El Cefot de Cáceres bate sus registros

Atasco en el ferial, donde el aparcamiento se quedaba pequeño para tanto coche. Colas en los urinarios móviles, en los que a media mañana decenas de personas formaban cola. Día de fiesta para el vendedor de la Once, que hacía su particular agosto en pleno enero. Y fin de existencias en muchos negocios de la capital cacereña que celebraron como si fuera festivo la jura de bandera de ayer. 1.240 alumnos del primer ciclo de 2018 protagonizaron el acto en las instalaciones del Centro de Formación de Tropa (Cefot). Se batió un nuevo registro. Ya en julio se vivió la jura más multitudinaria de la última década con casi 1.100 soldados. «La tendencia se mantiene y continúa», sostiene el coronel jefe, Francisco de Asís Ramírez, que ayer volvió a rememorar la conexión que existe entre el Ejército y Cáceres. Unas 6.000 personas, casi todas familiares de los alumnos desplazados desde distintos puntos de España, lo presenciaron en directo.

«Han entrado varios grupos de canarios que venían a la jura de bandera y me he quedado sin existencias. Se me ha acabado el bacon», contaba satisfecha a media tarde María Rodríguez, que regenta la multitienda de la calle Argentina. También Miguel, su pareja, que es taxista, tuvo un día completo. Los servicios se multiplicaron en el gremio.

«Cáceres es una ciudad que quiere al Cefot. Está muy arraigado y aporta riqueza a la ciudad», resume el coronel jefe. Francisco de Asís recuerda que «estas juras multitudinarias agotan las reservas hoteleras de Cáceres y sus alrededores». De esos dividendos adicionales que deja la institución militar daba fe también Antonio Rodríguez. En su cafetería El Olivar ayer, a la hora del desayuno, la tostadora no daba de sí ante tanta demanda. «Ha sido cuestión de minutos. Hemos servido unas 15 ó 20 tostadas y desayunos a familias que venían a la jura. Eran de Canarias, Cádiz, Ceuta...», contaba visiblemente satisfecho.

«Cáceres ya demostró en su momento que no quiere perder el Cefot», insiste Francisco de Asís Ramírez. Como coronel jefe fue la autoridad que tomó juramento a esos más de 1.200 nuevos soldados. De ellos, solo 56 eran mujeres. Menos del cinco por ciento. En la jura del pasado 28 de julio, de 1.097 alumnos, 45 fueron mujeres. La proporción, por tanto, se mantiene, aún con mucho camino por delante para la aumentar presencia femenina en el Ejército.

El acto de ayer, con una temperatura primaveral, comenzó al mediodía y se prolongó hasta después de la una y media de la tarde. La presidencia del mismo correspondió al general de brigada y subdirector de Instrucción, Adiestramiento y Evaluación, Andrés Freire. Agustín Ferrán López Torres recibió un diploma como alumno número uno de su promoción. A su vez, a Antonia Torres Costa, en representación de todas las madres de los soldados, se le entregó un ramo de flores.

El coronel jefe, en su discurso de este primer ciclo del pasado año, aludió a «la cercanía entre la ciudadanía cacereña y la institución militar». «Ha sido un periodo especialmente duro e intenso física y psíquicamente. Habéis pasado muchas horas de frío en estas tierras extremeñas», resaltó, además de felicitar a los soldados. En el homenaje a los caídos hubo un recuerdo especial al que ya había aludido el propio Francisco de Asís Ramírez. Fue para los héroes de Baler, al cumplirse su 120 aniversario.

En un día de celebraciones, de fiesta general, abrazos y lágrimas de emoción, el coronel jefe avanzó que a Cáceres le esperan más jornadas como la de ayer.

La tendencia se mantiene para el futuro más inmediato. En mayo se esperan otros 1.320 alumnos cuya formación se llevará a cabo en Extremadura. Un centenar de los 1.340 que se incorporaron en este último ciclo, no llegaron a terminar su formación.