«El parón de la covid desengancha a los jóvenes de la Semana Santa»
Cuatro capataces animan a los pacenses a participar en las procesiones y a cuidar una fiesta que es de Interés Turístico Nacional
Son capataces de cuatro cofradías de Badajoz, están inmersos en la preparación de la Semana Santa y andan a medias entre la ilusión de volver ... a las calles y el miedo de encontrarse un ambiente frío. «Tememos que el parón de la covid, de dos años sin procesiones, desenganche definitivamente a los jóvenes de la Semana Santa».
Quienes hablan son Antonio Jesús Pérez, responsable del paso en La Oración en el Huerto; Juan Alberto Moreno, que marca la marcha en las hermandades de San Fernando y La Soledad; Jonatan Mariscal, que pronuncia las levantás en San Roque, y Joaquín Rodríguez, que decide cuando toca una chicotá en los pasos de Santo Domingo.
Los ensayos ya han comenzado y tienen las cuadrillas de costaleros completas, aunque a algunos no les vendría mal que se sumara alguno más y echan cálculos para el viernes Santo, cuando la Procesión Magna recorra las calles y, bajo los pasos, estén todos los costaleros que conocen.
Su inquietud no está tanto en aumentar el número de personas que hagan andar a los pasos, sino en el resto de componentes de las procesiones. Hacen falta nazarenos y monaguillos que acompañen a vírgenes y cristos. Los cuatro comparten el miedo de que estos dos años de parón hayan desenganchado a jóvenes y niños del ritmo de la Semana Santa. A esto se une que muchas bandas de cornetas y tambores han encontrado muchas dificultadas para seguir adelante debido al virus.
«Los que ya colaboraban con la Semana Santa, están. Pero ha habido dos años de pandemia y hay que darle futuro», dice Jonatan Mariscal.
«La Semana Santa es una fiesta de Badajoz que va más allá de la religión, es una fiesta de la ciudad», señala el capataz de San Roque. Y como Fiesta de Interés Turístico Nacional que es requiere que Badajoz mantenga su apoyo no solo saliendo a la calle a ver los pasos, sino participando en su organización. «Igual que se vuelca con los Carnavales o la Feria», comentan.
Entre 20 y 30 euros
Recuerdan que las hermandades tienen las puertas abiertas a todos los que quieran sumarse. El coste de salir de nazareno oscila entre los 20 y los 30 euros, aunque en alguna hermandad pueda subir algo más. Es el coste del alquiler de túnica, capirote y antifaz; más la papeleta de sitio, que llega con el cirio.
Los cuatro rondan los 40 años y ven un salto generacional en sus filas, que se dividen entre niños pequeños y personas mayores. «No hay jóvenes», alertan.
Si bien los padres involucran a niños pequeños, la mayoría se despega de las costumbres de las hermandades llegados a la adolescencia. Los que tienen hijos rondando los veinte apenas encuentran amigos de estos que participen activamente en las cofradías. «Desde los 8 o los 9 años se produce un salto que lleva a los 30», coinciden, al tiempo que añaden que si uno «no se suma de niño es muy complicado hacerlo después».
«Tenemos que trabajar por el futuro, para que la Semana Santa continúe cuando nuestra generación lo deje. Creemos que se han perdido estos dos últimos años sin procesiones por la pandemia para enganchar a nuevos cofrades», insisten los cuatro.
Detrás de cada hermandad hay pacenses que comparten aficiones, vivencias y hacen amigos, y recuerdan que las puertas están abiertas a todos aquellos que se quieran acercar. Están a tiempo para participar en las cofradías que pondrán el primer estandarte en la calle el 10 de abril.
«La sociedad tiene una tendencia al desapego y al laicismo»
Los cuatro capataces observa que «la sociedad tiene una tendencia al desapego y al laicismo», pero reivindican el fervor de la Semana Santa y su carácter de celebración ciudadana más allá de la religiosidad estricta que conmemora la muerte y resurrección de Cristo.
Estos cuatro cofrades llevan desde niños en sus hermandades y han comprobado que cada vez se acerca menos gente a estas agrupaciones. Sin embargo, una vez que ponen el pie en la calle «son miles de personas las que se acercan» a ver los pasos. «Pero hay que participar», coinciden, para que asegurar el futuro de la fiesta y que dentro de unos años los pasos continúen saliendo a las calles de Badajoz con todos sus integrantes.
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