerrados al público. En este último caso, en 2015, se incorporó al circuito turístico de la ciudad el oratorio anexo, el de San Pedro. Pero no es el mismo caso, ya que no se veían las estancias de clausura como tal. Este oratorio, por cierto, solo abre en la actualidad para las misas.
Las Jerónimas muestran su capilla y el claustro central del histórico inmueble, que no se puede pisar, pero sí ver a través de la puerta de la capilla. Hay que precisar que no son las religiosas las que muestran estas estancias.

La apertura de este convento a las visitas se enmarca en una iniciativa más ambiciosa de la Diócesis de Coria-Cáceres, que consiste en impulsar el turismo cultural de la ciudad con un proyecto piloto que persigue «poner en valor» el patrimonio religioso. La visita a las Jerónimas no se hace de forma aislada. Está incluida dentro de un 'tour' con otras dos paradas: la ermita de la Paz y la iglesia de San Mateo.
El primer espacio, situado en la Plaza Mayor, se abrió al turismo en abril. Y San Mateo acaba de recibir, junto a las Jerónimas, a sus primeros visitantes. Hasta ahora, solo se podía acceder al templo durante las misas. La entrada es única para estos tres enclaves y cuesta cinco euros. Se pueden adquirir tanto en la ermita de la Paz como en la Preciosa Sangre (Plaza de San Jorge).
Cinco turistas estrenaron esta ruta. Dos eran de Madrid, dos procedían de Bilbao y el quinto era un brasileño de ruta por España. El recorrido, que ronda la hora y media de duración, comienza en la ermita de la Paz. Desde aquí, los visitantes se desplazan hasta San Mateo. Y, por último, la entrada a las Jerónimas cierra este pack ofertado por la Diócesis.
Jesús Pedro Rodríguez es el encargado de guiar a los visitantes por estos tres espacios. Al llegar a las traseras del Parador, llama a la puerta del convento. Una monja le abre. Después, él invita a pasar a los turistas, que toman asiento en los bancos de una capilla que las religiosas visitan hasta cinco veces al día para orar. «Es una capilla amplia, con bóvedas de cañón», detalla.
«Pero para mí lo más interesante es ver desde esta capilla el claustro central del monasterio. Es muy curioso. Era el claustro central de la antigua enfermería de San Antonio. Se pueden ver encima de diferentes puertas del claustro escudos en cerámica a todo color. Esas puertas eran las celdas de los enfermos. Y los nobles de Cáceres apadrinaban cada una de esas celdas y pagaban el cuidado del enfermo. Se les conocía como los 'alcobistas'. Es de las mejores colecciones de cerámica heráldica de Extremadura», resume el guía.
Un poco de historia
Según se recuerda desde la Diócesis, se trata de un monasterio barroco del siglo XVII que destaca por su fachada con los escudos de Felipe II, la Orden Franciscana y la ciudad de Cáceres. Está levantado sobre el solar de un antiguo hospital franciscano. Fue desamortizado en el siglo XIX y posteriormente recuperado en 1974 por la comunidad de religiosas Jerónimas.
El Consorcio Cáceres Ciudad Histórica inició en el año 2022 la restauración de la fachada, en la que invirtió un total de 79.959 euros.
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