Los vecinos de Santa Marina piden una reforma de los patios
Denuncian que no hay apenas mantenimiento y los árboles tapan la luz de las viviendas y sus ramas se meten en las ventanas
Muchos pacenses se han criado jugando en los patios de Santa Marina. Los pisos que se construyeron fuera de la muralla a lo largo ... de la avenida de Huelva cuentan con pequeños jardines delante de los portales que fueron refugios para muchos niños. Eran zonas verdes acogedoras con setos y árboles recién plantados. Medio siglo después los setos invaden las calles y los árboles superan la altura de los edificios de cinco pisos, tapan toda la luz y sus ramas se meten en las ventanas.
«Necesitamos que poden los árboles urgentemente, pero este es un problema puntual. Lo que hace falta es una intervención integral para recuperar estos patios», explica Gerardo Barrientos, vecino de la calle Regino de Miguel. Esta vía, junto con Antonio Ayuso, son las más afectadas por el «abandono» de las zonas verdes que denuncian sus vecinos.
Estas viviendas se construyeron en los años 50 y según los residentes de la zona hace décadas que no se hace un mantenimiento de los jardines, aunque son de propiedad municipal. «El Ayuntamiento nos propuso que fuesen privados y que nos ocupásemos nosotros de ellos, pero son comunidades con pocos vecinos y solo algunos portales dan a las zonas verdes, no hay suficiente gente para pagar el mantenimiento. Además, siempre han sido públicos, para todo el barrio y tiene que ser así», explica Barrientos.
Sin mantenimiento
La falta de mantenimiento estos años ha provocado que haya algunos parques donde no hay ningún árbol, por ejemplo en Antonio Ayuso, y otros donde la vegetación cubre completamente las fachadas de los edificios. «Hace tres años que no podan. Las ramas se te meten en casa. Hay vecinos que tienen que cortarlas porque no pueden cerrar la ventana», explica Gerardo Barrientos.
Otro de los problemas es el tamaño de los setos. Algunos era de apenas un metro, solo para separar las aceras de la calzada, y en la actualidad superan los cuatro metros de alto, como es el caso de un seto en el cruce de Regino de Miguel con Maestro Lerma.
En esta intersección hay una rama caída con la que rozan los peatones que pasan por la zona. No es la única. Hay varios árboles con ramas dobladas o rotas por el peso. En otros casos la vegetación ha crecido tanto, sin control, que invade la mitad de la acera. Es el caso de un tramo de Antonio Ayuso. Por el mismo camina Manuela Gil con un carrito de la compra. Cuando llega a la altura del seto, va despacio para no tropezar. «Cada año está peor, al final me tendré que bajar a la carretera para pasar por aquí», se lamenta esta residente de Santa Marina. «Sin embargo, los jardines más cercanos a la avenida (la que da nombre al barrio) sí que los tienen bonitos. Y aquí totalmente dejados».
Uno de los miedos de los vecinos es que una rama se desprenda y cause un accidente o incluso que se caiga algún árbol de grandes dimensiones.
En su día, explica Barrientos, la arboleda y los setos estaban planificados, «pero no calcularon lo grandes que llegarían a ser». Además, al no tener control, han ido surgiendo setos y árboles en zonas que no estaban planificadas. Por ejemplo, creció una palmera entre varios árboles que se molestan entre ellos y también hay palmeras que han crecido, porque cayeron semillas, junto a la muralla, tapando el baluarte que hay en la zona.
«Podría ser una de las zonas más agradables de la ciudad porque estás junto al centro, pero es muy tranquila, pero está muy abandonada. La vegetación y las aceras, que necesitan una renovación», asegura Juan Marías, otro vecino. Gerardo Barrientos ha presentado varias veces las reivindicaciones de los vecinos en el Ayuntamiento de Badajoz. En la última ocasión tuvo una reunión con los responsables de Parques y Jardines. Asegura que le dijeron que estudiarían una reforma de la zona, pero no ha vuelto a tener más noticias.
Mientras, algunos vecinos cuidan los jardines por su cuenta. «Yo cortaba los rosales antes, pero es que es demasiado trabajo», se lamenta un vecino.
Otra reivindicación es que los propietarios de perros no dejen los excrementos en el suelo, ya que se acumula la suciedad en una zona en la que siguen jugando los menores del barrio cuando salen de clase.
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