La huida a Cáceres de una colombiana explotada sexualmente hace caer una red criminal
Han engañado a unas 30 jóvenes latinoamericanas que venían a España pensando que iban a trabajar cuidando a personas mayores
La Guardia Civil ha liberado en la provincia de Madrid a cinco mujeres explotadas sexualmente, y ha desarticulado una organización criminal internacional, gracias a que ... una joven colombiana de 18 años obligada a prostituirse huyó a un pueblo de la provincia de Cáceres, y pidió ayuda a una oenegé cacereña, que avisó a la Comandancia de Cáceres.
La joven escapó hace un año. Gracias al trabajo de agentes de la Guardia Civil de Madrid y de Cáceres se puso en marcha la operación 'Risaraldo' que ha terminado con las acciones delictivas de una banda que trajo engañadas a España a unas 30 jóvenes, menores de 25 años, desde Venezuela y Colombia. Ellas atendieron a anuncios que vieron en internet en donde se ofrecía trabajo en España para cuidar a ancianos y para ser empleadas de hogar. Al llegar a Madrid, se les quitaba la documentación y se les obligaba a prostituirse para pagar la deuda contraída por el billete de avión.
«Las jóvenes eran vigiladas con cámaras las 24 horas del día, les amenazaban a ellas y les decían que podían hacer daño a sus familiares», afirmó este viernes el teniente coronel jefe de la Comandancia de Cáceres, Rafael Roldán, en una rueda de prensa en la que el delegado del Gobierno, Francisco Mendoza, felicitó a la Guardia Civil por esta operación, que se ha saldado con tres personas detenidas, ingresando en prisión la cabecilla.
Marcelino Gil, jefe de la Policía Judicial, señaló que se registraron tres inmuebles en Vallecas y Barajas, logrando liberar a cinco jóvenes colombianas y venezolanas que eran obligadas a prostituirse a cualquier hora del día. Se han encontrado 300 dosis de cocaína, y se han intervenido documentos, libros de registros, dispositivos de almacenamiento digital de datos y equipos móviles.
Para blanquear el dinero que obtenían de la prostitución, la banda abrió un negocio de hostelería en la provincia de Madrid, distribuyendo en los pisos en los que se ejercía la prostitución datáfonos del negocio, para que al pagar los servicios sexuales figurara que se pagaba al bar de su propiead. De esta manera el dinero obtenido de una actividad delictiva se introducía en el sistema económico y financiero legal. Han enviado dinero a Argentina, Colombia y Venezuela.
Las mujeres liberadas recibirán ayuda y colaboración de diferentes oenegés especializadas en el apoyo a víctimas de trata y explotación sexual. Se les ha ofrecido recursos asistenciales para poder rehacer su vida fuera de esa organización criminal.
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