La presión policial se intensifica contra las redes de drogas en la provincia de Badajoz
Ha habido grandes incautaciones, laboratorios desmantelados y redadas importantes en lo que va de año
No es un buen año para ser narcotraficante en la provincia de Badajoz. La presión de la Policía Nacional y la Guardia Civil se ha intensificado contra las redes de almacenamiento y distribución de drogas que estaban aumentando en el territorio pacense.
El pasado mes de abril Diego Yebra fue nombrado oficialmente fiscal especial antidroga. En una entrevista en HOY lamentó que la provincia se había convertido «en un almacén de droga». Detalló que la presión policial en otras zonas de España había provocado que las organizaciones criminales se desplazasen hasta Badajoz, zona que usaban para almacenar y procesar para llevar las sustancias a Madrid o el norte de España.
El fiscal alertó que este aumento de la presencia de bandas en la provincia va acompañado de mayor riesgo de violencia, ya que en algunos casos los narcotraficantes se roban o se atacan entre ellos. Yebra reveló que la cercanía con Portugal ayudaba a este aumento del tráfico en la provincia y puso como ejemplo el camión que fue interceptado en noviembre de 2024 en Caya con 240 kilos de cocaína.
Esta enorme entrada de drogas en la frontera no fue el único indicio de que Badajoz se perfilaba como almacén de sustancias ilegales. En mayo del año pasado, además, la Guardia Civil localizó un alijo de 42 kilos de cocaína, pero mezclados con 1.800 kilos de especias para disimular la presencia de la droga con el fuerte olor de los condimentos. Eso dejaba claro que había un laboratorio importante en la zona, uno capaz de separar esas especies de la cocaína.
El laboratorio
En lo que va de año, entre Badajoz y Mérida, se ha localizado un laboratorio y almacenes y se han desmantelado redes de distribución. El laboratorio fue localizado en junio en Malasradas, una urbanización en la carretera de Valverde de Badajoz. Un envío de sustancias químicas de las que se usan para tratar la cocaína permitió a la Policía Nacional seguir la pista hasta un chalet de esta zona donde encontraron prensas hidráulicas, alambiques y tuberías de cobre para procesar la droga, además de droga por valor de 7,5 millones de euros.
Eran unas instalaciones muy sofisticadas. Contaba con coches de alta gama para moverse e inhibidores de señales, así como detectores de frecuencias para eludir la vigilancia policial. Fueron detenidas siete personas, dos de ellos ciudadanos colombianos.
Esta semana en Mérida hubo otra macrooperación, y de nuevo con conexiones internacionales. La Policía Nacional intervino 513 kilos de cocaína en una nave industrial de Mérida que fue enviada desde Argentina oculta en un doble fondo de un torno industrial.
El pasado mes de febrero, además, un camión sufrió un accidente al huir de la policía. El tráiler se salió de la calzada en la A 66 a la altura de Mérida con 500 kilos de marihuana a bordo. No fue la única huida fracasada. En abril una mujer fue detenida en una vivienda de La Luneta, en Badajoz. Cuando la policía trato de entrar en su almacén de droga, le prendió fuego a la marihuana provocando un incendio grave que no le libró del arresto. En la capital pacense también fue interceptado en un control en la carretera de Campomayor un coche con 19 kilos de hachís.
Y en cuanto a redadas contra las redes logísticas, en los últimos meses ha habidos dos golpes contra agrupaciones que operaban desde La Cañada-Las Moerras, otra en el Gurugú en julio y la que se ha producido este jueves en el Casco Antiguo de Badajoz. La del Gurugú fue la más llamativa porque formó parte de una gran operación entre España y Portugal en la que fueron detenidas 64 personas y encontraron 18 embarcaciones de alta velocidad para mover la droga entre países.