El Ayuntamiento interviene contra los okupas en un bloque de la barriada cacereña de Aldea Moret

Una ocupación de vivienda consumada hace dos semanas, unida a otra que se quedó en un intento el pasado lunes, ambas en el mismo edificio de pisos sociales de Aldea Moret, han obligado al Ayuntamiento de Cáceres a intervenir contra los okupas en el barrio, intensificando la vigilancia policial y reforzando los cerramientos de los pisos vacíos para impedir que estas personas logren acceder a ellos.

La Policía Nacional ha confirmado que una mujer trató de entrar en un piso de la calle Río Tíber, en concreto, en el edificio número 8. Los agentes identificaron a la mujer infractora, que no llegó a entrar en el piso, y pusieron los hechos en conocimiento de la autoridad judicial.

Se trata de un bloque de 48 viviendas de titularidad municipal en el que habitan algunas familias que hace años residían en el C de la calle Ródano, el edificio que se encuentra en estado ruinoso y que está a la espera de que el Ayuntamiento obtenga los fondos para demolerlo, un compromiso electoral del actual equipo de Gobierno de Luis Salaya.

Los residentes de Tíber 8 vienen percibiendo en las dos últimas semanas presencia de personas ajenas al inmueble dispuestas a instalarse en los pisos que están desocupados. Hace unos diez días que entraron en una vivienda de la planta cuarta y el lunes se produjo el último intento, en la puerta cuatro de un segundo, que la Policía logró detener.

La concejala de Asuntos Sociales, María José Pulido, corrobora este extremo y según explicó este martes, el Ayuntamiento les ha pedido que se marchen voluntariamente de la vivienda, ya que en caso de no hacerlo se recurrirá al proceso judicial de desalojo. Los ocupantes permanecen todavía en el piso, según confirmó la edil.

Pulido descarta que se estén produciendo situaciones similares en otros edificios de la zona y de la capital, y afirma, en este sentido, que «en una ciudad de 100.000 habitantes como Cáceres no tenemos la problemática de okupas de otras ciudades».

Pese al tapiado con ladrillo de las puertas y ventanas de los pisos, los okupas no dudan en tumbar los tabiques para instalarse en ellos. El Ayuntamiento realiza los cerramientos de las casas desocupadas con muros de obra para evitar que entren en las viviendas, una tarea que lleva a cabo la brigada municipal.

En los bloques propiedad de la Junta de Extremadura se están empleando, sin embargo, planchas metálicas. El Consistorio se plantea ahora modificar su sistema de cierre y está valorando el de la administración regional.

El Ayuntamiento concedió viviendas en el número 8 de Río Tíber a familias del bloque C de Ródano, que se las adjudicaron en propiedad, asumiendo sus hipotecas. «La mayoría de personas se hicieron cargo de la escritura, por eso es tan injusta la patada en la puerta», reconoció Pulido.

Ahora, la ocupación ilegal ha vuelto a alertar a estos residentes, que se sienten inseguros y desprotegidos después tres años desde que se produjera la última ocupación, según aseguran. Los vecinos, que prefieren preservar su identidad por temor a represalias de los ocupantes, contactaron ayer con la concejala.

«Comparto su preocupación y la Policía va a estar pendiente», dijo Pulido, quien recordó que con la pandemia se ha intensificado la vigilancia en Aldea Moret para disolver reuniones y controlar su alta incidencia covid, la más elevada de la ciudad. También aludió al «refuerzo» que supondrá la nueva oficina policial.