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La estación de bombeo de San Roque, junto al puente de la Ronda Norte PAKOPÍ

Buscan el origen del mal olor en el Rivillas y en el Calamón

Los vecinos denuncian desde hace años el hedor de la zona, especialmente en las cercanías de la estación de bombeo de San Roque

Martes, 25 de julio 2017, 23:44

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La Junta de Extremadura quiere averiguar de dónde procede el mal olor de los arroyos Rivillas y Calamón. Técnicos de la Consejería de Medio Ambiente visitaron ayer la zona y tomaron muestras para averiguar si hay vertidos de aguas fecales o si el hedor tiene otro origen. Los vecinos de San Roque, Pardaleras y el Cerro de Reyes, así como los usuarios de los parques de estos ríos, llevan años reclamando una solución.

La visita de los expertos de la Junta de Extremadura se debe a un escrito de la asociación de vecinos de Pardaleras denunciando el mal olor durante este verano. Ante esta solicitud, ayer se desplazaron a la zona técnicos del Laboratorio de Calidad Ambiental y del Servicio de Protección Ambiental de la Dirección General de Medio Ambiente, según confirmó a HOY la Junta.

Los vecinos explican que los técnicos centraron sus análisis en la estación de bombeo de San Roque. Se trata de un depósito en el Rivillas, junto al puente que une la Ronda Norte con Circunvalación. Es una estructura que está frente a la gasolinera de Circunvalación y solo a unos 100 metros de las viviendas de San Roque. Cuenta con cuatro bombas de 126 caballos de potencia que están continuamente impulsando el agua que llega de las casas hasta la depuradora de Caya. Mueve un gran volumen, por lo que ha sufrido varios incidentes.

La Junta de Extremadura analizó ayer esta estructura por si es el origen de los malos olores en los arroyos. Esa es también la hipótesis de la Confederación Hidrográfica del Guadiana. Esta entidad realizó sus propios análisis en el mes de junio en los cauces de los arroyos, que son de su competencia. Tras el estudio, confirmó a HOY que no había vertidos en sus canalizaciones y apuntó a que la causa de las molestias que soportan los vecinos es la estación de bombeo de San Roque.

Los residentes de la zona también creen que el problema puede estar en estas instalaciones, según señala el presidente de la asociación de vecinos de Pardaleras, Juan José Martín. Si estos análisis confirman finalmente que este es el origen, el representante vecinal espera que se actúe de urgencia para revisar el funcionamiento de la estación de bombeo de San Roque y acabar así con el problema. «Para los que pasamos paseando esporádicamente por el parque, los malos olores son un problema, pero para los que viven cerca, es una condena», añade.

En busca de amonio

Martín lleva varios años peleando para acabar con estas molestias en los parques del Rivillas y el Calamón. Además de lograr que acudan los técnicos de la administración autonómica, también ha conseguido que el Ministerio de Medio Ambiente le envíe los análisis que ha realizado en esta zona en los últimos años.

Según explica Martín, los estudios del Ministerio revelan que los niveles de amonio no superan los límites autorizados en la zona (para garantizar una buena calidad de las aguas es de 1 parte por millón como máximo). El amonio suele ser el origen del mal olor en arroyos o ríos allí donde se producen vertidos de aguas fecales. Este contaminante se descompone de la orina. Los análisis, hasta el momento, no han encontrado niveles relevantes en el cauce, por lo que, de nuevo, los vecinos señalan que la causa debe estar en otro punto, como la estación de bombero de San Roque.

La lucha de los residentes en los tres barrios afectados se inició poco después de que se inaugurasen los parques del Rivillas y el Calamón. En 2008 se abrieron estas zonas verdes y poco después comenzaron las quejas, especialmente en los meses de verano. Durante años los vecinos han señalado que olía a aguas residuales, pero se ha descartado que hubiese vertidos.

Antes el hedor era mayor debido a que la vegetación crecía sin control en los cauces y el agua se estancaba. Este problema se solucionó hace un año cuando el Ayuntamiento de Badajoz y la CHG llegaron a un acuerdo para limpiar los arroyos. Ahora la imagen es mejor, pero continúan las molestias por malos olores en esta zona.

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