Accem cuenta en Cáceres con una red de 26 pisos de alquiler para refugiados
Tres de estas viviendas son de Tutecho, una sociedad que adquiere inmuebles para facilitárselas a organizaciones sociales
En pleno debate sobre las trabas para el acceso a la vivienda, con precios desorbitados y condiciones que no son asequibles para la mayor ... parte de la población hay un colectivo que lo tiene especialmente difícil para lograr un techo bajo el que vivir. Se trata de migrantes y refugiados, a los que además de su situación de vulnerabilidad económica se suma el hecho de ser extranjeros.
Accem, con sede en Cáceres, es una de las organizaciones que gestiona recursos del Ministerio de Migraciones y de la Junta de Extremadura para apoyar a solicitantes de asilo y población vulnerable. Ellos cuentan actualmente con 28 pisos que sirven para dar una primera acogida a solicitantes de protección internacional y a personas sin recursos. De ellos, tal y como informa la organización, 26 son para personas solicitantes de asilo y dos forman parte de un programa para personas sin hogar.
Cuando un migrante llega a una organización como Accem pasa por un primer servicio de valoración tras el que se cubre la fase de acogida a las personas solicitantes de protección. Durante ese periodo se busca alojamiento a estas personas para que empiecen a recomponer su vida. Hacen falta viviendas dentro de un parque inmobiliario azotado por los precios.
Tres de estos pisos han sido comprados por Tutecho, una socimi, (sociedad anónima cotizada de inversión inmobiliaria) que se dedica a alquilar viviendas a entidades sociales.
Empresa social
Rocío del Mar, directora general de Tutecho explica que es una solución sostenible que quiere acabar con el sinhogarismo en España. «Nosotros tenemos una empresa social que quiere vivienda y se las facilita a las entidades sociales para alojar a las personas que más sufren, las más excluidas, personas que no pueden desarrollar su vida en un lugar seguro», explica Del Mar.
Esta organización cuenta con una fundación para acompañar a personas con necesidades en programas de salud y de integración social, con la idea de recuperar a las personas.
«No se trata de proporcionar vivienda más asequible, sino de facilitar a las personas que más lo necesitan una estabilidad, muchos de ellos son refugiados, han hecho un viaje durísimo y muy largo, hay víctimas de trata, hay personas con discapacidad que están muy excluidas, hay menores ex tutelados, al final el perfil de sinhogarismo es más amplio que las personas que están viviendo al raso, que también trabajamos mucho con ellas», señala Del Mar.
Inversores dispuestos a sacar la mínima rentabilidad aportan capital para adquirir vivienda social
¿Cómo funciona Tutecho? Del Mar explica que la empresa social es lo que se denomina un proyecto de inversión de impacto. La inversión de impacto se sitúa a medio camino entre la filantropía, en la que se dona sin más, sin que haya ningún retorno económico, y una inversión tradicional, en la que se invierte el dinero esperando maximizar la inversión económica. En este proyecto no se dona el dinero, pero no se maximiza la rentabilidad económica, el retorno es mínimo. «Los inversores renuncian a muchísima rentabilidad económica por el impacto social que está teniendo el proyecto. Son los inversores los que permiten la compra de la vivienda».
Hasta el momento esta empresa ha podido adquirir cerca de 300 viviendas en tres años y ha entrado en BME Growth, el Mercado Alternativo Bursátil orientado a las pymes en expansión. Cuentan con un valor de mercado de 28,6 millones, a razón de 1,01 euros por acción. En la pasada primavera adquirieron 33 nuevas viviendas, tres de las cuales están en la ciudad de Cáceres.
La empresa está en 12 provincias españolas y plantea ampliarse a las zonas donde se necesite, donde las asociaciones sociales lo pidan. Están, explica, en Almería, donde hay 4.000 personas y hay una gran necesidad de personas. En las ciudades, por otro lado, se generan numerosas bolsas de pobreza. En muchos casos son los propios inversores los que alertan acerca de la necesidad que surgen en determinados puntos y Tutecho es sensible a esa demanda.
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