El Ayuntamiento de Cáceres quiere rescatar su fachada de ladrillos pintados

La intervención, cuyo coste total asciende a 78.702 euros, ha salido a licitación. La primera convocatoria ha quedado desierta, pero la intención es seguir buscando empresas para ejecutar este proyecto, que afectará a la fachada este del edificio.

Según se recoge en la memoria descriptiva, la obra consistirá en consolidar la capa pictórica existente, eliminar la pintura plástica y otras que pudiera haber (resultado de las capas aplicadas en diferentes épocas), la consolidación de estratos, la reintegración volumétrica, la adecuación de las juntas de las piezas de granito que hicieran falta y la reintegración pictórica de la pintura original. Como paso final, se aplicará una capa de protección.

La decoración que se quiere rescatar es perceptible en la actualidad en algunas zonas de la fachada, en concreto en las partes con desconchones. «La documentación de partida se basa en estudio 'de visu' y en documentación fotográfica en blanco y negro. Pero se observa claramente el despiece de ladrillos fingidos pintados originales del acabado decorativo del Ayuntamiento. Además, existen evidencias físicas, en forma de pequeños restos, del acabado original (en esta misma fachada)», se apunta en el informe del Consorcio.

La memoria técnica indica que la pintura que ahora se quiere sacar a la luz data del siglo XIX. «Se considera que todas las fachadas del XIX del edificio están cubiertas por este acabado, aunque por el deterioro solo se observan las del paramento que se va a restaurar». Hay que recordar que el edificio original es de estilo neoclásico y data de 1869. Su autor fue Ignacio Michelena.

«La importancia de la restauración que se pretende se debe a la necesidad de recuperar una parte de la historia patrimonial constructiva-decorativa de la edificación cacereña», reza el texto, que lleva las firmas de Fátima Gibello y Javier Sellers, restauradora y director respectivamente del Consorcio Cáceres Ciudad Histórica.

«Se priorizará en la restauración planeada la fachada que está en el Foro de los Balbos. Es en la que se observa a simple vista la ornamentación de ladrillo fingido. Se intuye, por los desprendimientos de la capa superficial que refleja un mapeo natural de catas, que todo el paramento está con este trampantojo al igual que el resto de las fachadas del Ayuntamiento de Cáceres, por lo que se podrá recomponer el esquema decorativo».

En la actualidad, la fachada está pintada con pintura plástica y acumula además capas de cal que se solapan sobre la pintura decorativa, que ha permanecido oculta desde el siglo XX.

No es la primera vez que el Consorcio Cáceres Ciudad Histórica pone el foco en rescatar la estética de fachadas relevantes. Intervino también en el convento de las Jerónimas.

Según justifica en el proyecto, «lo que identifica y diferencia a una ciudad de otra es su imagen. El legado cultural no solo lo representan los monumentos o elementos artísticos importantes, sino también los de menor relevancia, que deben ser tenidos en cuenta cuando se interviene en el tejido histórico, ya que también forman parte de ese proceso».

Y, en este sentido, se recuerda que Italia ha sido siempre la que ha representado la experiencia y conocimiento de la tradición mural en fachada. «Desde hace tiempo tienen asumida la fase de identificación de ese legado. Aquí en España aún nos cuestionamos a veces si un fragmento localizado de una fachada tiene valor y se debe recuperar», se expone en el documento.

«En Cáceres y como iniciativa del Consorcio Cáceres Ciudad Histórica, se está llevando a cabo la incorporación a la trama urbana de este legado cultural, desconocido y sin ningún estudio histórico o registro documental, oculto hasta ahora por capas sucesivas o eliminado. La pintura mural es aquella decoración pictórica que se encuentra integrada en una construcción, interior o exterior, y forma parte consustancial del edificio que la alberga», se recuerda en la memoria.

En el caso del convento de las Jerónimas, situado en la calle Olmos del recinto amurallado, también se trabajó para rescatar su policromía original. La actuación se llevó a cabo en 2022 y, en este caso, costó 66.366 euros.

Se trata también de un caso de arquitectura fingida, que simula pilastras y enfoscados toledanos con verdugadas de ladrillo. Tras la intervención, que se ejecutó durante un plazo de cuatro meses, esta fachada luce ya el mismo aspecto original que tenía en el siglo XVIII.

Para rescatar los ladrillos fingidos del Ayuntamiento de Cáceres se marca un plazo de cuatro meses y medio. No será la única obra que se ejecutará en este entorno, ya que en breve arrancará la restauración de la segunda fase de la muralla.