El alcalde de Cáceres estrenará coche oficial después de 20 años
El Ayuntamiento reserva 60.000 euros para una berlina enchufable, ya que el Audi actual es tan antiguo que no puede entrar en zonas restringidas
El alcalde de Cáceres va a estrenar coche dos décadas después. El vehículo asignado a Alcaldía en el Ayuntamiento es un Audi A-8. Suena ... a alta gama y máximas prestaciones, un modelo con motor V8 y 4,2 litros, toda una combinación de «potencia y lujo», según las versiones más a mano en cualquier consulta técnica rápida. Sin embargo, también habría que añadir, al menos en el caso del A-8 municipal, que también se trata de un coche antiguo. Nada menos que de 2004. «No es posible dotarlo de distintivo ambiental» siquiera, precisan los técnicos municipales de Infraestructuras. Ese es uno de los argumentos para que Cáceres renueve su coche oficial. Los planes pasan por adquirir un vehículo nuevo.
Se pretende cambiar el viejo Audi por otro modelo, sin marca concreta de momento, pero que responda al perfil de una berlina. Se pide que sea un coche «híbrido, eléctrico, enchufable» y cuyo destino será la Alcaldía. Es decir, un coche con las máximas prestaciones, que permita desplazamientos cómodos y seguros al primer edil y que también rebaje el coste de mantenimiento actual y la factura contaminante. En principio, también podrían hacer uso del mismo aquellos concejales que lo necesitasen en sus desplazamientos oficiales. Como apunta el director del Área municipal de Infraestructuras, en su informe, «muchas ciudades cuentan con restricciones de acceso a determinadas zonas para vehículos que no posean una determinada calificación ambiental». Se da el caso de que el actual coche de Alcaldía propiedad del Ayuntamiento es un vehículo «matriculado en el año 2004», confirma. Por ello, «no es posible dotarlo de distintivo ambiental, además de tener unos consumos y gastos de mantenimiento desproporcionados».
Ese es el motivo principal por el que se ve «justificada» la iniciativa para renovar el coche oficial, algo que se ha ido retrasando en la decisión final en los últimos años. No en vano, el anterior alcalde, Luis Salaya, llegó a hacer viajes en coches utilitarios con sus asesores.
Se pagaría con cargo al remanente de tesorería de 2024 y contará con un punto de recarga doméstico
El importe de la operación para renovar el coche oficial se estima en más de 60.000 euros, ya que se trataría de una adquisición, no de un alquiler, algo que se hace en casos como el de la Policía Local o determinados departamentos municipales. El Ayuntamiento tiene un centenar de vehículos en propiedad.
Contrato
Precisamente, el pasado febrero se formalizó el contrato de la nueva póliza aseguradora de los mismos. El contrato se adjudicó a Occident GCO por 19.375 euros. El Audi A-8 de Alcaldía aparece como un vehículo de 'representación'. Es el único que dispone de una franquicia de 300 euros por siniestro.
En total, el presupuesto con el que se cuenta para el nuevo coche de Alcaldía se eleva a 60.500 euros. Facilitará los «desplazamientos necesarios para realizar sus funciones en cumplimiento de las competencias atribuidas al Ayuntamiento». Además, el coche se completa con un punto de recarga doméstico.
El dinero debe salir del remanente de tesorería del Consistorio en 2024. Cáceres cerró el ejercicio con 29.640.461 euros de derechos pendientes de cobro a 31 de diciembre de 2024. En total, el remanente supera los 24 millones. Exactamente 24.428.309 euros. El superávit final se estima en 9,1 millones.
La partida del coche se suma a otras que aparecen en un mismo paquete por 486.076 euros en total. Ahí están también los 200.000 euros para el CP Cacereño como subvención directa tras el ascenso a Primera RFEF, 132.730 euros de aportación a Helga de Alvear y más de 92.000 euros para adecuar los huertos del Carvajal. Para los grupos políticos ello supone tener que votar a todo que sí o que no, cuando el asunto pase por comisión y pleno. Es decir, no se podrá apoyar una partida y oponerse a otra. Será algo así como lo ocurrido a nivel nacional con el llamado 'decreto Omnibus' y que la oposición pidió trocear. Lo mismo incluía la revalorización de las pensiones que la cesión de un palacete en París al PNV.
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