Crimen de sotana a lo Tarantino en la Extremadura de 1916
Mario Roso de Luna, el mago de Logrosán que escríbía libros a mano de su pueblo desde París, y que donó al Museo Arqueológico Nacional una lápida de una tumba que podía ser de un jefe de Viriato, se carteaba con un cura de Logrosán, con Eugenio López Cerezo, que fue víctima de un crimen que recuerda a las películas de Tarantino. Cuando el domingo 9 de julio de 1916 estaba a solas en la sacristía con su superior, el párroco José Bermejo Galindo, este sacó de su sotana una pistola browning y le disparó dos veces en el vientre. Malherido, Eugenio se arrastró hasta la nave de la iglesia, a donde acudieron varios vecinos que fueron frenados por el asesino al amenazarles con dispararles si no le dejaban cumplir su venganza. Ante sus feligreses el párroco remató a su ayudante con tres tiros en la cabeza y luego se disparó en la sien
Domingo, 7 de junio 2020, 09:33
Mario Roso de Luna, el mago de Logrosán.
Roso con su familia.
Mario Roso de Luna rodeado de curas.
La venta en internet de un ejemplar del invento de Roso por 3.500 euros
La venta en internet de un ejemplar del invento de Roso por 3.500 euros
Libro manuscrito de 1898 de Roso de Luna dedicado a Logrosán.
Dedicatoria de Roso en el libro, escrita en París
Plano de Logrosán y alrededores en el libro del sabio extremeño.
La parte del libro dedicada a las algas silúricas de Cañamero.
El capítulo dedicado a la ermita del Consuelo.
Parte del libro sobre la ermita del Cristo de Logrosán.
Dibujo de la lápida sepulcral que recogió Roso en Solana, con la representación de un guerrero con su lanza, espada y escudo
La lápida es una losa que tapaba una tumba de un guerrero; según el doctor alemán Hübner podía ser de un jefe de Viriato.
La lápida fue donada por Roso al Museo Arqueológico Nacional.
Portada del libro 'Los misterios de Cáceres'.
Portada del Mundo Gráfico de julio de 1916.
Noticia del crimen, con las fotos del cura asesinado, la iglesia en la que ocurrió, y el párroco asesino.
Esquela del cura asesinado.
El periódico El Motín dedicó varios números a este suceso.
Una pistola Browning de 1910, similar a la que el cura sacó de su sotana.
Imagen actual de la parroquia de San Mateo de Logrosán.
Interior de la iglesia en la que fueron encontrados los dos curas muertos, uno al lado de otro, sobre un gran charco de sangre.
El obispo de Plasencia Ángel Regueras al que echó la culpa el sacerdote asesino.