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Seis personas mueren al ser arrolladas por un camión en un control de tráfico en Sevilla

Los vecinos de Borba habían alertado del riesgo de derrumbe de la carretera

El tramo afectado pertenece a un antiguo vial de adoquines que discurre junto a las canteras de Marmetal, en cuyo foso se precipitaron los vehículos

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Martes, 20 de noviembre 2018, 22:23

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En Borba lo califican como una tragedia anunciada. Por eso cuando este lunes, a las 15.45 horas (una hora más en España), cedió la carretera de adoquines que une Borba con Vila Viçosa tragándose a seis personas, fueron muchos los que exclamaron que esas muertes podrían haberse evitado.

Cierto es que esa conexión local, que formó parte de la red nacional hasta que hace diez años se construyó una variante más moderna y segura, no era muy transitada en la actualidad. Los camiones huían de ella por el riesgo de que cediera su firme, sobre todo desde que se escuchó el rumor de que no estaba garantizada la seguridad.

Pero hasta el lunes al mediodía no se había producido un incidente tan grave y cuando la carretera comenzó a ceder transitaban sobre ella una máquina retroexcadora, una camioneta de la cantera y un turismo.

Está confirmada la muerte de dos trabajadores de las canteras y hay cuatro personas desaparecidas

Esos 100 metros malditos se encuentran justo enfrente de las instalaciones de Marmetal, una empresa dedicada a la extracción de mármoles que es fácil situar en el mapa por los dos grandes fosos que acogen sus instalaciones.

Con más de 90 metros de profundidad, esos cortes abiertos en el suelo testimonian la enorme cantidad de material extraído. Y justo al lado de esas fosas, que casi actúan a modo de acantilado, discurría la carretera que sufrió el derrumbe.

Tras horas de búsqueda, las autoridades portuguesas confirmaron la muerte de dos personas: el operador y el auxiliar de la retroexcavadora.

El tramo de carretera que colapsó atraviesa una zona de canteras de mármol:. GoogleMaps
El tramo de carretera que colapsó atraviesa una zona de canteras de mármol:. GoogleMaps

El portavoz de protección Civil de Évora, José Ribeiro, también habló de otros cuatro desaparecidos que habrían sido sepultados bajo el lodo y las piedras.

Desde Protección Civil se comunicó horas después que las operaciones de búsqueda y rescate iban a resultar extremadamente delicadas, por lo que podrían prolongarse durante varias semanas.

La misma idea fue corroborada por el presidente de la Asociación Portuguesa de Técnicos de Seguridad y Protección Civil, Ricardo Ribeiro, según se publicó en el periódico portugués Diario de Noticias.

Drenar los fosos

Los técnicos dejaron claro que la única forma de acceder a las víctimas era descender en vertical en una fosa que podría tener unos 90 metros de profundidad. Para ello, antes habría que extraer el agua azulada que se acumula en su fondo y afianzar las paredes laterales.

Este martes por la mañana, técnicos del Laboratorio Nacional de Protección Civil y del Departamento de Geología, acompañados de ingenieros militares y responsables técnicos de las canteras, se desplazaron a la zona con el fin de estudiar la mejor fórmula para realizar el rescate.

Ribeiro insistió en la necesidad de comprobar «la estabilidad del terreno» antes de dar cualquier paso en una operación que calificó de «delicada» y que incluye el uso de motobombas para drenar el agua presente en el fondo del socavón.Sólo de ese modo sería posible acceder a los vehículos, cuya localización exacta es incierta dada su profundidad.

Evitar la zona

Entretanto, el portavoz de Protección Civil instó a la población a no circular por esa carretera, por lo que aconsejó a los vecinos de Borba (a 53 kilómetros de Badajoz por la Autovía Madrid-Lisboa) y Vila Viçosa utilizar itinerarios seguros hasta que se haga un chequeo completo.

Los técnicos han confirmado que el vial afectado fue carretera nacional hasta hace diez años, cuando se construyó una alternativa de paso entre ambas localidades a casi dos kilómetros de distancia.

Cuando entró en funcionamiento esa variante no se clausuró la antigua carretera de adoquines, cuyo uso era frecuente entre los vecinos de la zona a pesar de que su principal función era servir de acceso a la maquinaria de la cantera que se abre a uno y otro lados.

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