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¿Qué ha pasado este martes, 17 de junio, en Extremadura?
Juan Valadés presentó el pasado miércoles su primera novela, 'Entre lágrimas'. JORGE REY

Juan Manuel Valadés

Historiador y ex director del Museo de Cáceres
«Encontré una historia del Cáceres del XIX tan interesante que tenía que contarla»

'Entre lágrimas' retrata una época de la ciudad a través de la figura del procurador José María Cisneros y el escribano Fernando López

Cristina Núñez

Cáceres

Viernes, 23 de mayo 2025, 08:14

En el otoño de 2022 Juan Manuel Valadés (Badajoz, 1962) cerró su larga etapa de 25 años como director del Museo de Cáceres. Licenciado en Historia (con especialidad en Prehistoria y etnología) se incorporó a este cargo y dejó su puesto como conservador del Museo Nacional de Antropología de Madrid, una comunidad autónoma en la que reside en su jubilación, y donde ha modelado 'Entre lágrimas', su primera novela, de temática histórica, en la que refleja el periodo comprendido ente la segunda mitad del siglo XVIII y los inicios del XIX. La editorial local Letras Cascabeleras recoge la historia del procurador José María Cisneros y el escribano Fernando López. En la lectura de las memorias del primero se detallan hechos como la creación de la Audiencia Territorial de Cáceres (tribunal de justicia creado por Carlos IV), vital para comprender el desarrollo de esa época. Valadés presentó su libro el pasado miércoles en la Biblioteca Pública de Cáceres.

–¿Cómo se escribe 'Entre lágrimas'?

–Son memorias que he ido construyendo yo a partir de documentos que he visto durante años en archivos. Lo que yo he puesto en boca de los personajes son cosas que yo he leído. Documentos de la Real Audiencia, testamentos...material con el que yo me he ido tropezado investigando otras cosas, por ejemplo, temas de indumentaria, de joyería tradicional, testamentos, particiones de bienes, cartas de dotes. De pronto me aparecieron escritos relativos a estas personas, y me pareció que era una historia tan interesante que la tenía que dar a conocer de alguna manera.

–¿Quién era el procurador José María Cisneros?

–Llegó a ser procurador decano de la Real Audiencia, era un cacereño de toda la vida, su padre era escribano oficial y su abuelo también lo había sido. Tuvo una vida no de aventurero al que le hayan pasado cosas extraordinarias, sino la de una persona que tuvo muy mala suerte, aunque como él hubo muchísimos en aquella época. La idea es contar a través de la vida de esta persona, como se vivía en aquella época en una ciudad cómo Cáceres, cuál era el día a día de las personas y temas tan simples como que ahora nos tomamos una aspirina o nos ponemos una inyección de penicilina en aquella época no era posible. Cualquier persona que llegara a la edad adulta había enterrado a padres, hermanos, hijos. Él tuvo muy mala suerte toda su vida.

–¿Por qué?

–En su vida le salieron muchas cosas mal, sobre todo en la familia. Tuvo 11 hijos de los que solo le sobrevivió uno, con el que tuvo serios problemas, también los había tenido con su padre, con su hermano. Todas esas cosas que muchas veces quedan en el interior de una familia, los documentos nos lo cuentan,dejan testimonio. Cáceres era entonces el equivalente a un pueblo: todo se sabía.

–¿Cómo era ese Cáceres?

–Era una ciudad muy pequeñita y que hasta entonces había sido muy provinciana. Cuando se instala la Real Audiencia en 1790 supone un cambio importante en la ciudad. Antes estaba volcada sobre todo en la ganadería y en la agricultura, toda la tierra estaba en manos de algunas familias de la oligarquía, y de pronto empiezan a llegar a Cáceres una generación de gente que vive del trabajo de la oficina, de la pluma: jueces, abogados, procuradores. Empieza a surgir una mínima clase burguesa, se moderniza un poco más, viene gente de fuera con otras costumbres y otras vivencias.

«La instalación de la Real Audiencia modernizó la ciudad e hizo surgir una pequeña burguesía»

«En el Museo cumplí mi ciclo, me acuerdo pero estoy a gusto; escribo y sigo investigando»

–Nunca había escrito una novela. ¿Cómo ha sido el proceso? ¿Se lo ha tomado como un trabajo?

–Me he dedicado a la novela junto a otras cosas, porque yo sigo trabajando en otras investigaciones técnicas sobre todo sobre indumentaria cacereña. Me ha servido de entretenimiento, no me he dedicado solo a ello. La imaginación tiene que correr más, pero todo está muy documentado y muy investigado. Son muchas horas de archivo, pero es una experiencia muy grata y estoy trabajando en la segunda novela.

–Letras Cascabeleras es su editorial, es local y le ha permitido sacar a la luz su historia.

–Yo tengo que agradecer mucho a Vicente Rodríguez y a Víctor Manuel Jiménez porque desde el primer momento han creído en el relato, se han portado fenomenal y creo que el trabajo que hacen en la ciudad de Cáceres es muy necesario. Siempre hay grandes editoriales con mayor difusión pero hay obras centradas en una ciudad como la nuestra que ellos se empeñan en sacar adelante y que todo el mundo conozca.

–¿Echa de menos el Museo de Cáceres?

–Echo de menos Cáceres, el Museo ya no tanto porque ya había cumplido mi ciclo y realmente hice lo correcto en el momento que tuve que hacerlo. Venía este proceso de las obras y yo creo que era más honrado dejarlo en manos nuevas y de personas capaces. A veces me acuerdo, pero lo cierto es que estoy a gusto investigando las cosas que a mí me apetecen.

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