Los 'guardianes' de la Sierra de la Mosca de Cáceres

«Se trata de tener buena parte del trabajo adelantado en época de peligro bajo para cuando lleguen los momentos de dificultad en los meses más avanzados del año», detalla José Antonio Bayón. El director general de área de la Consejería de Gestión Forestal visitaba este jueves el destacamento y aprovechaba para valorar lo que se ha hecho hasta ahora. Admite que aún queda. A ello contribuye la propia peculiaridad de la zona, en la que no se marca una línea divisoria entre el campo y la parte urbana «como puede pasar en cualquier municipio», precisa. «Aquí no, sugiere, las fronteras están más difuminadas y ello dificulta mucho más cualquier actuación, ya que se trata de viviendas diseminadas que se encuentran en cualquier punto. Hemos trabajado en habilitar accesos y mejorar los existentes para facilitar esas posibles intervenciones», afirma.

El pasado mayo un centenar de efectivos del Sepei de la Diputación, Infoex y fuerzas de seguridad protagonizaron un espectacular simulacro. Permitió valorar el nivel de coordinación en caso de fuego en la Montaña. Se replicó entonces un suceso de 2016 cuando un vehículo salió ardiendo y generó un incendio. Hubo que desalojar 11 casas.

«La Sierra de la Mosca es un polvorín, preciosa, pero con mucho combustible y accesos complicados», han detallado desde el Sepei cacereño. Las quejas de los propietarios de viviendas se han multiplicado en los últimos años y la administración ha respondido con actuaciones puntuales.

La Junta de Extremadura ha hecho la inversión más ambiciosa. La remató la Consejería de Gestión Forestal con el acondicionamiento de la red viaria. La anterior administración socialista ya había dado también pasos en esa dirección.

Fueron nueve meses de ejecución y una inversión de 635.238 euros. Se actuó en unas 60 hectáreas con un doble objetivo: ganar en seguridad y en la eficiencia para la posible extinción. Para ello se abrieron nuevos caminos y se adecuaron otros. Ahora, los profesionales del Infoex trabajan en el mantenimiento. «Esta sierra tiene un gran riesgo estructural, fundamentalmente debido al abandono del campo y las pérdidas de usos tradicionales. Con poca carga ganadera, sobre todo en la periferia de la sierra, aumenta considerablemente la acumulación de combustible fino. Hay que añadir la proximidad al casco urbano de Cáceres», reseñan desde Gestión Forestal.

«No solo se trata de hacer la obra, también de su mantenimiento. Si en tres años no se actúa, se pierde», incide José Antonio Bayón sobre el retén. Al mismo se suman en determinados momentos los dos vigilantes de la caseta del aljibe en Aliseda. Cuentan con dos vehículos ligeros y una autobomba forestal pesada, así como la maquinaria necesaria para realizar los trabajos selvícolas, con desbrozadoras y motosierras.

«Las obras de selvicultura preventiva necesitan unos mantenimientos periódicos que tienen que ver con controlar el rebrote de las arbustivas una vez desbrozada una zona. Sin esos mantenimientos la inversión inicial sería prácticamente desaprovechada», menciona Bayón.

El director general de Prevención de Incendios alude a dos acciones específicas. «La unión de la Umbría y la Solana contaba con una vereda estrecha y ahora dispone de un camino de unos siete metros. Cualquier posible evacuación por la parte de las antenas está asegurada», resalta. Otro cambio se ha dado «con la vía de escape para evacuar entre el Arroyo Valhondo y Residencial Universidad».

Bayón asume que queda trabajo por hacer, pero recuerda que la competencia sobre los caminos es municipal. Hasta ahora las dos administraciones, del mismo color político, se han venido coordinando. Para los vecinos sin embargo es insuficiente. «Hay caminos que están hechos un asco. Debería tomarse conciencia de la situación», denuncia un propietario. Los propios vecinos han llegado a aportar dinero de su bolsillo para arreglar caminos.

Ahora, los profesionales desplazados trabajan en la conservación de los viales, evitan la proliferación de obstáculos naturales y favorecen una posible evacuación. José Antonio Bayón pone un ejemplo concreto. El de un vehículo de los bomberos del Sepei que se ve en una imagen y apenas puede transitar por la maleza. Según él, tras las últimas obras y la labor de mantenimiento que se realiza, esa fotografía ya no se puede hacer allí.