La centenaria farmacia Castel baja la persiana en la Plaza Mayor de Cáceres
Se traslada a Carrefour. La última botica de las cuatro que llegaron a convivir en el recinto se despide este jueves de su clientela de toda la vida
Este jueves pasará a la historia de la vida cotidiana de la Plaza Mayor de Cáceres. La centenaria farmacia de Castel se marcha. Su ... persiana se bajará para siempre a las 22.00 horas y dice adiós a su clientela de toda la vida. El recinto, tomado en la actualidad por la hostelería, se queda sin la última de las cuatro boticas que llegó a tener durante el siglo XX.
El negocio como tal continúa. Se marcha a las instalaciones del centro comercial Carrefour, donde su inauguración está prevista para este viernes. Hasta aquí se trasladarán ocho de sus nueve empleados. Víctor, el más veterano del local, se queda en la vecina farmacia de la calle Pintores, situada a escasos 200 metros.
Ambos establecimientos, el de la Plaza y el de Pintores, están en manos de la misma familia. Con este gesto, se pretende proporcionar a los usuarios que ahora se quedan huérfanos de botica un ambiente de cercanía al tener una cara conocida de referencia.
«Es muy duro que se nos vaya la farmacia. Siempre hemos tenido muy buena relación con los dueños. Primero con la familia Castel, luego con Pepe y, durante los últimos años, con Pedro», admite Emilio Rey, propietario del restaurante 'El Pato'. Este miércoles mediodía sirvió un picoteo a los trabajadores de la farmacia a modo de despedida.
«En la Plaza hemos tenido cuatro farmacias. Estaba la de Castel, la de Jabato, la de Bravo y la de Escribano», enumera el hostelero con nostalgia. Tiene una explicación para lo sucedido. «En esta zona cada vez vive menos población y este servicio se desplaza a los barrios nuevos. Hay que entenderlo de esa manera», resume.
Eso es exactamente lo que ocurre en este caso. Con el traslado a Carrefour, su titular, Pedro Hernández, busca dar servicio a zonas nuevas de la ciudad que carecen de oficina de farmacia. Es el caso del Junquillo, Macondo y Castellanos. Además, en este emplazamiento cuenta con el público potencial que acude a hacer las compras al hipermercado.
A este factor hay que añadir otra razón: el local ocupado hasta ahora se quedaba pequeño para poder crecer y ofrecer nuevos servicios. Y en la Plaza no había otro disponible que se ajustara a los requisitos demandados.
El negocio dará servicio al Junquillo, Macondo y Castellanos en su nueva ubicación
«Tengo sensaciones muy encontradas. Esta ha sido mi primera farmacia en Cáceres capital, en un sitio absolutamente emblemático, frente a la entrada de la Ciudad Monumental. Y me cuesta. Es una farmacia muy turística, pero también muy de barrio. A la gente que atendemos a diario la conocemos perfectamente. En la nueva ubicación también pretendo ser una farmacia cercana, aunque el concepto es distinto», comenta Pedro Hernández, que se debate entre la pena por dejar un local con solera y la ilusión por el nuevo reto emprendido.
Hace tiempo que el establecimiento no se denomina oficialmente Castel. Hasta este jueves es la farmacia Plaza Mayor. Y a partir del viernes será farmacia Extremadura. Pero para varias generaciones de cacereños será siempre la botica de Castel. «Yo estoy encantado. Era un personaje absolutamente inquieto, con mucha ambición por mejorar la ciudad. Era muy listo», apunta Hernández.
Según recoge Pilar Bacas en el libro dedicado a Joaquín Castel (1853-1913), éste se puso al frente de la farmacia cuando la heredó de sus suegros. «Su existencia ya estaba documentada en el siglo XVIII», escribe la autora sobre el negocio. En 1959 murió el último boticario de la saga Castel.
Este viernes el local, que estaba ocupado en régimen de alquiler, quedará libre. Su característico mueble de madera se lo llevará el hijo del antepenúltimo propietario de la farmacia. «Le gustan las antigüedades y estoy convencido de que le dará buena vida», garantiza el farmacéutico.
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